Vicenta
-¿Estas loco? ¿Cómo voy a ser tan tonta de no cuidarme ahora que estamos bajo amenazas.-Digo algo molesta, menos mal no eres tonta Vicenta.
-Ya viste a un médico?
-Pregunta preocupado.
-Si, y me diagnosticó una leve depresión.-Le miento.
Le mentí a Jack porque no quiero que se entere de que estoy embarazada. Se lo puede decir a
Frida, a Chayo, a Chava, o al mismo Daniel. Me inventé lo de la depresión y la historia no
suena tan descabellada, creo que se la creyó.
-Pues tienes que levantar ese ánimo.-Dice más relajado.
-Si, Justo estaba pensando en algo que nos animaría a mi pequeño y a mi.-Digo rascandome la barbilla.
-¿Algo Cómo que?
-Pregunta de regreso.
—Un perrito.
-Le digo con una sonrisa,siempre quise una mascota, pero no había tenido la oportunidad.
-Te gustan?
-Pregunta con una sonrisa.
-La verdad es que de niña, yo jugaba con los varones del rancho y siempre me gustaron mucho
los animalitos. Creo que a Danielito le gustaría un perrito y yo ocuparía mi cabeza cuidando de ambos.
-Bueno pues me parece bien.
-Chenta, ¿De veras no Te enoja lo de Frida?
—El que creo que se va a enojar es don celitos—me rio—va a decir que tienes una fascinación
con las madres de sus hijos.-Digo dando una sonora carcajada.
—¿Tu crees?-pregunta asustado y pestañeando rápidamente.
—Nah es broma.-Le digo dandole un golpe en el hombro.
-Yo creo que hasta feliz se va a poner, con eso de que te cela conmigo.-Digo de muy buen humor.
-Sip.
Pasamos un rato conversando y luego regresamos al rancho. Vamos entrando cuando...
Daniel:
Ya han pasado dos horas desde que se fue. Son las 7:00 p.m. de la noche. Estoy en el patio
cuando veo la camioneta llegar y la veo bajarse con una sonrisa, y a él también.
Mi pecho se
oprime y decido meterme a la casa. Pasan dos horas, cuando me toca ir a darle a Danielito su
beso de buenas noches. Cuando voy hacia su cuarto, los escucho:
—Mami, ¿cómo te fue con mi tío?-Pregunta mi hijo en la habitación.
—Bien, mi amor, Te vamos a dar una noticia prontito, una sorpresa.-Dice Vicenta con un tono alegre.
Ay no...
—¿Cual sorpresa?
—Si te digo, ya no sería sorpresa.
—Está bien, Mami, y mi papi ya mismo viene.
—Si, ya mismo ha de llegar.
Agarro valor y me aparezco por la puerta. La veo, está sentada en una silla aún con el vestido , pero su cabello ya esta suelto y esta con su sandalias tiene las manos agarradas a él. Me dan ganas de abrazarla y besarla como lo hacía antes porque siento que ya no tengo resentimiento, pero no sé cómo decírselo.
—Papi.-Dice mi hijo viendome
—Hola, mi vida.
-Le digo con una sonrisita
—¿Por qué demoraste, papi?
-pregunta haciendo un pequeño puchero.
—Diego me hizo una pregunta y me demoré.-Le pongo como excusa.
—¿Les puedo hacer una pregunta?
-pregunta viendonos a ambos.
—La que tú quieras, mi amor.
-Dice Vicenta sonriendo.
—¿Por qué están ocupados? Es que están en cosas diferentes y ya no hacemos nada juntos.
-Dice con la cara triste.
Si supieras mi vida...
—Mi vida, papá y yo estamos ocupados porque estamos protegiendo la casa y porque nos
turnamos. A demás, que tú tío Chava está medio enfermito, así que lo acompaño porque tía
Chayo está ocupada.
—¿Y cuando dejaran de proteger la casa?
-pregunta triste.
—Cuando...
-Miro a Vicenta y ella me mira a mi con la ceja alzada.
—Cuando...
—Cuando el señor malo se aleje y no nos vuelva a molestar.-Dice ella al final para salvar la situación..
—¿Eso será pronto?-vuelve a pregubtar mi hijo mientras yo sujeto su mano.
—Tiempo al tiempo, Danielito, Tú mamá está en eso.-Digo sin poder verla.
—Si, en eso.
-Responde de mal humor.
—Está bien, quiero jugar pronto con los dos.-Dice sosteniendo las manos de ambos.
—Si, mijo.
-Dice Vicenta desviando la mirada.
—Ahora duérmase, que mañana tienes que jugar con tus primitos temprano, eso me dijo la tía
Chayo.-Digo intando animar el ambiente
—¡Siii! Hasta mañana.
Ella se acerca y le da un beso en su cabecita. Su olor entra por mis fosas nasales, pero me
resisto. Me despido de él. Tengo ganas de hablar con Vicenta, pero cuando volteo a encararla,
ya ha desaparecido por el pasillo, pero no me atrevo a seguirla, no soy tan valiente para ir detrás de ella como antes,
Vicenta
Salgo del cuarto de Danielito y me entran unas ganas muy fuertes de vomitar, acompañadas de
un mareo. No quiero que Daniel me vea así, por lo cual, rápidamente voy a mi cuarto y cierro con seguro. Entonces, vomito en el baño.—¡Ay, mijo! Si estás más alocado que Danielito. Tu papi estaba como que muy emocionado
hoy ¿no?-Digo y me veo al espejo, seguro ya estoy alucinando con que Daniel me perdone-Mejor vámonos a dormir porque mami está más cansada de lo normal.-Digo mientras miro mi reflejo en el espejo, me desmaquillo y calmo.
Me meto en la cama e intento dormir pero no lo logro. Estoy pensando en Daniel, en mi mamá,
en Danielito, en todo lo que hemos pasado y siento una lagrima bajar en mi mejilla. Lo
extraño mucho y quisiera que supiera que estoy esperando un bebe de él.
Pero Él no lo sabe, no sé si hago bien en ocultarle esto, la primera vez nos salió muy caro...Maratón 3/5❤
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[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]
Fanfiction¿Has sentido la necesidad de regresar el tiempo y cambiar algo? Para Vicenta esto esta presente en todo momento, las ganas de volver y enmendar las cosas. De alguna manera,el tiempo se ha convertido en uno de sus peores enemigos. A pesar de que...