Llevaban toda la mañana recogiendo y empaquetando lo que se tenían que llevar de aquella casa y se estaban dando cuenta que habían acumulado muchas más cosas de las que se esperaban. Alba y Sablea tenían sus pertenencias ya perfectamente embaladas en cajas y con sus nombres puestos y tan sólo les quedaba recoger algunas cosas de la cocina y del salón. Tenían ya las llaves del piso nuevo y les habían llevado los muebles y los habían montado. Días atrás se fueron las dos a una tienda que les pillaba cerca y les gustaba el estilo y se compraron un sofá y algunas cosas más que creían de vital importancia para poder trasladarse.
Y así estaban, Alba sentada en el suelo del salón organizando en cajas los libros que Sabela le iba bajando de la estantería, haciendo trabajo en equipo, mientras canturreaban las canciones que les iban saliendo en el aleatorio del Spoify.
-Cuando Afri se llevó sus cosas pensé que tardaríamos menos, que ella era la que más chismes tenía... pero nosotras no nos quedamos atrás.
-Ya, somos unas consumistas de mierda - se quejó Alba - Pero con los libros no te metas.
-El señor me libre de hacer tal cosa.
-Podríamos proponernos el no meter más cosas de las que tenemos ya - propuso Alba mientras Sabela le pasaba un trapo a un par de libros - A ver si somos capaces de no acumular tanto.
-Sí, estoy de acuerdo.
-Y con todo los muebles que hemos tenido que comprar... - negó con la cabeza, pendiente de los libros que estaba colocando.
-Bueno, pero esos ya son nuestros para siempre, no es que sea comprar por comprar.
-Lo sé - la miro sonriendo.
-En verdad voy a echar un poquito de menos este piso - suspiró Sabela echando un vistazo a las estanterías vacías - Me da un poco de pena.
-Ya, a mí me pasa lo mismo - dejó los libros en el suelo y miró a su alrededor - Pero no tanto por el piso, si no por todo lo que hemos vivido aquí las tres.
-Sí, eso eso... - asintió mirándola - También echo un montón de menos a Afri.
-Y yo - dijo soltando aire - Se ha notado mucho estos días que no ha estado en casa.
-Ya estaba poco, la verdad - rió Sabela - Pero sé lo que quieres decir.
-Bueno, no nos pongamos ñoñas que así no acabamos nunca - dijo cogiendo los libros del suelo.
-Sí - se giró Sabela hacia la estantería casi vacía - ¿Tú ya lo tienes todo empaquetado?
-Sí, sólo me quedan algunos cuadros que los cubriré esta tarde con papel.
-¿Te los llevas todos o vas a hacer algo con ellos?
-Sí, claro, me los llevo - asintió - Y estoy pensando en colgar alguno en la casa nueva.
-Vaya... ¿y esa novedad? - se giró a mirarla sorprendida.
-Pues... no sé - se encogió de hombros con media sonrisa en los labios - En realidad quiero... pintar uno para mi cuarto que tengo en mente, pero me falta inspiración.
-¿Y los demás?
-Si quieres puedes coger alguno que te guste y ponerlo en tu cuarto.
-¿En serio? - la miró con ilusión y desconcierto - ¡Claro que sí! Y podemos poner alguno también en el salón, ¿no te parece?
-Vale - asintió sonriendo, achinando los ojos y sacando la lengua entre los dientes.
Alba regresó la atención a los libros entre sus manos mientras que sentía cómo le botaba el corazón dentro del pecho. La conversación le había recordado cómo Natalia le había dicho que le encantaba cómo pintaba y que iba a colgar su cuadro de la chica girasol. Saber que la morena admiraba aquella pintura cada día, que reconocía el valor y la cantidad de significados que albergaba en cada pincelada le provocaba una sensación de tranquilidad e inquietud a partes iguales que le resultaba complicada de gestionar.
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GATA NEGRA
Fiksi PenggemarNatalia Lacunza siempre ha vivido al margen de cualquier responsabilidad que involucrase a cualquier persona que no fuese ella misma y tampoco da oportunidades a nadie para no tener que cargar con ciertos sentimientos en su vida. No sabe lo que es e...