13. La solución de Fargan

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— ¿Y qué te trajo aquí? ¿Ya hablaste con Luzu? —, inquiere Lolito acomodándose en su silla.

— No —, se adelanta a decir Fargan —. Y no lo hará, acordamos que sería mejor así.

— Entiendo —, asiente.

Luego de aquel percance con Alexby, Lolito les invitó a ingresar a su oficina a platicar, Auron se ofreció a acompañar a Fargan a hablar con Alex pero el chico se negó, no porque no quisiera verlo, más bien porque aún no estaba preparado para eso. Con el resto de chicos había sido distinto, si bien siempre fue muy cercanos a todos, con Alexby habían tenido una conexión que ni siquiera se había podido replicar con Auron o Willy. No sabría que decirle, como explicarle lo que había ocurrido y estaba claro que Alex querría escuchar todo eso. Necesitaba tiempo para pensar bien las cosas, por el momento solo quería ayudar a Auron con lo que fuera que estaba intentando hacer y encargarse de darle una grata Bienvenida al pueblo, por otro lado, sabía que, cuando el día de Luzu llegara cosa que no estaba muy lejana, él tendría que estar allí para Auron porque sabría que sería un día difícil.

— ¿Por qué vine aquí? —, inquiere Auron refiriéndose a la pregunta de Lolito —. Pues no lo sé, algo más fuerte que mi mismo me trajo.

Y aquello era completamente cierto, no podía explicar porque había llegado allí, solo una corazonada fue lo que le llevó a volver a Karmaland aunque debía admitir que su vida fuera del pueblo apestaba, si bien estudió, sacó un título de Psicólogo y dedicó el resto de sus días a vivir de placeres mortales como lo era el alcohol, las drogas y las relaciones poliamorosas, lo último sobre todo, había estado con tantos chicos y chicas como había podido y ni siquiera había sentido remordimiento al abandonarles luego de aburrirse de ellos. Había cambiado muchísimo, alejarse de Karmaland siempre volvía loco a los karmalienses debido a que sus habilidades naturales se neutralizaban en el mundo exterior, era como si una parte vital de ellos fuera desprendida a la fuerza de sus cuerpos creando un malestar que terminaba volviéndolos desquiciados a tal punto que, a pesar de volver a Karmaland, el daño psicológico creado por aquel distanciamiento pocas veces se curaba, ese era el caso de Vegetta, podía ver que sufría un malestar psicológico sumamente potente, él dedujo que por eso había vuelto, para acallar ese malestar, lo sabía porque, en parte, él había vuelto por eso.

— Ese es el poder de Karmaland —, ríe Lolito —. Amarra a sus habitantes y aunque se vayan, siempre los trae de vuelta de alguna forma.

— Dímelo a mí —, escupe de mala gana Auron estirando hacia atrás en su asiento.

Sus ojos viajaron a Fargan que estaba sentado a su lado, tenía su brazo apoyo en su hombro para permitir que Lolito le viera pero su mirada estaba perdida. No era algo común de Fargan el quedarse en silencio, él era de esas personas que siempre tenía algo que mencionar aunque fuera algo ridículo y sin importancia, pero desde su encuentro con Alexby parecía que le hubieran succionado todas sus energías y que ahora solo estuviera funcionando por inercia y en parte lo comprendía, sabía que con Alexby tenía una afinidad especial y debía ser difícil para ambos, de partida no se imaginaba lo horrible que debe ser para Alexby, él ya había asimilado después de tantos años que había perdido a Fargan para siempre y, ahora, de la nada resultaba que no era cierto, que Fargan seguía aquí, no se imaginaba lo horrible que debe ser aquello.

De pronto, unos pasos rápidos y pesados se escuchan subiendo las escaleras, rápidamente volteó su rostro y, al hacerlo, vio la figura de Vegetta que se detuvo a la puerta jadeando con sus brazos apoyados en el marco. Con el ceño fruncido le miró esperando una respuesta pero Lolito se adelantó a hablar.

— Hombre, Vegetta, ¿qué tal? —, le saluda con gracia.

— Vengo de hablar con Merlon —, dice Vegetta ignorando a Lolito por completo —. Ya se como hacer para que podamos ver a Fargan sin ayuda de Auron.

En un segundo, Fargan se levantó de un salto sin apartar la vista de Vegetta y pareció que todas sus facciones recuperaban la alegría que se había esfumado de sí por aquel encuentro entre ellos. Por su parte, Auron también estaba sumamente impresionado, principalmente porque Vegetta había ido a investigar aquello para ayudar a Fargan lo que demostraba que todos los rencores había quedado de lado y ya habían recuperado aquel vínculo que solían tener y eso le parecía algo maravilloso, la idea de que poco a poco todos se fueran reuniendo hacía que su alma fracturada pareciera unificarse aunque fuera un poco.

— ¿Cómo? —, inquiere Fargan apresurado.

— Es sencillo pero Auron debe estar de acuerdo, claramente —, señala Vegetta mirándole, Auron asiente sin dudarlo —. Bien, para eso necesitamos un objeto cualquiera que Fargan pueda llevar con él y Auron debe depositar allí su poder.

— ¿Y cómo se supone que haga eso? —, inquiere Auron con el ceño fruncido.

— En casos normales se requiere un brebaje de unas especias y un mogollón de cosas más pero si Auron hace eso hay posibilidades de que le quitemos el poder equivocado —, explica Vegetta gesticulando con las manos —. Pero como Auron tiene todos los poderes habidos por haber, debería ser capaz de hacerlo por su cuenta.

— Bien, hagámoslo —, asiente Auron con entusiasmo.

Se levantó de su asiento y, en cuanto lo hizo, Fargan se apresuró a darle un fuerte abrazo, estaba claro que aquello le hacía suma emoción y eso hacía sentir a Auron realmente feliz, por fin sentía que estaba haciendo las cosas bien por primera vez en su vida. Los chicos se levantaron y caminaron hacia la puerta, sin poder evitarlo, Auron rió al ver a Fargan adelantarse dando largas zancadas como un niño emocionado. Vegetta esperó que Lolito y Fargan se adelantaran para sujetar a Auron del brazo y jalarlo hacia él. Lo acercó a si mismo y esperó que los otros dos chicos bajaran las escaleras para dirigirse a Auron que le miraba con el ceño fruncido.

— Hay algo que no mencioné —, habla Vegetta suavemente.

— ¿Qué cosa? —, inquiere Auron.

— Que te ves muy guapo —, bromea el chico, Auron le dió un suave golpe en el estómago e hizo el ademán de alejarse pero Vegetta le retuvo —. Que es broma, chiqui.

— Vale.

— Mira, en cuanto deposites tu poder en el objeto que Fargan escoja, tú lo perderás para siempre —, comenta Vegetta mirándole con repentina seriedad —. No podrás hacer de portal nunca más.

— Como si eso me importara —, habla Auron encogiéndose de hombros —. Si acabo de enterarme que lo tengo, puedo seguir viviendo sin él.

— No, no estás entendiendo —. Se pasa las manos con frustración por el cabello —. No solo puedes hacer que nosotros les veamos, ese poder tuyo que tanto estás despreciando puede también traer a la vida a gente muerta, puede transportar a personas a la dimensión de los muertos o incluso separar el alma de un vivo para permitirle ser un fantasma por un lapsus de tiempo.

— Mira, Vege —, menciona Auron apoyando sus manos en sus hombros —. No sabía que podía hacer tantas cosas guays, sinceramente, pero si así puedo hacer a Fargan feliz, entonces vale la pena.

— Que cabezon eres —, gruñe el chico —. Con ese poder podrías traer de vuelta a Luzu cuando se acaben sus días, ¿entiendes ahora?

Bueno, eso sí que cambiaba las cosas.

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¿Qué crees que hará auron y que les gustaría que hiciera? Me da muchísima curiosidad que pensais.

Cuando muera; Luzuplay [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora