Capítulo 20 - Un pequeño empujoncito

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Estaba nerviosa, pero no tanto como otras veces. Había dejado todo perfectamente atado para que en unos minutos aquella sala se llenase de vida, color, música y emoción. Álvaro se paseaba de un lado a otro de la sala, admirando de nuevo los cuadros que su madre pintó, y a Alba se le llenaba el corazón con tan sólo ver su mirada. Aquellos ojos le transmitían tanto que hasta le asustaba. Se acercó a él cuando observaba una pintura de un paisaje, poniendo una mano sobre su hombro.

-¿Estás bien?

Álvaro giró el rostro para mirarla y pudo ver en sus ojos la paz que sabía que había estado buscando en aquellos cuadros.

-Sí, sólo un poco nervioso.

-Es normal, pero no tienes por qué estarlo – le dijo sonriendo – Todo va a salir bien, yo me encargo.

Alba se alejó y dejó al chico sumido en sus pensamientos, permitiéndole su espacio para que disfrutase de aquello como sabía que se merecía. Le había preguntado por su padre, pues no le había pedido que lo incluyese en la lista de invitados a la exposición, pero le dijo que no estaba de acuerdo con lo que estaba haciendo con las obras de su mujer y no se iba a molestar ni en aparecer por el museo. Alba sabía que aquello estaba doliendo al chico. Lo poco que lo conocía sabía que tenía una sensibilidad que difícilmente se podía encontrar hoy en día en un joven de su edad, así que intentó demostrarle que ella iba a estar ahí para él en cuanto lo necesitase.

Fue hacia la puerta de la sala viendo que ya comenzaba a llegar gente y se posiciono junto a Tamara por un momento, quien llevaba la lista y daba el acceso a la exposición.

-¿Todo bien por aquí?

-Sí, de momento todo bien. Están empezando a llegar los invitados.

-Genial.

-¿Cómo está el chico? – preguntó mirándole a lo lejos.

-Nervioso. Creo que el que su padre no quiera saber nada de esto le duele más de lo que aparenta, pero se mantiene sereno.

-Tengo unas ganas de escucharlo cantar que no veas. Me has puesto el hype por las nubes con todo lo que me has contado de él.

-Ya verás, no te va a decepcionar – dijo sonriendo – Voy a revisar algunas cosas.

Alba se alejó de nuevo y se puso a revisar las mesas con la comida, la barra de bebidas y todo lo que se suponía que tenía que estar listo. La sala ya comenzaba a llenarse y Álvaro hablaba animadamente con un grupo de jóvenes que supuso que eran sus amigos. La zona preparada para la prensa también estaba prácticamente llena, así que en unos minutos tendría que secuestrar a Álvaro para hacer la presentación a los medios y después comenzaría el verdadero espectáculo. Miró su móvil, pero no tenía ninguna notificación. Había invitado a la exposición, como casi siempre, a todos sus amigos, pero esta vez había añadido a sus nuevas amistades. Sabía que Miki iría, además de Joan y Marilia, pero el resto no habían dado señales de vida. Con Natalia había hablado aparte, como siempre hacían, ya que la morena odiaba los grupos de wathsapp y la mitad de las veces no se enteraba de nada. Le había dicho que intentaría pasarse, pero no le había confirmado al cien por cien.

Miró de nuevo el reloj y pensó que ya era el momento de comenzar a trabajar de verdad. Levantó la vista y vio a Noemí acercándose a ella. No iba a todas las exposiciones, pero había decidido pasarse a esta por ser la primera de la temporada. Llevaba un vestido blanco que se ceñía a su cuerpo que le sorprendió. Solía vestir más informal y no estaba acostumbrada a verla así.

-Hola, Albita. ¿Cómo va la cosa?

-Hola Noe. Pues bien, de momento. Iba ahora a por Álvaro para empezar con la prensa y después ya todo lo demás.

GATA NEGRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora