-Buá, me parece alucinante lo que habéis hecho aquí.
-¿De verdad te gusta?
-Me encanta. El espacio es súper amplio y todo muy diáfano. Ademas, las columnas que tiene te dan juego para usarlas de expositores.
-Ya, pensé lo mismo cuando vi el sitio por primera vez. Christian quería quitarlas y poner vigas de contención en el techo, así tipo industrial, pero le quité la idea de la cabeza.
-Tu socio sabrá de números, pero que te deje a ti la distribución artística, por favor.
-Ya lo tiene asumido, tranquila.
Alba se paseaba por el espacio admirando cada detalle. La sala contaba con techos altos y paredes de ladrillo rojizo. Otras habían sido sustituidas por muros de cristal para dar amplitud al lugar, pudiéndose ver a través de ellos los despachos y la sala de reuniones, todo muy estilo vintage. Los suelos de madera laminada y la sutil iluminación hacían del sitio una dimensión acogedora y accesible para cualquier muestra artística.
A un lado de la sala habían construido una pequeña barra para servir durante las exposiciones y varias mesas altas estaban distribuidas al rededor de las columnas. Alba vio que su amigo había cuidado cada detalle y no pudo evitar sonreír al recordar cómo ellos dos también lo hicieron juntos hace un par de años, cuando arrancaron con el proyecto de artistas noveles en el museo. Las sensaciones que le recorrieron el cuerpo observando el sueño de Gotzon materializado entre aquellas paredes eran prácticamente las mismas que tuvo cuando terminaron de adecuar la que hoy era su sala en el museo. Estaba feliz por él.
-¿Es una única sala? ¿O tenéis otro espacio para muestras simultáneas? - preguntó Alba mirando a su amigo.
-Es la única. El presupuesto es el que es, Albilla, pero creo que será suficiente.
-Por supuesto que sí. Ya sabes que muchos buscan la exclusividad y este sitio es perfecto para eso - le contestó con una sonrisa - Además, en todo el centro de la ciudad.
-Ya, eso es lo mejor - asintió Gotzon.
-¿Como conseguiste un sitio como este en pleno corazón de Madrid?
-Realmente eso fue cosa de Christian. Yo solo le di el visto bueno cuando lo vi por primera vez y él cedió a hacer las obras que le hacían falta.
-Pues es una pasada - asintió Alba echando de nuevo un vistazo a su alrededor.
-Bueno, ¿te apetece tomar algo? - preguntó el chico encaminándose hacia la barra.
-Vale. ¿Qué tienes? - le siguió Alba.
-Pues de todo un poco - sonrió - Ahora mismo no estamos faltos de nada.
-Pueees... un nestea o algo así esta bien.
-Oído.
Gotzon le sirvió su bebida poniendo el vaso sobre una pequeña servilleta en la barra mientras ella se sentaba en una de las banquetas. Se abrió un botellín de cerveza y se apoyó sobre la barra, mirando fijamente a Alba mientras ésta seguía con los ojos perdidos, analizando cada detalle de la nueva sala de exposiciones de su amigo. Giró de nuevo para mirarle y se lo encontró sonriéndole con la cara apoyada sobre una de sus manos.
-Este era nuestro sueño, Alba.
-Lo era - asintió bajando la mirada mientras se mordía el labio.
-La cagué mucho al irme - admitió el chico provocando que Alba lo mirase con el ceño fruncido.
-¿Por qué dices eso?
-Pues porque teníamos planes juntos y me largué a la mínima oportunidad. Siempre me he sentido un poco mal por dejarte tirada.
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GATA NEGRA
FanfictionNatalia Lacunza siempre ha vivido al margen de cualquier responsabilidad que involucrase a cualquier persona que no fuese ella misma y tampoco da oportunidades a nadie para no tener que cargar con ciertos sentimientos en su vida. No sabe lo que es e...