14. La mente del lobo

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— Lamentó no haberte dicho esto antes a ti —, se disculpa Vegetta sinceramente —. Si no quieres hacerlo está bien, podemos fingir que no funcionó o algo y ya está.

— ¿Y Fargan? —, inquiere Auron sintiendo un nudo en su estómago.

— Tendrá que seguir comunicándose con nosotros de la forma que lo hace ahora —, explica Vegetta.

Ya comenzaba a sentirse fatal, su estómago estaba completamente revuelto y sentía que todo aquello no era más que un mal sueño. Sabía que aquello haría a Fargan la persona más feliz del planeta pero si lo hacía no podría salvar a Luzu que era lo que más quería en toda su vida y una de las razones por la que había regresado. Si lo pensaba bien, era injusto que Fargan tuviese una segunda vida, según como lo había explicado Vegetta, no decía que no la mereciera, después de todo se había ido antes de tiempo, en cambio, Luzu se iría en su tiempo designado pero había vivido menos que todos ellos.

— ¿Y no hay otra forma de lograr que le veamos? —, inquiere Auron, Vegetta niega con la cabeza —. Tiene que existir otra forma, esa no puede ser la única manera.

— Lo es y de partida es algo sumamente ilegal, es parte del libro oscuro, a mi, en lo personal, no me gusta meterme con ese tipo de cosas —, comienza a hablar —. Pero es el único método, ya después viene hacer un trato directo con algún Dios o un ángel pero allí habría que renunciar a una vida.

— ¿Qué opinas tú? —, inquiere Auron desesperado —. ¿Qué crees que debo hacer?

Al mirar esos ojos marrones que parecían desesperados por una respuesta, Vegetta no pudo evitar recordar el pasado. En tiempos lejanos, Vegetta hubiera sido quieren estaría en esa posición desesperado por un consejo, siempre había recurrido a Auron para acallar sus problemas, por alguna razón sentía que Auron siempre tenía la respuesta a todo y que cada decisión en que la guiaba era la correcta, ahora era al revés, él era quien debía guiarle tal y como Auron hizo en su tiempo, pero le aterraba no estar a la altura de Auron, él siempre había sido más racional que él, ¿qué pasaría si su consejo le guiaba por el camino erróneo? ¿Cómo lo hacía Auron para siempre tener la razón? No sabía cual era la respuesta a aquel dilema, era obvio que ambos querían lo mismo, salvar a sus dos amigos como fuera pero sabían que aquello era imposible, ¿cómo se puede decidir quién tiene más derecho de vivir de tus amigos? Se arrepintió de haber descubierto esa información y haberle hablado a Auron de ello, tal vez debió guardárselo para si mismo, sería todo más sencillo.

— ¿En serio quieres a Luzu? —, pregunta Vegetta mirándole fijamente.

— Claro —, asiente Auron —. Es mi mejor amigo... o era.

Suspiró pesadamente. Desde la llegada de Auron habían muchas cosas que estaban cambiando dentro de él, antes de su llegada sentía una incomprensión sumamente extraña, una especie de fractura en su alma que no se podía sellar con nada, se sentía inútil, desechado e incluso odiado por todo el mundo, llegó a pensar que era el ser más repelente de todo el pueblo, ese sentimiento empezó luego de estar unos años fuera de Karmaland y fue, también, lo que lo trajo de vuelta, pero en cuanto llegó ese sentimiento no hizo más que crecer, sobre todo tras aquella batalla contra Willy, aquello terminó por cambiarlo por completo. Con Auron, aquel sentimiento se mitigaba, sentía que él estaba allí para arreglar las cosas, tan solo llevaba un par de días y ya habían reunido a la mitad de los chicos, había logrado que volviera a sentirse incluido en un grupo que juraba que le odiaba, cuando estaba junto a Auron sentía que importaba de alguna manera y aquello le gustaba demasiado.

Por otro lado, había algo en Auron, algo nuevo en él que le atraía de una manera que era casi salvaje y lo supo desde ese momento en que se encontraron con la Ninfa. Jamás en su vida pensó que sería capaz de tomar su forma de lobo frente a gente que lo conociera, se prometió que nunca lo haría, pero cuando pensó que la vida de Auron peligraba, sus instintos fueran casi incontrolables y se vio en la obligación de adaptar aquella forma para protegerle. Tal vez era su instinto canino que podía sentir sus intenciones tan puras emanando de su cuerpo y hacía que inconscientemente aquello le atrajera, de cualquier forma, así era como funcionaba su mente de lobo, como le había dicho su padre cuando le contó de su maldición; "Tal vez nuestra maldición nos trae bastante cosas malas, pero hay una cosa de los lobos que nos diferencia de los humanos y eso es el amor, los humanos se vuelven egoístas al amar a alguien, mientras que los lobos aman con todo su corazón al punto de dar su vida por la persona que aman. Morir con o para la manada". Aquellas palabras siempre le habían retumbado en su cabeza desde el momento que las oyó y ahora más que nunca parecían hacer ruido en su cabeza.

— Opino que tienes tanto derecho a elegir como ellos de vivir —, habla finalmente —. Y, si renuncias a tu poder por Fargan, entonces yo no descansaré hasta encontrar la forma de salvar a Luzu.

  Aquellas palabras lograron que el rostro de Auron se relajara notoriamente haciendo que Vegetta tomara una decisión allí mismo. "Morir por o para la manada" y estaba más que dispuesto a hacerlo, tenía ese sentimiento en su estómago que le hacía sentir seguro de lo que estaba haciendo. Toda su vida había sido un bueno para nada, un inservible, había tomado el camino fácil escapando de su destino que era ver morir a todos sus amigos, la presión que aquello provocó en sí mismo casi pudo con él, prueba de ello aún estaba plasmado en sus muñecas demostrando las veces que intentó acabar con todo ese sufrimiento que lo perseguía. Pero ya no quería ser esa persona nunca más, estaba dispuesto a enfrentar los problemas en lugar de huir de ellos, estaba dispuesto a hacer lo que fuera por sus amigos y esperaba que aquello enmendara todo el daño que causó, a Luzu, a Fargan, a Willy...

— Y también opino que no deberías ser el único sacrificando cosas por sus amigos —, empieza a hablar Vegetta —. Así que te prometo que si no encontramos una manera de salvar a Luzu, entonces yo me sacrificaré por él.

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No se ustedes pero a mi me flipa este personaje de Vegetta, siento que es sumamente interesante su evolución de pasar a ser un Vegetta irreconocible para nosotros a él Samuel que conocemos.

Cuando muera; Luzuplay [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora