72 " Cuando..."

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Vicenta
-¿Estas loco? ¿Cómo voy a ser tan tonta de no cuidarme ahora que estamos bajo amenazas.-Digo algo molesta, menos mal no eres tonta Vicenta.
-Ya viste a un médico?
-Pregunta preocupado.
-Si, y me diagnosticó una leve depresión.-Le miento.
Le mentí a Jack porque no quiero que se entere de que estoy embarazada. Se lo puede decir a
Frida, a Chayo, a Chava, o al mismo Daniel. Me inventé lo de la depresión y la historia no
suena tan descabellada, creo que se la creyó.
-Pues tienes que levantar ese ánimo.-Dice más relajado.
-Si, Justo estaba pensando en algo que nos animaría a mi pequeño y a mi.-Digo rascandome la barbilla.
-¿Algo Cómo que?
-Pregunta de regreso.
—Un perrito.
-Le digo con una sonrisa,siempre quise una mascota, pero no había tenido la oportunidad.
-Te gustan?
-Pregunta con una sonrisa.
-La verdad es que de niña, yo jugaba con los varones del rancho y siempre me gustaron mucho
los animalitos. Creo que a Danielito le gustaría un perrito y yo ocuparía mi cabeza cuidando de ambos.
-Bueno pues me parece bien.
-Chenta, ¿De veras no Te enoja lo de Frida?
—El que creo que se va a enojar es don celitos—me rio—va a decir que tienes una fascinación
con las madres de sus hijos.-Digo dando una sonora carcajada.
—¿Tu crees?-pregunta asustado y pestañeando rápidamente.
—Nah es broma.-Le digo dandole un golpe en el hombro.
-Yo creo que hasta feliz se va a poner, con eso de que te cela conmigo.-Digo de muy buen humor.
-Sip.
Pasamos un rato conversando y luego regresamos al rancho. Vamos entrando cuando...
Daniel:
Ya han pasado dos horas desde que se fue. Son las 7:00 p.m. de la noche. Estoy en el patio
cuando veo la camioneta llegar y la veo bajarse con una sonrisa, y a él también.
Mi pecho se
oprime y decido meterme a la casa. Pasan dos horas, cuando me toca ir a darle a Danielito su
beso de buenas noches. Cuando voy hacia su cuarto, los escucho:
—Mami, ¿cómo te fue con mi tío?-Pregunta mi hijo en la habitación.
—Bien, mi amor, Te vamos a dar una noticia prontito, una sorpresa.-Dice Vicenta con un tono alegre.
Ay no...
—¿Cual sorpresa?
—Si te digo, ya no sería sorpresa.
—Está bien, Mami, y mi papi ya mismo viene.
—Si, ya mismo ha de llegar.
Agarro valor y me aparezco por la puerta. La veo, está sentada en una silla aún con el vestido , pero su cabello ya esta suelto y esta con su sandalias tiene las manos agarradas a él. Me dan ganas de abrazarla y besarla como lo hacía antes porque siento que ya no tengo resentimiento, pero no sé cómo decírselo.
—Papi.-Dice mi hijo viendome
—Hola, mi vida.
-Le digo con una sonrisita
—¿Por qué demoraste, papi?
-pregunta haciendo un pequeño puchero.
—Diego me hizo una pregunta y me demoré.-Le pongo como excusa.
—¿Les puedo hacer una pregunta?
-pregunta viendonos a ambos.
—La que tú quieras, mi amor.
-Dice Vicenta sonriendo.
—¿Por qué están ocupados? Es que están en cosas diferentes y ya no hacemos nada juntos.
-Dice con la cara triste.
Si supieras mi vida...
—Mi vida, papá y yo estamos ocupados porque estamos protegiendo la casa y porque nos
turnamos. A demás, que tú tío Chava está medio enfermito, así que lo acompaño porque tía
Chayo está ocupada.
—¿Y cuando dejaran de proteger la casa?
-pregunta triste.
—Cuando...
-Miro a Vicenta y ella me mira a mi con la ceja alzada.
—Cuando...
—Cuando el señor malo se aleje y no nos vuelva a molestar.-Dice ella al final para salvar la situación..
—¿Eso será pronto?-vuelve a pregubtar mi hijo mientras yo sujeto su mano.
—Tiempo al tiempo, Danielito, Tú mamá está en eso.-Digo sin poder verla.
—Si, en eso.
-Responde de mal humor.
—Está bien, quiero jugar pronto con los dos.-Dice sosteniendo las manos de ambos.
—Si, mijo.
-Dice Vicenta desviando la mirada.
—Ahora duérmase, que mañana tienes que jugar con tus primitos temprano, eso me dijo la tía
Chayo.-Digo intando animar el ambiente
—¡Siii! Hasta mañana.
Ella se acerca y le da un beso en su cabecita. Su olor entra por mis fosas nasales, pero me
resisto. Me despido de él. Tengo ganas de hablar con Vicenta, pero cuando volteo a encararla,
ya ha desaparecido por el pasillo, pero no me atrevo a seguirla, no soy tan valiente para ir detrás de ella como antes,
Vicenta
Salgo del cuarto de Danielito y me entran unas ganas muy fuertes de vomitar, acompañadas de
un mareo. No quiero que Daniel me vea así, por lo cual, rápidamente voy a mi cuarto y cierro con seguro. Entonces, vomito en el baño.

—¡Ay, mijo! Si estás más alocado que Danielito. Tu papi estaba como que muy emocionado
hoy ¿no?-Digo y me veo al espejo, seguro ya estoy alucinando con que Daniel me perdone-Mejor vámonos a dormir porque mami está más cansada de lo normal.-Digo mientras miro mi reflejo en el espejo, me desmaquillo y calmo.
Me meto en la cama e intento dormir pero no lo logro. Estoy pensando en Daniel, en mi mamá,
en Danielito, en todo lo que hemos pasado y siento una lagrima bajar en mi mejilla. Lo
extraño mucho y quisiera que supiera que estoy esperando un bebe de él.
Pero Él no lo sabe, no sé si hago bien en ocultarle esto, la primera vez nos salió muy caro...

Maratón 3/5❤

[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora