67 "Lejos es mejor"

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Vicenta

-De ingenua, Vicenta. Yo no te insultaría y lo sabes. -Dice con el tono controlado.

-Estas de nuevo con tus dudas.-Le digo molesta.

-¿Como quieres que no esté si me haces esto? No se que mas me estes ocultando.-Me pregunta igual de molesto que yo.

-¡Solo era esto hombre! Daniel, esto no va bien y no nos estamos entendiendo.-Le digo con la mano en mi frente e intentando calmar mi temperamento.

-En eso tienes razón. Es que ya no sé qué hacer, Vicenta ya no sé ni qué pensar... me mientes.-Dice mirandome y noto el dolor, pero no puedo hacer nada si él sigue desconfiando, no le miento y si me conociera lo vería en mi mirada.

-¡Solo fue esta vez y no me quieres creer! Te he dicho todo lo que me pasa.-Le sigo repitiendo lo mismo que ya le dije y ya me estoy cansando de todo.

-Pero ¿y esto? -Sigue insistiendo y veo demasiadas dudas en él, tantas que ya no sé si pueda calmarlas.

-¡es que no me quieres creer!-Le levanto la voz cansada, no quiero seguir así.

-Te ibas a ir sin decir nada ¿qué quieres que piense?-Pregunta de nuevo.

Voy a perder los cabales en cualquier instante, lo siento.

-¡Que estaban amenazando a mi hijo y le iban a disparar si yo no decía que si!.

-¡Lo entiendo! Lo que me molesta es que ibas a realizar ese intercambio sin decirme nadea.

-¡Tenía miedo de que ustedes armaran su pancho y que el Teca se diera cuenta de todo, y me matarán a mi niño por eso.-Le digo y siento como mis ojos se llenan de lágrimas.

-¡Pero no pasó!-Dice y veo que esta igual de dolido que yo.

-¿Y como querías que lo supiera?-Le pregunto en voz baja mientras intercalo la mirada entre él y el suelo.

-Confiando en esta familia. No solo nosotros tres, sino también los Acero Quintanilla. No eres una súper héroe y no puedes hacerlo todo tú. Acero es solo un apellido y no lo entiendes. Y sigues de necia con todo esto.-Dice con la voz de nuevo en calma.

-No lo hago.-Le respondo intendo calmar las ganas de llorar y el nudo ennla garganta que tengo .

-Si lo haces.-Dice dolido, ya no puedo con esto.

-¡ALTO!-Le digo cortando este tira y jala, Daniel me mira fijamente, pero no dice nada-Esto no está sirviendo de nada. Tú no confías en mí por todo lo que ha pasado-Le digo con la voz calculada.

-Quisiera que me ayudes a confiar en ti pero no lo haces. Yo no se que más hacer.Me dice en mi mismo tono, y veo que se acerca a mi.

-Yo veo que esto no va a funcionar si seguimos así, Daniel. Esto requiere tiempo.-Le digo tomando su brazo y siento como la pena invade mi alma.

-¿Estas terminando conmigo?-Pregunta y siento debilidad en si voz, debilidad que intenta ocultar, el amor nos hace débiles y fuertes al mismo tiempo.

No puedo sostener su mirada, así que giro hacia la ventana y una vez así, le digo:

-No, solo que así no sacamos nada. Y a ti ese coraje te va a durar un tiempo. No quiero estar peleando a cada rato y menos delante del niño. Mejor dejemos esto en una coma indefinida pero no te vas a ir del rancho. Si quieres, le digo al Gallo que te de una de las habitaciones desocupadas de su casa. Tienes que estar pendiente de Diego y de Danielito porque ellos no tienen nada que ver con esto.

-¿Y así?-Pregunta y me veo obligada a dar la vuelta para encararlo.

-¿Así que, Daniel? Así como estamos no vamos a arreglar nada y no quiero pelear en este estado. Ahora me voy. Tengo que hablar con Chava para que haga eso.-Le digo y pongo toda la fuerza que tiene mi cuerpo para no llorar delante de él.

Me giro y pasó rápido por su lado con lágrimas en los ojos. Me topo con Chava en el pasillo y lo llevo al patio, en donde le cuento todo lo que pasó desde la llamada hasta ahora.

-¡Ay, carnala! No sé qué decirte porque de cierto modo, los entiendo a los dos. A demás, lo que ustedes han pasado es muy cabrón ¿no?- Me dice Chava con una expresión triste en su rostro.-Ven dáme un abrazo, lo abrazo y me permito llorar unos minutos en su pecho, cuando estoy más calmada me separo.

-Lo sé, Chava-seco una lágrima que corre por mi mejilla- Por eso pare la conversación, porque así no íbamos a llegar a nada y los dos estamos muy mortificados por todo lo del Teca y aún más con lo de que el cabrón se escapó.

-Si, carnala. Mira, con lo que me dijiste del cuarto no hay problema porque en la casa del Gallo sobran tres habitaciones, así que les voy a decir que alisten una. ¿Y Daniel aceptó?-Pregunta calmado.

-Si, carnal, pero yo no quiero estar cuando saquen las cosas del cuarto porque ahora no podemos hablar hasta que se nos pase el coraje. No lo quiero ver.

-Está bien.-Dice y me da otro pequeño abrazo. En ese momento pasa Elizabeth.

-Eli, ven para acá.-Le dice Chava.

-Dime, papá. -Dice Eli sacandose un auricular de su oido.

-Dile a tu mami Chayo que venga.

-Si, papi.

A los tres minutos, llega Chayo y rápidamente le cuento lo qué pasó y lo que necesito que haga.

-Está cabrón, Chenta, pero por ahora es lo mejor porque están enojados. Solo intenta no demostrarlo delante de Danielito.-Dice y veo la preocupación en su rostro.

-No, tranquila. Pasado mañana empieza un curso de natación porque debemos desestresarlo. Lo hará aquí en la piscina de la casa, saber nadar siempre sirve.

-Está Bueno, Vicenta que aprenda cosas nuevas. Yo te ayudo con lo de Daniel, ahora vete con Chava. Yo le digo a Danielito y a Daniel que fuiste a acompañar a Chava a un chequeo médico.

-Gracias, mija-la abrazo.

-Tranquila, esto pronto mejorará.

-Que asi sea-miro a Chava- ahora vámonos carnal a otro lado con tal de no estar por acá.

Camino hacia la camioneta de Chava y son las 5:00 de la tarde. Danielito sigue dormido. Mañana vendrá la psicóloga para que lo vea y lo ayude. Cuando voy a abrir la puerta del copiloto, veo a Daniel sentado en la banca del jardín mirando hacia la nada. Lo veo por unos segundos. Noto que desvía su mirada y me ve. Mis ojos empiezan a arder. Me muerdo el labio inferior y miro al piso.

-Carnala, ya nos vamos-me dice Chava desde el asiento del conductor.

[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora