51. Transfiguración

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— Déjame hacerlo, estoy seguro que puedo conseguir esa piedra —, insiste Luzu levantándose del suelo en donde estaba sentado, Vegetta apoyó su mano en su hombro y lo obligó a volver a sentarse lo que provocó una mirada furiosa de parte de Luzu.

— Por última vez, Borja, un millón de esqueletos violentos no es la solución para todo —, le regaña Vegetta con los dientes apretados.

— ¿Cómo que no? —, pregunta con verdadera confusión, se volteó rápidamente para ver a Auron que caminaba de lado a lado con su mano en la barbilla pensativo —. Dile, Auron, dile que tengo razón —. Aquello parecía una pequeña de dos niños pequeños, pensó Auron, pero se detuvo y miró detenidamente a ambos chicos que esperaban atentamente su veredicto.

— Lo siento, Luzu, pero Vegetta tiene razón —, apunta Auron mirando a Luzu con amabilidad con la esperanza de que no se tomara mal aquello pero por ella expresión de su rostro aquello claramente no funcionó —. Mira, tenerlas de enemigas no nos servirá de absolutamente nada, será mucho mejor buscar una manera de engañarlas y conservar su amabilidad.

Los tres chicos mantuvieron silencio como si buscaran una solución cuando Vegetta alzó la cabeza violentamente y miró a Auron con los ojos brillantes, Auron le miró alzando las cejas a la espera de oír o que tenía por decir pero, en lugar de eso, Vegetta solo sonrió y salió corriendo en dirección a su casa más rápido de lo que jamás le había visto correr. Con el ceño fruncido, Auron miró a Luzu quien tenía su vista fija en la silueta de Vegetta a la lejanía.

— ¿Qué cojones? —, inquiere volteándose lentamente hacia Auron como si esperara que él tuviera la respuesta —. ¿Ya se rindió? Pensé que los perros tenían más paciencia.

— No es un perro —, refunfuña Auron dejándose caer a su lado, Luzu le miró por el rabillo del ojo.

— Venga, claro, un lobo, sea lo que sea tú noviecito, ¿a dónde fue? —, inquiere Luzu señalando en su dirección con la barbilla pero lo único que quedó en la cabeza de Auron fueron las palabras "tú noviecito".

— ¿Cómo que "mi noviecito"? —, inquiere Auron mirándole con notoria confusión, Luzu puso los ojos en blanco y chasqueó la lengua.

— No le des tantas vueltas, hombre.

— No, no, quiero entender —, insiste Auron volteándose para quedar sentado frente a él —. Hasta donde recuerdo al único que he besado de por aquí es a ti, a no ser que Vegetta aprendiera a transfigurarse pero dudo que pueda hacer eso.

— Que era una broma, hombre, que es obvio que tú le gustas, de eso hablo —, suelta Luzu de mala gana, Auron le miró fijamente intentado descifrar se aquello era simple indiferencia o celos escondidos —. Tampoco me mires así, tú sobre todos sabes que es cierto y no haces más que avivarle la esperanza, deberías cortarle las alas si no estás interesado en él.

— No estoy interesado en él.

— Pues con razón entonces —, prosigue Luzu, sus ojos parecieron ablandarse y la tensión desapareció de su voz, estiró la mano y alcanzó el tobillo de Auron, le dio un leve apretón y deslizó su pulgar por sobre su media hasta alcanzar su pierna y la acarició con cariño.

— Pues creo que sabe quien me interesa —, menciona Auron bajando la vista a la mano de Luzu sobre su tobillo y sonrió.

— ¿Sí? ¿Y quién te interesa? Me gustaría saberlo solo de cotilla —, habla Luzu con aire juguetón, Auron alzó la vista y rodó los ojos con una sonrisa —. No será Lolito, ¿o sí? ¿Acaso planeas ser la primera dama de Karmaland?

— Como me has pillado eh —, ríe Auron con gracia logrando que Luzu sonriera ampliamente y se inclinara hacia él con una expresión de ternura en el rostro —. Tendrás que ayudarme a elegir mi vestido el día que me presente ante el pueblo como su mujer, pensaba en uno rojo con volantes para que combinen con mi nuevo estilo.

Cuando muera; Luzuplay [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora