5 "Dolores a larga distancia"

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Vicenta
Luego de un rato,me despegan de Daniel,y aunque no quiero hacerlo,sé que es lo correcto,él debe ir a su última morada

El cementerio.

Vamos al cementerio donde están las tumbas de la familia de Daniel,y colocan sus restos,y posteriormente lo entierran.

Solo puedo llorar,nada más pero ni las lágrimas logran aliviar mi pesar.

Antes de irme me acerco a su tumba junto con mi bebé en brazos y dejo una rosa blanca en esta y le digo.

—Adiós Daniel,gracias por toda la felicidad que me diste en nuestro corto, pero perecedero, tiempo juntos,no lo olvidaré,y no te olvidaré.Ayúdame a cuidar a nuestro gringuito—acaricio la mejilla de mi hijo,es tan lindo y tan parecido a él,y con un largo suspiro le digo —ayúdame a ser la gran madre que anhelabas que fuera para tú niño.Serás el recuerdo más bonito y el más doloroso también,adiós Daniel.

Beso su tumba,le hago a mi hijo que con su manito toque la tumba de su padre.

—Mi amor despídete de tu papi.

Mi hijo abre y cierra su manito despidiéndose de su papi,esto provoca que mis lágrimas quieran salir otra vez pero las retengo.

Y me voy hacia la camioneta donde me espera chava y chayo.No hablo en todo el camino de regreso,solo pienso...

Me dan unas pastillas para que logre dormir,y me las tomo solo porque Danielito me necesita ver bien.

Pero tengo un sueño muy peculiar...

Yo no era parte del sueño; era como una espectadora de todo lo que estaba pasando...

Sueño de Vicenta:
Estábamos en una playa. Estaba caminando por la orilla con él y estaba embarazada como de siete meses; el me decía:

—Te ves hermosa hoy.

—Es tu hijo, Danielito, está cada día más grande y da muchas patadas ¡mira, está pateando!—le decía emocionada

—¿Puedo tocar?—me decía emocionado.

—¡Claro!

Él puso sus manos en mi vientre y creo que la emoción fue tanta que me habló hasta en inglés; me dijo:

—Oh my God! ¡Es grandioso! Gracias, Vicenta, por esto, por completarme, por esta familia, por salvarme de ese atentado, por haberlo dicho a tiempo.—me dice con lágrimas queriendo salir de sus ojos.

—Nos salvamos de una grande, mi amor. Menos mal que Romero ya está en la cárcel de los Estados Unidos, lejos de nuestra familia.

—Si,pero cambiemos de tema,ahora solo quiero verte feliz y ¿Qué quieres que sea de grande?

—Lo que él quiera, pero me encantaría que fuera doctor; que salve vidas, muchas vidas ¿y tú?

—Lo que él quiera, pero me encantaría que fuera psicólogo para que ayude a la gente a superar las cosas de la vida.

—Eso lo veremos con el tiempo, por ahora a darle mucho amor.

—Si—se agacha y besa mi vientre—Oye, bebé, soy papá y te amo desde antes de saber que existías; desde que me enamoré de mamá y voy a estar contigo en las buenas y en las malas aunque tu mami sea un poco necia; tu me pedirás ayuda y yo te la daré. Nos vamos a ir a Europa pronto a empezar de cero y ser una familia: los Philips Acero ¿cierto amor?—me dice parándose y acariciando mi mejilla

—Si, los Philips Acero.

Yo ya estaba llorando mientras me veía a mí misma con Daniel.

El resto pasó como un rayo: todo se volvió negro y de repente un ¡BOOM! y veo una secuencia de imágenes que acrecientan mi pesar. La lancha

La explosión,

La mirada perdida de Daniel, sus ojos tristes pero felices... El "¿Por qué no me lo dijiste antes?" Y mi respuesta"porque no era el momento"
Fin del sueño de Vicenta

Me despierto y toco la cama vacía,vacía desde hace meses cuando entró en coma.

Entonces lo recuerdo: está muerto... y una voz dentro de mi cabeza me susurra: "Se acabó, Vicenta, se acabó porque tú lo terminaste",siento esa furia inmensa contra mí misma... ¿se puede odiar a uno mismo?

Odio a Romero y al Indio por haber provocado esto pero a la vez me odio a mí misma por haberlo permitido.

Siento la necesidad de ir a pedirle perdón otra vez,este arrepentimiento me atormenta todo el tiempo.

—¿Por qué te fuiste mi amor?—digo mientras me levanto y empiezo a golpear las paredes de mi cuarto. Chava entra asustado y me dice

—Tranquila Vicenta,sé fuerte por Danielito.

—Soñé con Daniel,y fue tan bonito...

—¿Si ves? yo te dije,si fue bonito,eso quiere decir que ya te perdonó, aunque no fue tu culpa.

—NO.Luego explotó delante mío,y fue— se me quiebra la voz,me levanto y escondo mi rostro en el cuello de Chava—fue horrible,porque lo tenía,lo tenía y se me volvió a ir.

—Estabas mejorando—me dice triste.

—Si,pero este sueño me puso mal,yo...yo quiero ir a verlo.

—Pe..ero

—¡Quiero verlo!—le digo tomándolo de la camisa.

Chava me lleva al cementerio porque yo no estoy en condiciones de manejar.Una vez ahí voy hasta su tumba y me desplomo en el suelo hecha un mar de lágrimas. No puedo ni hablarle,siento un nudo en la garganta que no me deja respirar... sé que soy yo la culpable,Romero me quiere a mí ¡yo debería estar en esa caja! Él no merecía esto... no merecía quedarse sin cumplir sus sueños. Diego y Danielito no merecían quedarse sin papá. Doña Victoria no merecía quedarse sin su hijo; lo único que le quedaba,yo la admiro porque a pesar de todo me sigue queriendo como a una hija, yo no le perdonaría a ninguna mujer haber sido la culpable de la muerte de mi hijo, aunque ella fuese la mamá de mi nieto.

Entonces, empiezo a golpear el piso,cansada de todo

—¡AAAAAAAAAAAAA! ¡Daniel! Mi vida ¿por qué te fuiste? ¡NOOOOO!—agarro la tierra y golpeo el piso.

Recuerdo hace algún tiempo,después de matar a Chucho,me dio un ataque parecido pero en ese entonces Daniel estaba conmigo,él me sostuvo cuando sentí venirme abajo,fue mi fortaleza,cuando mi mundo se debilitaba,pero...¿Y ahora?,ya no está conmigo estoy sola,tengo a mi familia,pero no es lo mismo,es muy duro despertar y no verlo,me hace falta y no sé si algún día supere su ausencia.

—¡DANIEL! me dijiste que ibas a estar conmigo,dime donde estás ahora,cuando te necesito..

—Carnalita, tranquila—me dice Chava sentándose a lado mío.

—No, ya nunca mas voy a estar tranquila. Mi tranquilidad está muerta,se murió con Daniel —me inclino hacia la lápida— Mi gringo, te amo, te amo con toda mi alma, con todo mi ser.. Me quedé sobreviviendo no más por nuestro hijo, así que espérame allá porque un día nos vamos a volver a ver y vamos a brindar con un tequila juntos como me dijiste aquel día antes de entrar en coma—y lloro aferrada a su lápida, como si de alguna forma lo abrazará a él.

Veo la tierra y siento que bajo ella está mi vida, la mitad de mí. La mitad que me quitaron,de hecho la mitad que nos quitaron...

[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora