Vicenta
Me meto entre las sábanas y él también lo hace. Cruza sus brazos por mi cintura y coloca mi cabeza en mi cuello. Y así me logro dormir pero solo por una hora. Me despierto a la mitad de la noche porque tuve una pesadilla horrible en la cual, el Teca me quitaba a Danielito; se lo llevaban y yo no podía hacer nada al respecto porque estaba amarrada a una pared. La voz de Daniel empezó a soñar en mi mente diciendo aquellas palabras que aún agujerean mi corazón: "te voy a estar esperando con un tequila para celebrar lo mucho que te amo".
Luego lo ví en una cama de hospital mirándome con los ojitos cansados, cansados de tanto luchar.
"Cuida a mi bebé. Dile que lo amo y no me olvides porque fuiste el amor de mi vida. Te amo, Vicenta y gracias"
Daniel cierra sus ojitos y un sonido desgarrador resuena por toda la habitación al menos, lo fue para mí un PIIIIIIII que me atravesó el alma porque sabía muy bien lo que significaba: mi Daniel había muerto, siento que me ahogo, que la habitación se hace demasiado pequeña, me aferro al cuerpo sin vida de Daniel, desesperada, pongo mi cabeza en su pecho que ya no late, su corazón ya no late. Le ruego a su corazón que regrese conmigo, que vuelva a latir, que vuelva a sentir, que regrese a la vida, para que la mía vuelva con su latido, pero él no vuelve, y el blanco de la habitación cambia, y se hace cada vez más oscuro, hasta que no veo nada, solo oscuridad.
—¡NO! No, no, no, no ¡tú no! Por favor, tú no. ¡Tú no!-Grito sin poder saber donde estoy, sin ubicarme, sin rumbo.
—¿Qué te pasa, mi amor?-Me dice la voz de Daniel preocupado, pero al escucharlo el alma me regresa al cuerpo.
Entonces lo puedo comprender, fue solo un sueño, un horrible sueño. Me siento mal por despertar a Daniel pero al mismo tiempo, siento alivio de que todo haya sido solo un sueño y que él esté aquí conmigo.
—Tuve una pesadilla donde tú... tú... tú te morías y... y me quitaban a Dani. Me quedaba sola y no... no... -Siento como mis ojos se llenan de lágrimas y como mi voz deja de ser escuchada.
No puedo decir nada más. Solo me aferro a su cuerpo y lloro.
—No me vuelvas a dejar, Daniel.-Digo desesperada mientras me aferro a su pecho y él me abraza con más fuerza.
—Shh—dice sobándome la cabeza—yo estoy aquí y no me pienso ir porque sin ustedes no hay vida. Después de ti, no hay nada.
—¿En serio? ¿Te vas a quedar aquí conmigo?-Digo muy cerca de su rostro, él me mira con demasiada pena, pero no me importa, ahora solo quiero refugiarme en él
—Sí, baby, me voy a quedar aquí contigo.-Dice mientras pasa su mano por mi cabello.
Me quedo unos minutos callada. Intento tranquilizarme y lo logro. Seco mis lágrimas.
—Perdóname por el showcito. -Le digo avergonzada, no me gusta que me vea así, tan susceptible.
—No te disculpes. No te guardes nada porque estamos para ayudarnos. Conmigo no te hagas la fuerte. -Me dice muy calmado.
—Gracias Daniel, ¿podemos ir a ver a Dani? -Digo un poco alterada aún.
—¿A su cuarto?-Me pregunta extrañado, es de noche, y no le debe de pasar nada, sin embargo mi pecho aún se siente oprimido por la pesadilla que sufrí.
—Sí. Es que no sé, temo que le pase algo. -Le digo un poco avergonzada-Aunque si
—Vamos. -Me interrumpe, se incorpora de la cama y me tiende una mano.
Salimos del cuarto y nos dirigimos al cuarto de nuestro hijo. Entramos en silencio y Daniel toma mi mano.
—Es hermoso. ¿Si ves? Me salen bien los güeritos. -Dice mientras observa a nuestro hijo, yo me río sin poder ocultar mi felicidad por sus ocurrencias, siempre ha encontrado la forma de hacerme feliz.
—¡Cállate, pues! Que luego lo despertamos. -Le digo pegandole un manotazo en el hombro.
Nos sentamos en el sofá cama qué hay en su habitación y me recuesto en el hombro de Daniel, siento como mis ojos se quieren cerrar cuando una voz me llama.
—Vicenta.-Me dice Phillips en voz muy baja.
—Dime.-Le digo adormecida.
—Esto es todo lo que necesito.-Dice muy lento y conteniendo la respiración, veo como sus manos se unen y sus dedos suben y bajan, para luego mirarme, con cierta magia, la magia que solo él es capaz de transmitirme-Solo esto y nada más. Solo nosotros en cualquier lado.
—Yo también—lo beso rápidamente yle despeino un poco el cabello
—Daniel. ¿Quieres quedarte aquí? -le pregunto analizando su rostro.
—Sí.-Me dice sin dejar de ver a nuestro hijo, sé que él también tiene miedo, solo que no lo quiere dar a notar.
—Yo también, me siento más tranquila.-Digo pegandome más a él.
Y así nos acomodamos en el sofá cama de la habitación mirando a Danielito.
—Buenas noches, Daniel.-Le digo besandolo en su mejilla.
—Buenas noches, Chenta.-Dice pegandome más a su pecho.
Me da un beso en la coronilla y me quedo dormida abrazada a él. Me siento tranquila de estar con mi familia unida; de ser los Phillips Acero. Si algo aprendí es que no necesitas ni dinero, ni poder para ser feliz del todo, yo soy feliz teniendo a mi familia junta, estando en calma, estando en paz. La paz es la mayor de la riquezas, y ni siquiera tiene un valor monetario la cual la convierte en la más especial.
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[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]
Fanfiction¿Has sentido la necesidad de regresar el tiempo y cambiar algo? Para Vicenta esto esta presente en todo momento, las ganas de volver y enmendar las cosas. De alguna manera,el tiempo se ha convertido en uno de sus peores enemigos. A pesar de que...