56 "Cuento familiar"

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Vicenta

—Se casaron y juntos derrotaron a muchos de los malos pero había uno oculto. La muchacha se puso media tonta-me mira y yo me río por como lo dice cuando la realidad, es que si estaba tonta.

-No se dio cuenta de que su abogado quería acabar con su esposo para quedarse con ella.-Digo intentando ocultar mi rabia.

—Baby, no digas eso. Ella fue ingenua, sí, pero solo trataba de ayudar a su familia, ella no quería que pase nada malo.-Dice Daniel acariciando mi mano.

—¿Poniendo en peligro a todos los que ama? Bonita ayuda pues.- Digo algo molesta.

—¿Me vas a dejar seguir con el cuento?-Dice con una sonrisa.¡Ay Daniel!

—¡Ándele!-Digo dandole un rápido beso en la mejilla.

—El abogado provocó un accidente, el cual dejó al policía en un sueño profundo. No se podía despertar porque estaba muy débil. Los doctores le decían a su esposa que podía pasar años dormido, incluso que podría no despertar nunca.-Dice dandole cierto misterio, Danielito lo mira sorprendido, pero hace caras como si conociera algo.

—Sí, lo último que ella pudo decirle a su esposo fue que iba a ser papá.-Digo con la voz apagada y recorando uno de los peores momenros de mi vida.

Siento correr una lagrima por mi mejilla y al mismo tiempo, los dedos de Daniel secándola. Se me quiebra la voz y siento que no puedo seguir hablando. Mi gringo me cubre y sigue con la historia.

—Y esa fue la noticia más feliz de su vida. Ese bebé que estaba esperando con su amada, era la gran ilusión de su vida, lo que más quería y la razón por la cual se quedó.-Dice Daniel con una gran sonrisa y yo solo puedo admirarlo, por su duerza, por su coraje y por la forma de amar que tiene.

—Luego todo se puso muy peligroso y para proteger a su esposo, la muchacha se lo entregó a los policías para que ellos lo cuidaran pero en ese hospital hubo un error muy grave y a ella le dijeron que su esposo había muerto.-Digo continuando con la gran historia.

—¡NO! ¡NO QUIERO QUE ÉL MUERA! -Dice Danielito con el ceño fruncido y cruzandose de manos..

—Tranquilo, mi amor, gracias a Dios—miro a Daniel con los ojitos aguados—él no murió.

—Entonces ella crió a su bebé sola por seis años hasta que el policía se despertó. Lo malo fue que él tuvo problemas; no podía hablar bien ni caminar.-Dice Daniel con una sonrisa ¿Cómo puedes seguir sonriendo a pesar de todo Phillips?, después de mi error.

—Él se recuperó y luchó por estar bien. ¿Sabes por qué, mi amor?— Dice Daniel cogiendo la mano de mi hijo.

—¿Por qué?-Pregunta mi niño.

—Por su esposa y su hijito, a quienes amaba con todo el corazón.

—Así es, campeón, él se recuperó y regresó a su casa.

—¿Y su novia se puso feliz?-Pregunta Danielito con una gran sonrisa.

—Sí, ella se puso muy feliz porque su hijito al fin iba a tener un papá que lo quisiera, mi amor..

—Y a ellos les costó un poco volver a ser los mismos de antes pero lo lograron. Volvieron a estar juntos e hicieron la familia que siempre habían querido.-Dice Daniel mientras me mira.

—Me gusta este cuento.-Dice Daniel muy decidido.

—¿Ah sí? Y ¿por qué, mi vida?-Pregunto connuna gran sonrisa.

—Porque todos terminan juntos al final. Espero que nuestro cuento también termine así. -Dice viendonos muy sonriente.

—Tranquilo, campeón, nosotros vamos a estar juntos y a ser muy felices.-Le dice Daniel desordenandole el cabello, yo le retengo la mano y peino a mi niño.

—¿Me dan otro besito de buenas noches?-Dice Junior sonriendo.

—¡Sí!-Decímos al unísono.

Ambos le damos el besito de buenas noches y nos vamos hacia nuestro cuarto. De repente, caigo en cuenta de algo.

Hoy en la tarde, no me cuidé con pastillas ni nada. Busco en en el cajón de mi mesita de noche las pastillas pero encuentro el frasco vacío. De repente, siento que Daniel me abraza por detrás y besa mi cuello. Lo escuché cerrar con seguro la puerta. Apoya su cabeza en mi hombro y me pregunta:

—¿Qué buscas, baby?

—Las pastillas pues pero ya veo que se me acabaron-Digo algo preocupada..

—¿Y qué te preocupa? ¿Quedar embarazada?-Dice Daniel viendome con los hombros levantados y restandole algo de importancia.

—Así Cómo lo dices, suena como si yo fuera una egoísta que no quiere tener mas niños.-Digo mientras sigo revidando en el cajón.

—No lo dije en ese sentido. ¿Sabes? Te entiendo-Dice sentandoseen la cama y viendome como revuelvo ese cajon- . Estamos amenazados por el Teca, tenemos miedo de perder a Danielito y no es momento de pensar en otro hijo.

—Sí, es eso, mi amor—sonrío—me leíste le mande pues—volteo y me pongo frente a él—y mira, hoy en la tarde, no nos cuidamos.

—Tranquila, ¿recuerdas todo lo que tuvimos que "trabajar" para buscar a Danielito? -Dice pestañeando rapidamente-No creo que por dos veces vayamos a hacer un güerito así hermoso, con tus ojitos— me besa.

—Daniel, con una sola vez es suficiente para eso.-Digo haciendolo reaccionar, gringo testarudo.

—Tranquila, lo hecho, hecho está y si Diosito quiere que tengamos otro hijo ahorita pues aunque nos cuidemos, lo vamos a tener.-Dice agarrando mis manos y poniendolas sobre sus hombros.

—Tienes razón, vamos a dejarlo todo en manos de Diosito pero mañana cuando llevemos a Dani al parque y a la librería, pasamos por la farmacia a comprar las pastillas ¿si? No quiero otro hijo amenazado de muerte.-Le digo viendolo con los ojos diminutos.

—¡Ay, Vicenta Acero! ¡Qué estrés te cargas!—me dice mientras me rodea con sus brazos, empieza a besar mi cuello mientras masajea mi espalda—Déjame quitarte todas esas preocupaciones ¿si? Al menos por esta noche, desestresémonos juntos.-Dice veindome con su típica sonrisa que esconde más de una mala intención.

[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora