Bad Idea

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Los días seguían pasando en la escuela, las retrasadas ahogándose en su propio veneno al verme llegar y saber que no podían meterse conmigo además de que ahora todos en la escuela querían pertenecer a mi círculo social.

Su intento de molestarme había sido contraproducente porque ahora me habían dado popularidad mientras ellas se hundían solas, fue mejor a que hubiese planeado vengarme, sólo dejé que las cosas pasaran, afronté mis problemas, soporté mi karma y obtuve mi merecido.

Pero ellos también estaban obteniendo el suyo, nadie se salvaba de esto.

El que más estaba pagando todo era Luke, que últimamente sólo lo veía uno o dos días a la semana, no estaba saliendo con nadie, al parecer ninguna de las chicas de la escuela eran suficientes para él.

Tampoco lo vi más en las carreras clandestinas, escuché que se había retirado, desde esa vez que Mike ganó, ya no había vuelto a correr.

Las pocas veces que lo veía en la semana lo notaba demacrado, ojeroso, como si no hubiese dormido en días, ni siquiera se tomaba el tiempo de afeitarse la barba.

Estaba destruido.

No mentiré, me dolía verlo así, me tenté miles de veces en acercarme a él, pero por primera vez estaba escuchando a mi cerebro y le había puesto cinta adhesiva a mi corazón para que dejara de hablar, tenía que sacarlo de mi vida por las buenas o por las malas.

Las cosas con Mike seguían raras, ni siquiera hablábamos de ese beso que nos dimos en la cena, sentía como si él quisiera corresponderme pero al mismo tiempo se cohibía, yo le gustaba, de eso no tenía duda pero no había nada que yo pudiera hacer más que seguir con su amistad, de hecho me había presentado a su novia, la chica más insípida que había conocido en toda mi vida.

No tenía nada que la hiciera especial más que una linda cara, con razón Mike le gustaba pasar tiempo conmigo.

Igual en la escuela creían que Calum y yo seguíamos siendo novios y a veces nos besábamos en público y hacíamos peleas falsas porque éramos unos idiotas y nos gustaba el drama.

Luna y Ashton nos quitaron protagonismo de todos modos, cuando anunciaron que estaban saliendo, ya me veía metida en un hermoso vestido de dama de honor, porque estaba segura de que irían al altar, ellos eran el uno para el otro.

Nunca había visto a mi hermana tan feliz y enamorada.

Era jueves por la tarde y había quedado con Stacy de que pasaría por ella a su clase de ballet para llevarla a pasear, que odiara a su hermano no significaba que me alejaría de ella o de su familia, siempre iban a tener un lugar en mi corazón así las cosas no se hayan dado con Luke.

—¡Tu cabello es morado!.—chilló señalándome con el dedo.

—¿Te gusta?

—Es precioso, ¡Oh por dios! pareces una diosa.—se arrojó a mis brazos y reí mientras la abrazaba.

—Si tu mamá te da permiso te puedo pintar algunos mechones.

—Olvídalo, mi mamá no me dejará hacerme nada de eso hasta los dieciocho, apenas pude convencerla de que me dejara maquillarme.—bufó fastidiada y sujetó mi mano.—¿A dónde iremos? ya me quiero subir a ese auto tan genial.

—¿Qué te parece si vamos de compras?.—a Stacy se le iluminó la cara.

—¡Vamos!.—Me haló de la mano arrastrándome prácticamente fuera del edificio.

Amaba lo eufórica que era Stacy siempre, todo el tiempo estaba feliz, la única vez que la vi de mal humor fue cuando tuvo esa pelea con su hermano el día que me quedé a cuidarla.

ʜᴇᴀʀᴛʙʀᴇᴀᴋᴇʀ | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora