8 "Al descubierto..."

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Vicenta
Romero abre mi monedero y por la expresión de su cara parece que me descubrió pero aún puedo engañarlo.

—¡Vaya Vaya! Tienes aquí la foto del gringo y de un bebé que no creo que sea el hijo de Frida porque la foto luce reciente ¿le partiste un hijo al gringo?—me dice sarcástico.

—No—le digo intentando sonar decidida

—¿No? Y ¿qué es esta identificación? Tienes una green card a nombre de Daniel Junior Phillips Acero ¿Me vas a negar que es tu hijo? ¡Por favor! Tiene tu apellido—veo la expresión de molestia en su rostro,y mi miedo se incrementa,ahora nada esta seguro

¡No! Descubrió a mi bebé,ahora ni él está a salvo¡esto no puede estar pasando! Cuando nadie sabía de la existencia de mi niño sabía que iba a estar a salvo,que nunca iba a estar solo pero ahora todo es diferente...

Si le pasa algo a mi hijo,si le hacen algo malo para hacerme daño a mí , me muero, es más, juro que me mato.

—Vicenta, usted y yo tenemos una cuenta pendiente desde hace tiempo.

—Yo no tengo nada pendiente contigo.

—Si, tienes pendiente estar en mi cama—me dice sonriendo maliciosamente, y haciendo un extraño movimiento de manos.

—Primero muerta—le digo asqueada.

—¿Y vas a dejar solo a tu hijo? Mal, Vicenta ¡muy mal!—me dice riéndose,como si tratara de un objeto, y Danielito no es un objeto,Danielito lo es todo para mi,todo lo que me queda.

—Yo no lo voy a dejar solo porque aunque me muera lo voy a cuidar desde el más allá como sé que nos está cuidando Daniel. Voy a ser tu sombra; te voy a perseguir y voy a hacer una tortura de cada segundo de tu miserable vida hasta que me ruegues que te mate—le digo decidida.

—¡Uyuyuy! Mejor me aparto y te dejo en paz porque ya me entró miedo ¡por favor, Vicenta! ¡Mírate! No asustas ni a una mosca. Ya no eres no la sombra de lo que eras—y se me ríe en la cara lo cual me llena de rabia.

Lo veo que saca una jeringa y me inyecta algo que me deja consciente pero débil...

No puedo moverme,Romero me carga y me tira a la cama... Diosito, por favor, te ruego que me salves de esto yo sé que no soy inocente de nada pero por favor, no me castigues así,voy a quedar marcada de por vida y no se si lo soporte

Romero empieza a besarme y yo me muero del asco,siento sus manos manosear mi cuerpo,y eso me produce ganas de vomitar y gritar y llorar pero no puedo,estoy perdida.

Cuando está a punto de desvestirme escucho disparos...lo qué pasó después no lo recuerdo,creo que me desmayé o algo así.

Despierto en un hospital sola¿qué hago aquí? De repente entra un hombre.su rostro me es familiar¿es Smith? ¿El señor que estaba encargado de cuidar a Daniel? Recuerdo que fui muy grosero la última vez que lo vi.

—El mundo es un pañuelo, señora—me dice sonriendo apenado.

—¿Usted que hace aquí? ¿Está con ellos? Dígale a Romero que no va a ganar NUNCA—le grito molesta

—No, nada de eso. Después de la muerte de su esposo yo dejé de trabajar para los testigos protegidos. Ahora trabajo en el FBI, donde soy jefe de operaciones especiales. Fuimos a capturar al capo Romero y la encontramos a usted desmayada en uno de los cuartos del rancho—me explica calmado.

—¿Y lo capturaron? Dígame, por favor, que ese pinche desgraciado está pudriéndose en una cárcel gringa o mejor aún, que está muerto.

—No, él se escapó—me dice dejándome de ver a los ojos

[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora