62 "¿Una vida por otra?"

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Vicenta

-Teca, ¿qué quieres? ¿Dónde está mi hijo? ¿Dónde está mi vida entera? ¿En dónde lo tienes?-Pregunto molesta y queriendo respuestas.

-No grites, ojitos, y no me trates así o vas a recibir a tu hijo en una caja pero no entero, solo su cabeza.-Duce con una falsa voz triste, voz retorcida.

-¡No! No te atrevas, cabrón. ¿Por qué haces esto?-Digo intentando calmarme, yo tengo las de perder.

-Mataste a Julián y tu familia mató a Álvaro-Dice muy ¿calmado?- Es dando y dando, cosita rica, como te decía mi hijo, a quien mataste a sangre fría y por eso ahora vas a sufrir porque no les voy a tener piedad-Dice y una carcajada sale de él, el miedo se empieza adueñar de mi, pero intento ser clara.

-Con los hijos no se meten. Es su ley ¿que no? Piedad.-Digo intentando razonar.

-¡Ustedes mataron a mis dos hijos!-Grita y me lastima el oido-No me hables de leyes ni de piedad.

-Ellos nos causaron mucho daño-Le contradigo molesta.

-No me importa tu cantaleta, cosita rica. Solo te llamaba para que te despidas de tu escuincle.-Dice casual, como si no se estuviera debatiendo la vidade mi hijo en esta llamada,

-¡No,no,no!-Grito desesperada

De repente escucho la vocecita aterrada de mi pequeño al otro lado del teléfono:

-Mami, ¡sácame de aquí! Este señor es malo. Me quiere ma-un BOOM lo interrumpe y después, escucho su llanto al otro lado de la línea.

-Casito, chulada, o no te voy a devolver a tu hijo-me dice el Teca burlándose.

-¿Qué quieres? ¡Dímelo! Yo te lo doy.-Digo con lágrimas en mis ojos después de escucharla voz de mi hijo.

-Te quiero a ti o tu hijo muere y ni su cuerpo encontrarás, ¿o no, gringuito? -Pregunta.

Escucho los quejidos de mi bebé del otro lado como si lo estuvieran golpeando.

-¡Ay, ay! Ya no me haga daño, señor.-Dice con su voz demasiado baja, se escucha cansado.

-¡Cállate, mocoso!-Le grita de nuevo.

-¿Qué quieres de mí?-le pregunto desesperada y con lágrimas en los ojos.

-Quiero que seas mía para vengar a mi hijo y pues para que la tradición de tener a la Señora Acero siga creciendo. Primero fue Sara, ahora serás tú, Vicenta.-Dice lentamente, supongo que imaginandose el panorama.

No sé qué hacer. No me quiero ir con él pero quiero salvar a mi hijo de las garras de ese monstruo. Me quedo en silencio y escucho al Teca hablar:

-¿Qué pasó? ¿Te comieron la lengua los ratones? Resolvamos esto rápido. Voy a contar hasta cinco y si no respondes, le voy a disparar a tu chamaco y luego te envío la foto. 1... 2... 3... 4...

-¡Acepto!-Digo sin pensar con claridad-Pero déjame despedirme de mi hijo antes de que no me vuelva a ver.

-Hecho, un abrazo y hasta nunca.

-¿Dónde será?

-Te mando la ubicación y te quiero allí en una hora.-Dice rápido y cuelga la llamada.

Daniel
Estoy preocupado y necesito hablar con Vicenta. Ella siempre me da algo de paz, cuando veo sus ojos, me da impulso y ganas de seguri a pesar de tener la mirada triste, verla me motiva a seguir. Sé que está en el cuarto, así que voy a verla. Voy llegando hasta la puerta pero antes de entrar, la escucho hablando por teléfono y espero en la puerta.

-Sí, Teca, en una hora voy a estar ahí pero vas a dejar a Danielito libre.-Dice algo nerviosa.

¿Qué? ¿El Teca hablando con ella? ¿Ella yéndose con él? ¿Danielito libre? No entiendo nada. Como ella tiene puesto el altavoz, escucho lo que él le dice:

-Vas a ser mi reina, chulada.

Siento como me hierve la sangre, aprieto mis puños intenado controlarme. Él no se la va a llevar así de fácil. ¿Y ella? Ella ¿cómo es posible que acepte dejarme?

-Está bien, todo sea por mi hijo.

Y cuelga. Decido entrar y no sé si este sea el mejor momento para enfrentarla, solo sé que es el único.

-Así que te vas a ir con el Teca ¿no?-Pregunto y cierrro la puerta tras de mi-¡Qué bonito tu nuevo apodo! La reina del cartel de Tijuana, ¿o aún eres Vicenta Acero? -Pregunto molesto por lo que escuché.

¿Que estaba haciendo?

-Da...niel, ¿qué haces aquí?-Dice nerviosa y veo que ha lloradp, no Daniel, no decaigas.

-¿No debería ser yo quien haga las preguntas aquí?-Digo y coloco mis manos en la cintura- ¿¡Qué haces hablando con ese tipo!?

¿Cómo que te vas a ir con él? ¿Por qué me vas a dejar para irte con él-Pregunto y me acero a ella, Vicenta se sienta en la cama y mira a la ventana, sin verme- ¿Y nuestro hijo? ¿Qué le diré cuando me pregunte por ti? ¿Cómo le digo que su madre se fue con su secuestrador?

-¡Ya basta, Daniel!-Dice alzandome la voz y viendome-mira, él me acaba de llamar y amenazó con matar a Danielito. ¡Lanzó un balazo!-Dice y alza las manos para darle más énfasis Y escuché a mi niño, ¡estaba llorando! -Se levanta de la cama y va a la otra punta de la habitación-Se escuchaba muy mal y pues me dijo que lo iba a matar como hicimos nosotros con sus dos hijos-¿Qué no lo entiendes?-Dice y veo como en sus ojos se nota la debilidad, pero nunca debió actuar así, como si ella fuera la heroina de esta historia.

Aquí no se trata de quien salva a quien, o quien muere en el intento, se trata de sobrevivir y buscar la manera de no sacrificar a alguién, no es un canje de vidas, pero parece que ella nunca lo entenderá, y yo tampoco entenderé como es que no comunica lo que pasa, no entenderé la desconfianza que siente, y no se si podré perdonarla, esta vez ya no lo sé.

[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora