Todo a su alrededor estaba oscuro, el tronco vacío parecía no tener fondo, caía infinitamente con el aire golpeándole su cuerpo y haciendo que sus ropas se levantaran, aquella sensación le producía un hormigueo por todo el cuerpo como si temiera que en cualquier momento se estampara contra el suelo a aquella velocidad. Alzó su brazo y una pequeña llama se formó en sus dedos iluminando las paredes de piedra pero no se veía absolutamente, bajó la vista y lanzó una bola de fuego hacia abajo, la observó ir disparada por aquel hoyo sin fondo pero en ningún momento pareció tocar algo más que el vacío.
De pronto, una tortuosa luz inundó su vista, cuando la luz se disipó pudo ver imágenes oníricas de Karmaland que pasaban por su vista a una velocidad impresionante que con mucha suerte podía distinguir. Se vio así mismo llegando a Karmaland, luego cuando fue a la iglesia y se encontró con Rubius, vio a Luzu observando todo desde lo alto de su pared, hacía fue como supo que había llegado, también pudo ver a Willy dentro de su casa árbol observando todo desde la copa de su árbol, lucía melancólico y triste.
— Los días de Karmaland contados están, solo lo nueve héroes lo podrán parar —, habla una vez a su alrededor, intentó encontrar a alguien pero estaba solo ahí, las únicas personas eran las que veía en aquella visión borrosa de lo que había sucedido desde que llegó a Karmaland. — El fin comienza cuando un alma arrepentida llega a estas tierras y conecta su alma a los héroes de Karmaland. El alma fracturada corrompe al forajido, su piel lava se transformará...
— Esto fue lo que me dijo Merlon —, mencionó Auron ignorando las imágenes.
— Pero su decisión hace mucho tiempo fue tomada, sus prioridades ya están ordenadas, el viajero acabará con Karmaland —, dice la voz sorprendiendo a Auron —. Auron, se que estás aquí.
Sintió un frío escalofrío en la espalda al oír la voz dirigiéndose a él, miró a todos lados pero no había nada, las imágenes dejaron de reproducirse y volvió a caer por el agujero oscuro, encendió sus brazos iluminando la cueva pero aquello no fue necesario, sus pies se detuvieron suavemente sobre una superficie tocada y todo se iluminó de la nada. Miró a su alrededor y se encontró a sí mismo en una bifurcación de la cueva, alzó la vista y vio que el techo era agua que por alguna razón no caía, vio peces nadando por ahí junto con ballenas y sirenas que tenían sus ojos sobre él mientras daban vueltas. Miró en todas direcciones y vio destellos en el aire revoloteando a su alrededor, al mirar más fijamente notó que se trataban de pequeñas hadas que reían alegremente y lanzaban polvos brillantes por dónde anduvieran. Una mujer apareció del agua y se detuvo frente a él, emanaba luz tal y como la Ninfa pero, a diferencia de ella, está mujer parecía estar hecha de luz, tenía los ojos blancos y facciones delicadas, su cabello caía sobre sus hombros pero no podía distinguir ningún color en ella, solo una luz blanca que la formaba como si fuera un reflejo de los rayos de sol colándose por algún hueco.
— Debes tener muchas preguntas, mi querido Auron —, menciona la mujer acercándose a él, lentamente apoyó su mano sobre su mejilla y a Auron no le sorprendió que no pudiera quemarse —. El destino de Karmaland está cambiando por primera vez, ya todos sabían que tú volverías, incluso tus amigos.
— ¿Todos? —, inquiere con confusión, la mujer asintió.
— A Karmaland le queda poco tiempo —, continua —. Auron, algo grande va a ocurrir, algo muy grande, pero recuerda estas dos cosas, mantente fuerte sin importar lo qué pase, en Karmaland todo tiene solución, absolutamente todo, no te desvíes de lo que tienes que hacer y segundo, no confíes en nadie.
— ¿A qué te refieres con eso? —, inquiere alterado —. ¿Debo salvar Karmaland yo solo? ¿Eso estás diciendo?
— No —, niega ella armoniosamente —. Debes destruirla por tu cuenta.
Se quedó helado en su sitio. ¿Quién era esa mujer y por qué le estaba diciendo que acabara con Karmaland? Hasta lo que sabía, el punto de todo eso era salvar al pueblo, no acabar con él. La mujer retrocedió y comenzó a elevarse nuevamente por donde mismo había venido, Auron se apresuró a donde estaba ella y la sujetó de la muñeca antes de que siguiera subiendo. Tenía demasiadas preguntas como para dejarle ir sin, al menos, que le respondiera una sola de ellas.
— ¿Quién eres?
— Soy Anfítrite —, menciona suavemente con una sonrisa —. Y soy una de los Dioses de Karmaland.
La soltó inconscientemente y retrocedió, la mujer le observó por última vez antes de subir hasta perder en el agua del techo. Sintió sus piernas temblar y el aire de sus pulmones salió de bruces, se dejó caer sobre el suelo y se mantuvo allí intentando procesar todo aquello hasta que sintió que era succionado por algo desde arriba, al alzar la vista vio que había vuelto al agujero pero, esta vez, en lugar de bajar estaba subiendo a una gran velocidad. Vio la luz más arriba entrando por el hueco del tronco, la corriente de aire que le estaba ayudando a subir le escupió a gran fuerza y salió, finalmente, de aquel agujero. Al aterrizar contra el suelo, el dolor del golpe ni siquiera se presentó, estaba tan atónito por las notificas que había recibido que no podía centrarse en nada más que eso, no podía dejar de repetir las palabras e, inconscientemente, comenzó a temblar de nuevo.
— ¡Auron! —, exclama Lolito acercándose a él —. Pensamos que te habías muerto, yo ya estaba pensando en mi traje para el funeral.
No fue capaz de contestar, las palabras no solían de su garganta, sentía una extraña sensación en el estómago, como si estuviera vacío. Había llegado a Karmaland por una razón que ni él mismo comprendía, ahora resultaba que todo había sido dictado por el destino y que, lo más probable, algún Dios se metiera en su cabeza para obligarle a volver y todo para eso, para jugar con su cabeza de una forma espectacular. Dudas que pensó ya tener resueltas ahora volvían a la luz, ¿por qué tenía poderes ilimitados? ¿Acaso los dioses siempre supieron que tendría que destruir Karmaland en algún momento y por eso le dieron todos esos poderes para ayudarle? No podía ser, la profecía acababa de cambiar hoy, era imposible que los Dioses la supieran de antemano, ¿o no?
— Por eso los humanos no deben ver la profecía —, habla la Ninfa acercándose a Auron —. No todos son capaces de soportarla.
— Estoy bien —, miente Auron levantándose del suelo —. La parte que decía que si perdonaba a Luzu nos salvábamos y si no lo hacíamos moríamos, esa fue la que cambió.
— ¿Cuál de los dos caminos tomaste? —, inquiere la Ninfa —. Tal vez no le perdonaste, por eso cambió.
— No, sí que le perdoné.
— Tal vez eso piensas y sigues guardando rencor dentro tuyo —, opina la Ninfa, Auron negó con la cabeza, sabía que eso no es cierto —. ¿Puedo?
Estiró la mano hacia Auron y lentamente la apoyó en su frente. Frunció el ceño extrañado, ya eran dos personas que le tocaban sin quemarse, tal parece los dioses eran inmunes al fuego, algo nuevo que había aprendido. La Ninfa dio un pequeño brinco y se alejó mirando a Auron como si le acabara de hacer lo peor del mundo.
— Auron... —, susurra suavemente —. Tu no lo perdonaste.
— ¿Cómo que no? —, inquiere con confusión, de lo único que estaba seguro ahora era de que había perdonado a Luzu.
— Tu te enamoraste de él.
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Le he estado dando muchas vueltas y les tengo una buena noticia. A "Cuando Muera" aún le falta muchísimo para acabar pero, cuando termine, les informo que habrá una segunda temporada. Si, lo que habéis leído. Ya tengo planeado el final y da perfecto para un segundo libro así que no os preocupéis cuando esté termine porque habrá continuación. Espero os guste la noticia.
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Cuando muera; Luzuplay [En edición]
FanfictionLos 9 héroes de Karmaland habían tomado caminos distintos y tenían una fuerte rivalidad entre ellos la cual se ven obligada a superar cuando descubren la Profecía que acechaba al pueblo que los vio crecer y que dictaba el final de este. Auron se pro...