De los nervios. Así estaba Alba mientras esperaba sentada al borde de su cama a que Natalia le avisase que salía hacia su casa.
Se había pasado el día entero entre nubes, más ida que nunca y sin prestar mucha atención al trabajo, pero el saber que esa noche iba a tener su segunda cita con su morena no le dejaba formar más de dos ideas seguidas en su cabeza que no tuviesen que ver con ella y su encuentro. Y es que llevaban dos días enteros sin verse, tan sólo hablando por mensajes y creándose unas ganas de estar frente a frente enormes, descomunales... inabarcables. O al menos así lo sentía Alba en su pecho, pues cada vez que se imaginaba la noche con Natalia se le aceleraba el latido hasta creer que se le saldría el corazón del cuerpo.
Se había cambiado de ropa como unas tres veces, queriendo impresionarla, pero sin pasarse de obvia. Al final se había decidido por unos vaqueros acampanados y abiertos por las rodillas, una blusa blanca que dejaba sus hombros al aire y un pañuelito en la cabeza que recogía su media melena hacia atrás, pero con el flequillo hacia delante.
Se levantó suspirando para observar su reflejo en el espejo por décima vez y miró el reloj del móvil. Las ocho y media, justo la hora en la que había quedado con la morena y aún no le había avisado de que iba a por ella. Suspiró otra vez y se puso la chaqueta de cuero, decidida a esperarla en la calle, pues los nervios se la iban a comer allí parada.
Terminaba de bajar las escaleras cuando un mensaje de Natalia avisándole de que ya estaba llegando le entró en el móvil. Sonrió y salió a la calle para quedarse mirando hacia la esquina por donde aparecería su morena y, cinco minutos después, casi se cae de culo al verla llegar casi con la lengua fuera porque llegaba tarde. Se aproximó a ella con las disculpas grabadas en su mirada marcada por su siempre perfecto eyeliner, pero Alba se había perdido en otras cosas. Por ejemplo, en las piernas de Natalia al descubierto, ligeramente tapadas con aquella falda negra de tablas, y sus inseparables botas. Se relamió los labios y alzó de nuevo la vista, escuchando la voz de la morena que le ayudó a conectar de nuevo con su cerebro, y sonrió a lo grande.
-Perdón, Albi, se me ha hecho tarde en el trabajo y cuando he llegado a casa me he dado toda la prisa que he podido - habló tomando después una gran bocanada de aire.
-No pasa nada, Nat - se acercó a ella - Ya estás aquí.
-Sí, ya estoy aquí - asintió Natalia mirando los ojos curiosos de Alba y sonriendo de medio lado por la cercanía que sintió de repente.
-Te voy a abrazar - avisó la rubia sin apartar los ojos sonrientes de los de la morena.
-No me lo digas, sólo hazlo.
Se fundieron en un abrazo en el que ambas se dejaron sentir la una a la otra. Uno de esos de ojos cerrados y apretones con las manos, intentando acercarse más sin ser físicamente posible, y de besitos en el pelo para saciar un poco las ganas de más. Se separaron tras unos minutos y se encaminaron hacia el restaurante donde Alba había reservado para cenar antes del concierto. Se había propuesto hacer de aquella noche una cita de verdad, de las que se ven en las películas románticas de adolescentes llenas de clichés y frases hechas y que siempre le habían parecido tan cursis e irreales, pero que en aquel momento en el que ella era la protagonista de su propia cinta le resultaba de lo más estimulante.
Así, durante todo el camino hacia el local, Alba se había pasado el rato mirando de reojo a la morena, analizando sus expresiones y sus gestos, intentando averiguar si estaba tan nerviosa como ella y si se moría por agarrarle la mano como le pasaba a la rubia. Iban hablando de cualquier cosa, nada importante, y sabía que era mejor ir poco a poco para que no le diese una parada cardíaca tan pronto, pues quedaba mucha noche y quería disfrutarla al cien por cien.
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GATA NEGRA
FanficNatalia Lacunza siempre ha vivido al margen de cualquier responsabilidad que involucrase a cualquier persona que no fuese ella misma y tampoco da oportunidades a nadie para no tener que cargar con ciertos sentimientos en su vida. No sabe lo que es e...