Capítulo 37 - Gata Negra

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-Creo que aquí me hace falta un acorde. No me suena bien.

-A ver, dale.

Rasgó y punteó las cuerdas de nuevo, repitiendo las rueda de acordes que le había mostrado hacía apenas unos segundos, parándose donde creía que estaba el fallo. Llevaba días intentando asentar aquellas notas sin sentido sobre el papel, pero no terminaba de dar con la tecla.

-¿Lo notas?

-Sí. Prueba a meter este acorde aquí y este aquí - le dijo apuntándoselo con un lápiz en la libreta - A ver ahora qué tal.

Repitió la melodía siguiendo las indicaciones del chico y sonrió. Así era en su cabeza y por fin salía de sus dedos. Sonaba tal y cómo había estado buscando desde que aquella armonía había aterrizado en su subconsciente, más perfecta aún con la ayuda de Álvaro. El chico era un hacha con la guitarra y Natalia no pensaba desaprovecharlo.

-¡Hostias, sí! - exclamó emocionada - ¡Así es como tiene que ser!

-Te ofuscas muy pronto, Natalia.

-No lo hago - negó mirando al chico - Pero estaba un poco atascada con esto, la verdad.

-Porque te ofuscas - repitió Álvaro con obviedad - Relájate más cuando compongas. Sea lo que sea.

-La próxima vez me tomo antes un gin-tonic, ¿te va bien? - preguntó con ironía.

-Borde - negó el chico con una sonrisa - Y a ver, ¿qué tipo de letra se supone que va con esto?

-Pues es algo que se me ocurrió hace tiempo. La letra la tengo hace bastante, aunque ha sufrido modificaciones. Pero la melodía que quería, o que yo pensaba que encajaba, no me terminaba de salir.

-¿Es esta? - preguntó el chico sujetando el cuaderno que le tendía la morena.

-Sí.

-Pues va, enséñamela a ver cómo queda.

Natalia comenzó de nuevo la rueda de acordes  con la guitarra, haciendo las pausas necesarias y tomando aire para cantar por primera vez aquella letra que en aquel momento de su vida la definía tanto.

"No lo sé
Estiré la cuerda
Desmonté
Siempre las misma piezas
Te has quedado detrás de la puerta
No has vuelto a llamar
No te he visto pasar
Y no me has dicho por qué
Estaba esperándote
No había nada que hacer (shh)
Siento el veneno en mi piel"

Entonó las primeras estrofas a media voz, dejándose llevar con los ojos cerrados. No necesitaba mirar la letra, pues la tenía bastante interiorizada. Ese sentir de haber estado estirando su vida como esa cuerda, sin que diese de sí; cómo su puzzle nunca terminaba de formarse de manera correcta, pues siempre le estaba dando vueltas a las mismas piezas. Una y otra vez. Y cómo aquel pasado había hecho que sintiese que el problema era ella, que el veneno estaba en su piel.

Demasiado dentro de ella como para tener que mirar las palabras en un papel.

"Todos preguntan por qué he elegido ser
La gata negra
Este corazón no quiere esperar
Minutos de tregua
Y he empezado a pensar que en realidad
Nunca me fallaron las fuerzas
Me gusta la velocidad
Cuando el frío quema
Cuando el frío quema"

Y ahí llegaba el momento donde se exponía, admitiendo que había dejado un poco de lado a la pantera sin sentimientos y con tanto rencor que había dominado su vida, aceptando de esa manera ser la gata negra que su rubia le había propuesto ser desde el día que la conoció.

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