43. Piedras sagradas

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— No lo tengo muy claro —, comienza a explicar Auron sacudiendo la cabeza repetidas veces, comenzó a caminar de lado a lado mirando el suelo —. Me he ido por lo que pareció una eternidad, no se como lo he hecho pero creo que abandoné mi cuerpo y me fui al Mundo de los Muertos, no estoy seguro porque jamás he estado ahí pero es que no puede ser otro sitio.

— Entonces, ¿no escuchaste nada de lo que pasó aquí? —, inquiere Luzu limpiándose las lágrimas que aún estaban en sus ojos, Auron se detuvo y le miró con el ceño fruncido.

— Pues no —, responde extrañado —. ¿Pasó algo? ¿Sí me pegaste una hostia en la cabeza? Tal vez eso fue lo que me llevó al Mundo de los Muertos, golpeame de nuevo.

— Dios, es que eres tontísimo —, escupe Luzu apretándose el puente de la nariz —. Tienes otro poder, Auron, eres como... como un portal entre ambos Mundos, les puedes dejar tu cuerpo a los muertos para que se comuniquen, hiciste eso con mi padre.

— ¿Lo... hice?

— Sí —, asiente suavemente Luzu, en ese momento recordó las palabras de su padre recordando aquél regalo que le hizo a los 16 años y algo pareció iluminarse en su interior, le miró atentamente y luego se alejó corriendo de Auron.

— ¡Eh! ¿A dónde vas? —, inquiere Auron siguiendole.

 Le siguió por el interior de su casa hasta una de las habitaciones principales, la sala era de un ladrillo blanco y las paredes tenían bastantes armarios y cofres con cuadros pintados a mano con distintos objetos que Auron supuso que indicarían el contenido de cada baúl, vio a Luzu acercarse a la esquina de la sala que estaba vacía, se paró justo en la esquina y dio un leve golpe con el pie, en ese momento el suelo se abrio y cayó directo hacia la Tierra, Auron corrió rápidamente hacia allí pero el suelo había vuelto a cerrarse, observó aquella esquina con confusión y notó un leve desnivel en forma de cuadrado, con cautela, se subió a aquél cuadrado y golpeó el suelo con suavidad haciendo que este se abriera y cayera tras Luzu. Sintió como todo su cuerpo pesaba más de lo normal y como una extraña fuerza lo arrastraba hacia abajo, su pulso se aceleró por un segundo logrando que sintiera sus latidos en el cuello, unas ganas de potar le invadieron y tuvo que controlarse para no hacerlo, su visión estaba borrosa y se sentía mareado, vio a Luzu acercándose quien le apoyó una mano en el hombro y rió con gracia.

— Tu primera vez usando uno de estos elevadores, ¿adivino? —, habla con gracia viendo como Auron se apoyaba contra la pared intentando pasar el mareo.

— Estáis loco, el que creo esas cosas del demonio esta pirado y vosotros por usarlos.

— Venga, no seas llorica, ya se te pasará —, habla Luzu restandole importancia —. Mientras tú andabas paseando con los muertos mi padre me ha dicho un par de cosas, me recordó un regalo que me hizo a los 16 años, la vez que me lo regaló no tenía ni puta idea de que era pero ya lo sé, sólo debo encontrarlo...

— ¿Y qué es?

 — Un mapa —, explica Luzu comenzando a revisar en los baúles blancos que tenía en aquella habitación, a diferencia de los cofres de arriba estos tenían código por lo que supuso eran muchísimo más importantes —. Tu sabes que hace años los ancestros de Karmaland estuvieron trabajando en concentrar las fuerzas de las piedras sagradas en diversos puntos de Karmaland para así alimentar los poderes de la gente y la magia del pueblo.

— ¿Cómo coño sabes eso? —, inquiere Auron con confusión mirando por encima de los baúles como si aquello sirviera de algo.

— Dios, Auron, que eso nos lo pasaron en Historia de Karmaland, ¿no recuerdas nada de lo que vimos en la escuela? —, le regaña Luzu tal y como en los viejos tiempos.

— A ver, que recuerdo un par de cosas pero sabes que historia nunca me ha molado, ¡si dormía toda la clase!

— A ver, hace cientos de años atrás en la ciudad hubieron 5 descendientes directos de los Dioses, Rubí, Esmeralda, Zafiro, Ágata y Circón, ellos eran los seres más poderosos del pueblo y llegaron en la Guerra por Karmaland, se podría decir que fueron los anteriores héroes, cuando los Dioses ganaron la batalla ellos necesitaban proteger al pueblo porque sabían que Araxiel volvería, para eso decidieron concentrar sus fuerzas en distintos puntos de Karmaland y, así, darles nuevas fuerzas a todos los habitantes y a sus tierras —, explica Luzu escarbando por todos los baúles y lanzando cosas por los aires en busca de aquél mapa —. Mi padre estudiaba la historia de Karmaland y se iba constantemente en viajes y expediciones, asumo que eso si lo recuerdas, en sus viajes el encontró cuatro de los puntos vitales de Karmaland, encontró a Zafiro, Ágata Esmeralda y Rubí pero Circón siempre fue más precavido que los demás por lo que no pudo encontrarlo, estuvo muy cerca de hacerlo pero... no pudo continuar, la cosa es que necesitamos ese Mapa, mi padre me lo dijo.

—¿Para qué coño necesitaríamos encontrar a un par de viejos hechos polvo? —, pregunta Auron con confusión.

— ¡Hostia, Auron! —, exclama con frustración, parecía que iba a seguir gritándole pero dejo de buscar, tomó aire y habló con suavidad —. No son simples viejos mortales, son descendientes de Dioses, en sus tumbas dejaron su propia alma atrapada dentro de las piedras sagradas que los representan, allí encerraron todos sus poderes, sus memorias, sus conocimientos... Ellos siguen vivos dentro de esas piedras, si llegamos a ellas seguramente encontraremos una respuesta e incluso podemos traerles de vuelta a la vida, tendremos de aliados a cinco de las personas mas fuertes que han existido en Karmaland.

Auron se detuvo a repasar todo eso por unos segundos, le sorprendía que jamás hubiera oído eso aunque, la verdad, siempre se dormía en clase por lo que tampoco era tan extraño, después de todo lo que había descubierto de Karmaland desde su llegada ya nada le sorprendía, ¿piedras mágicas que contenían a un par de ancianos? Pues era algo bastante original pero no del todo sorprendente, ya había asimilado que todo en Karmaland era posible y si llegara un dragón parlante que escupe ovejas de la boca y pasara a su lado, lo más seguro es que Auron simplemente le saludara y ni siquiera se volteara a verle. Su mente pareció reaccionar de pronto, recordó lo que le había dicho Heberon acerca de que Merlon estaba concentrado energía en los puntos vitales de Karmaland, ¿serán esos los puntos vitales de Karmaland? Miró a Luzu con el ceño fruncido, Luzu sólo alzó una ceja esperando oír que otra pregunta ridícula tenía que hacerle Auron ahora.

— ¿Cómo se llaman esos puntos?

— ¿Los puntos? ¿Hablas de los nombres de los Sagrados? ¿Ágata, Rubí, Zafiro..?

— No, no, los puntos, ¿no tienen un nombre común? ¿Puntos vitales o algo así? —, le interrumpe Auron, Luzu abrió mucho los ojos y le miró con sorpresa, frunció el ceño y se acercó a él.

— Sí, sí, los llaman Puntos vitales o Ejes Trascendentales, ¿cómo sabes eso? —, inquiere Luzu mostrando notoria confusión, Auron suspiró pesadamente y se pasó las manos por el cabello.

— Pues tengo un par de cosas con las que debo poneros al día. 

Cuando muera; Luzuplay [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora