Caminaban por el bosque con los brazos de Auron iluminando el camino. Pese a ser plena tarde, el bosque era un lugar sumamente oscuro debido a las sombras que creaban el follaje de los árboles. Monica había insistido en acompañarlos y Auron no encontró ninguna razón para impedírselo. Un aire helado hacía aullar las ramas de los arboles. Luzu traía su arco cargado apuntando hacia el suelo, el bosque, a diferencia del pueblo, no estaba protegido de monstruos por lo que todos estaban alerta. Se abrieron paso por entre los árboles, Monica, con sus poderes, apartaba las ramas y arbustos que se cruzaban en su camino logrando que un pasillo natural fuera apareciendo frente a ellos. No sabían dónde se dirigían sólo lo sabrían cuando llegaran a su destino.
— ¿Estaremos cerca? —, inquiere Auron mirando a Luzu por sobre su hombro quien le correspondió la mirada pero se encogió de hombros como respuesta.
— Pues deberíamos, el bosque es su propiedad —, resopla de mala gana alzando la vista a la copa de los árboles intentando divisar su objetivo pero nada —. ¿Cómo la encontraron la primera vez?
— Pues apareció de la nada como en un halo de luz —, explicó Auron recordando cuando Fargan les llevó a la Ninfa del Bosque —. ¿Frances?
Esperaron expectantes por una respuesta. Por varios segundos nada cambio, los árboles seguían ululando, los grillos seguían con su sinfonía y el sol seguía ascendiendo pero, de pronto, una luz azul apareció como una llamarada por entre los árboles hasta llegar a ellos, la luz aterrizó en el césped a sus pies y de ella se alzó la Ninfa. El aspecto de Frances había vuelto a ser pulcro, las heridas de su rostro ya habían desaparecido pero sus ojos ahora reflejaban miedo. Cuando notó que Auron había sido quien la había invocado, sus ojos brillaron llenos de esperanza y corrió hacia ellos.
— ¡Auron! ¿Encontraste a Circón? —, inquiere rápidamente, Auron se volteó para mirar a Luzu quien dio un paso adelante.
— Por eso estamos aquí —, habla Luzu haciendo que los ojos verdes de la Ninfa se posaran sobre él —. Mira que mandarnos a buscar la última piedra a tomar por culo te resultó bien pero ya sabemos la verdad.
La mirada de Frances se paseó por los tres rostros que estaban frente a ella con confusión hasta volver sobre el rostro orgulloso de Luzu quien estaba increíblemente satisfecho con haber sido quien descubrió el paradero de la última piedra.
— No te hagas la tonta, sabemos que tu tienes la piedra —, le calla Luzu haciendo que Frances retrocediera con el ceño fruncido.
— ¿Yo? —, inquiere extrañada, Luzu asiente llevándose la mano a la barbilla —. Te equivocas, no tengo idea de donde está.
— ¿Me vas a decir que no tienes idea de que eso que trae tu diadema es una de las piedras sagradas? —, puntualiza Luzu señalando la diadema de Frances.
La diadema era del mismo color que sus astas, de un color marfil opaco decorada con flores, piedras y cristales de todo tipo. La mano pálida de Frances subió a su cabeza hasta alcanzar la diadema que allí reposaba, se la quitó sin apartar los ojos de Luzu y comenzó a analizarla fijamente. Sus ojos se detuvieron en la piedra del centro que era más grande que todas las otras que habían y que era de un color marrón resplandeciente. Alzó la vista hacia Luzu con los ojos muy abiertos.
— Espera, ¿no lo sabías? —, habla Auron esta vez, Frances negó varias veces con la cabeza.
— N...no —, titubea deslizando sus dedos por la gema —. Esta diadema me la dio Heberon cuando recién nací, la he tenido desde entonces, jamás... jamás pensé...
— Puto Heberon de los cojones —, escupe Auron de mala gana, Frances le miró aterrada, Auron dio un paso hacia ella y estiró la mano —. ¿Puedo?
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Cuando muera; Luzuplay [En edición]
FanfictionLos 9 héroes de Karmaland habían tomado caminos distintos y tenían una fuerte rivalidad entre ellos la cual se ven obligada a superar cuando descubren la Profecía que acechaba al pueblo que los vio crecer y que dictaba el final de este. Auron se pro...