El cielo aquella mañana estaba totalmente despejado y hacía bastante calor, por lo que sus paseos hasta el agua para refrescarse un poco eran más habituales que de costumbre. Habían llegado a la pequeña playa de la Cala de Alcaufar bien temprano para aprovechar el día. Se habían llevado incluso un par de bocadillos y algo para picar para no perder el tiempo en buscar dónde comer. Aquel era su último día en la isla y querían exprimirlo al máximo. Al llegar a la playa se habían estado haciendo fotos juntas, tiradas sobre las toallas, riendo, haciendo muecas, otras más serias. Serían recuerdos que nunca olvidarían... o eso esperaban.
Natalia observaba el horizonte donde se perdían las aguas del mar y respiraba aquella tranquilidad que invadía cada parte de su ser. Había disfrutado de una de las mejores vacaciones de su vida y todo gracias a Alba. Quería agradecérselo de alguna manera, llevaba varios días pensando en ello, pero no sabía cómo. La rubia estaba ayudándola en muchos sentidos, y no sólo en el laboral con sus fotos, sino en lo personal. Desde que hablaba con ella y pasaban tiempo juntas, había descubierto en sí misma a una Natalia que le gustaba mucho más que la que mostraba al resto del mundo.
Intentaba obviar todo lo que podía el factor "atracción", fraguando una relación de amistad como nunca había tenido, una relación de confianza. Y la rubia se lo ponía bastante fácil, de no ser porque se moría de ganas de pasarse el día acariciando el rapado de su nuca, sintiendo los besitos que dejaba en su cuello, aspirando su aroma afrutado o, simplemente escuchando su risa. Nunca le había pasado con nadie y tampoco sabía muy bien cómo actuar, así que frenaba sus impulsos más primarios y evitaba dejarse llevar más de la cuenta.
Se sumergió de nuevo en el agua y giró para volver a la arena nadando. Vio cómo Alba caminaba hacia el lugar donde tenían tiradas las toallas, a unos metros de la orilla, pero no se había metido en el agua.
-¿Qué hacías en la orilla? ¿No te has bañado? – preguntó Natalia una vez se hubo sentado en su toalla junto a la rubia.
-Me había acercado para hacer una foto – dijo enredando con su teléfono.
-Ah, vale – asintió Natalia tumbándose hacia atrás.
-No. Mira, ven – la llamó instándola a que se incorporase de nuevo.
Natalia se acercó y vio en la pantalla una foto donde ella aparecía de espaldas metida hasta la cintura en el mar. De fondo, el cielo azul se difuminaba con el agua clara, y se podían apreciar leves destellos por tener el sol de frente. No solía hacerse muchas fotos, pero debía reconocer que la imagen era espectacular.
-Wow, Albi. Me encanta – dijo sujetando el teléfono con sus manos.
-¿Sí? – Preguntó ilusionada - ¿Está bien hecha?
-Claro – la miró enternecida porque buscase su aprobación – Está genial, rubia.
-¿De verdad? Mira que yo no soy aquí la profesional...
-Albi – se giró para mirarla de frente – Es increíble, de verdad. El encuadre está perfecto y los colores y las luces muy bien captados. ¿Has metido algún filtro?
-No.
-Pues entonces está perfecta – dijo acercándose para dejar un sonoro beso en su mejilla – Gracias.
-De nada – dijo cogiendo de nuevo el móvil – Te la paso.
-Espera. Vamos a hacernos una las dos, ¿no? A penas tenemos un par de fotos juntas.
-Nat, nos hemos estado haciendo mil esta mañana - dijo riendo - Pero vale.
Natalia se desplazó a la toalla de la rubia y se colocó detrás de ella para que pudiese encuadrarlas a las dos. Se arrimó a su espalda y asomó su cabeza por detrás del hombro de Alba para colocarse bien. Ésta se inclinó hacia atrás un poco y alargó el brazo, sonriendo para disparar la foto.
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GATA NEGRA
FanficNatalia Lacunza siempre ha vivido al margen de cualquier responsabilidad que involucrase a cualquier persona que no fuese ella misma y tampoco da oportunidades a nadie para no tener que cargar con ciertos sentimientos en su vida. No sabe lo que es e...