— ¿Qué- Qué hacéis aquí? —, inquiere Willy sin moverse como si estuviera preparado para escapar en cuanto se distrajeran.
— ¿No has oído la que se está armado allá afuera? —, habla Mangel señalando hacia la puerta por la que habían ingresado.
— He tenido que traerles para protegerlos —, explica Fargan acercándose lentamente a Willy como si temiera que huyera —. ¿Tú qué haces aquí?
— Yo... mejor me marcho.
— No —, le retiene Fargan rápidamente avanzando hasta él —. Deja de evitarnos, ya nadie está molesto contigo, Willy, nos haces falta.
— Es cierto —, asiente Ruben caminando hasta Fargan —. Al final somos una familia, ¿sabes? Y tú también eres parte de ella.
— ¿No sabe que Fargan está muerto? —, susurra Auron al oído de Luzu quien negó con la cabeza.
— No, eso ocurrió cuando Willy ya estaba encerrado en su árbol —, responde Luzu suavemente también para evitar que los demás escucharan.
— Vale, ya me he vestido así que ahora podeis comenzar a explicarme que significa que...
La frase quedó flotando en el aire cuando Vegetta notó que había una persona más en la sala, sus ojos púrpura se posaron en Willy quien le miró con expresión lastimera en el rostro, tal parece la herida aún no había sanado del todo para Willy, por eso aún no estaba listo para salir de su casa y dar la cara. Auron notó una estela azul rodeándole, es decir, una tristeza profunda que aún lo acongojaba, aquella disputa con los chicos debía afectarle bastante como para que después de tanto tiempo siguiera causándole aquel sentimiento.
— Guillermo... —, susurra Samuel sin apartar los ojos de vista —. ¡Guille!
Sin dudar más, corrió hacia él y lo rodeó en un fuerte abrazo que tomó por sorpresa a Willy quien esperaba una reacción completamente opuesta. Los demás chicos se mantuvieron al margen observando la escena, después de todo eran ellos quienes albergaban el centro de la disputa, no les correspondía entrometer las narices donde no debía. Se sentó en una silla frente a Rubius quien le miró con mala cara, aún no comprendía por qué le odiaba tanto pero era sumamente notorio que no había disminuido para nada el disgusto que le demostró el primer día. Sus ojos viajaron a Luzu que estaba con su espalda apoyada en la pared, se veía pálido y sus ojeras habían aumentado, mostraba un cansancio que Auron comprendió que se trataba debido a aquel gran ejército que había invocado minutos atrás, volvió a levantarse y caminó hasta él sintiendo los pies pesados por su propio cansancio.
— ¿Estás bien? —, inquiere Auron haciendo que Luzu levantara la cabeza.
— No es nada, sólo estoy cansando —, habla sonándose los ojos con el dorso de su mano como un niño pequeño —. Jamás había invocado tantos muertos, debe ser eso.
— Ve a descansar que mañana será chungo.
— No, tranquilo —, niega con la cabeza —. Se que tú no pegarás ojo en toda la noche y si tú no duermes, yo tampoco lo haré.
Tenía razón, por muy cansado que se sintiera se veía incapaz de dormir, su mente estaba maquinando demasiadas cosas a la vez como para poder conciliar el sueño o siquiera pensar en ello, lo único que sentía era una ansiedad enorme por saber que diablos estaba ocurriendo allí, y eso que llevaba ignorando la lectura de cartas que Mildred le hizo. Por otro lado, sabía que debía descansar, en caso contrario terminaría desmayándose como le había ocurrido en la mansión de Vegetta y necesitaba toda su energía para poder utilizar sus poderes en caso necesario, así que no tenía más opción que intentar descansar a pesar de todo lo que le impedía hacerlo.
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Cuando muera; Luzuplay [En edición]
FanfictionLos 9 héroes de Karmaland habían tomado caminos distintos y tenían una fuerte rivalidad entre ellos la cual se ven obligada a superar cuando descubren la Profecía que acechaba al pueblo que los vio crecer y que dictaba el final de este. Auron se pro...