«𝑰𝒕'𝒔 𝒚𝒐𝒖 𝒂𝒏𝒅 𝒎𝒆 𝒕𝒉𝒂𝒕'𝒔 𝒎𝒚 𝒘𝒉𝒐𝒍𝒆 𝒘𝒐𝒓𝒍𝒅»
No conviertas a alguien en todo tu mundo, porque cuando te falte, te sentirás como si no tuvieras nada.
Y cuando todo se acaba y sabes que él no volverá, hasta deseas que esas cosa...
El baile de graduación era el día más importante en la vida de cualquier chica.
A unas no les interesa y lo encuentran banal y vacio, otras esperan esas noche con ansias para poder usar un lindo vestido y verse como toda una princesa, podría ser la oportunidad para que esa persona especial te tome en cuenta, es la noche en la que la mayoría pierde su virginidad. El baile define tus años de adolescencia de una u otra forma, te marcaba para toda la vida.
No importa qué clase de chica seas, la noche del baile era especial y todas soñamos con ser reina del baile al menos una vez.
Para mí era tres millones de veces más especial porque era la primera vez que iba a un baile, además, iría con el único sujeto que podía hacer que mi corazón se acelerar y se detuviera al mismo tiempo. Luego de una relación tan tormentosa y de un año tan caótico, que hayamos logrado llegar a hasta este punto y de esta manera me parecía toda una hazaña.
—Uno...dos...tres.—estaba contando con los dedos mientras observaba el calendario de mi teléfono.-Se suponía que tenía que bajarme el dieciséis y estamos a veinte.-murmuré para mí misma al mismo tiempo que trataba de recordar cuándo fue la última vez que mi menstruación me había bajado.
—Venus...—mi hermana entró a mi habitación interrumpiendo lo que hacía.—Trajeron tu vestido.—dejó el forro sobre mi cama y sonrió pero su sonrisa se borró casi de inmediato cuando vio mi cara.—¿Qué sucede?.
—Nada.—negué sonriéndole apenas y me acerqué mi cama para abrir el forro y sacar el vestido.—En serio amo este vestido...
Mi vestido era tan perfecto que no podía dejar de admirarlo, me encantaba el corte, el color, la tela, el diseño, sobre todo el diseño que se me hacía muy original y me sentía como una diosa.
La diosa Venus.
—Mierda...—musitó mi hermana y miré hacia su dirección.—¿Esa gargantilla es de diamantes?.—asentí.
—Me la regaló Luke ayer para que lo usara hoy.
Dejé el vestido sobre mi cama y volví a mi tocador para seguir con mi maquillaje. Luna se había quedado ahí sin decir nada, mirándome fijo y ya me estaba comenzando a intimidar.
Puse la brocha sobre el tocador y la miré.
—¿Quieres que te maquille?.
—Sí.—asintió mordisqueando su labio.—V...¿de dónde Luke sacó para comprarte eso?.
—No lo sé Lu, de la herencia de su papá.—me encogí de hombros restándole importancia.—¿Qué pasa contigo?.
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—La misma pregunta te hago yo a ti, Venus, no seas estúpida, esa cosa vale millones.—señaló la gargantilla.—Mira V...—respiró profundo cerrando los ojos lentamente.—No quiero saber...voy a cambiarme y regreso para que me maquilles.
