Nada más bajar del escenario se acercaron a la barra y se pidieron unas cervezas para recuperar el aliento. No estaba de más mantener las costumbres y aquella la llevaban a rajatabla, al igual que los chupitos de la Mari antes de subir a cantar. Natalia le dio un buen trago, dejándola casi a la mitad, y notando cómo se le refrescaba la garganta. Miró a su alrededor y vio a sus amigos reunidos ya en su mesa de siempre, bailando y riendo entre ellos. Sus ojos buscaron a la rubia entre las cabezas de la gente, esperando verla a lo lejos y poder admirarla sin ser vista durante un ratito. La había visto desde el escenario y casi se cae de culo cuando observó lo bien que llevaba aquel escotazo negro que dejaba a la vista su corazón partido.
Se le había hecho la boca agua estando a lo lejos, así que supo que iba a necesitar unos minutos para hacerse a la idea de que su cuerpo reaccionaría de manera evidente al tenerla delante y por poder deleitarse con aquel pedazo de piel frente a sus ojos hambrientos. Y se alegró ella misma de haber elegido esa noche un modelito que tampoco dejaba indiferente, pues hasta Marta se había quedado con los ojos como platos al verla llegar. Toda de rojo, las botas por encima de las rodillas, minifalda y su abdomen al aire. Sabía que la rubia, como la conocía, estaría salivando.
Se terminó la cerveza y se pidió otra, encaminándose después hacia su grupo de amigos y viendo cómo Alba se giraba hacia ella con una sonrisa, como si hubiese sentido su presencia y no le quedase más remedio que voltearse a verla.
"También es mi chica girasol", pensó con una sonrisa.
Se miraron sin decirse nada durante unos segundos, recorriéndose con los ojos, escupiendo centellas y sin poder descifrar al cien por cien lo que los orbes brillantes de la otra le decían. Natalia sintió cómo se le movía la tierra bajo los pies y el temblor le recorrió el cuerpo, bajándole un sudor frío por la espalda. Alba pudo percibir también cómo el suelo se deshacía bajo las suelas de sus zapatos y apretó las manos a los costados, con ganas de agarrarse a su morena para no caer, pero manteniendo la calma sabedora de que aquel seísmo tan sólo lo sentían ellas dos.
-Hola Nat - dijo tras aclararse la garganta. Se le había quedado seca.
-Hola - contestó con un hilo de voz - Hoy no estás guapa, Albi... estás impresionante.
-¿Yo? - preguntó con la cara ardiendo y haciendo un nuevo escaneo al conjunto rojo fuego en el que se había enfundado la morena. "Dios mío, mis bragas a marte", pensó relamiéndose los labios - ¿Te has mirado al espejo por casualidad?
-No hay comparación posible, rubia - se acercó un poco más a ella, hablándole tan cerca que Alba aguantó hasta la respiración - Ese escote bien merece toda mi admiración.
Natalia soltó aquello y pasó por su lado sin más, dejando a la rubia parada en mitad del alboroto que estaban formando sus amigos a su alrededor, asimilando el intercambio que acababan de tener entre las dos. Alba giró el rostro con media sonrisa dibujada en los labios y vio cómo Natalia se había puesto a hablar con María y África entre risas.
Alba se quedó pasmada por su capacidad de reacción, pues se notaba a leguas que el nerviosismo no era sólo cosa suya y que la morena también estaba un poco como un flan, pero evidentemente lo gestionaba mucho mejor que ella. Además, siempre había sido la que mejor manejaba las indirectas, los comentarios mordaces y los dobles sentidos, pero ya no era tan así. Iba directa, como una bala, tal y como le había dicho. Que le hubiese dado vía libre para decir todo lo que se le pasaba por la cabeza en cuanto a lo que sentía era algo que no se esperaba que se lo tomase tan al pie de la letra. Le fascinaba que aún tuviese la capacidad de sorprenderla.
Natalia, por su parte, había huido de la rubia de una manera descarada, pues su aguante no era infinito. Era cierto que había empezado ella a soltarle comentarios algo inapropiados para su situación, pero no se podía permitir ver a Alba Reche así de imponente y no hacérselo saber. ¿Que era contraproducente para lo suyo? Sí, pero quién no arriesga, no gana. Y ella ya se había cansado de perder.

ESTÁS LEYENDO
GATA NEGRA
ФанфикNatalia Lacunza siempre ha vivido al margen de cualquier responsabilidad que involucrase a cualquier persona que no fuese ella misma y tampoco da oportunidades a nadie para no tener que cargar con ciertos sentimientos en su vida. No sabe lo que es e...