— El libro me había mostrado el encantamiento que te apliqué, fue como si...
— Si te leyera el pensamiento —, finaliza Auron la frase apoyándose contra la mesada, Luzu le miró por un leve segundo y asintió —. ¿Cómo conseguiste el Libro?
— Es sencillo, cualquiera puede tenerlo solo debes llamarlo —, responde Luzu con los ojos puestos en la ventana que daba a la entrada de su casa —. Para llamarlo haces un sacrificio, con una simple oveja vale, luego de que el Libro cumple su misión regresa a su hogar, nadie sabe donde es pero se presume que es en el Infierno, tiene sentido de todas formas.
— Pues la verdad sí.
— Tienes miles de hechizos, más de los que conocemos, el Libro solo te muestra los hechizos que buscas, cuando lo tenía en mis manos leí cosas... macabras pero todas seguían una línea, estaban hechas para una venganza pero cuando Lana lo leía sólo veía hechizos para poder transformar piedras en árboles frutales o darle voz a los animales —, continúa explicando Luzu —. Por eso es tan peligroso, en las manos equivocadas el Libro puede mostrar hechizos realmente oscuros y mientras más terrible el hechizo, peor es el castigo, lo más malo de todo esto es que desconoces el castigo hasta que llevas acabo el hechizo.
— Joder, no es por juzgarte pero usar ese Libro suena como una pésima idea —, habla Auron con una mueca.
— Púes sí, lo fue —, asiente Luzu pasandose las manos por el cabello —. Recuerdo haber terminado la poción, Lana estaba a mis espaldas mirando todo el proceso asustada porque el Libro estaba apoderándose de mi cerebro, cuando me voltee para mostrarle el resultado ella ya estaba... estaba... No pude dejarla ir, no así, menos por mi culpa, así que la traje de vuelta con mi poder aunque se que no podré tenerla para siempre, cuando invoco muertos el lapsus que pueden quedarse en la tierra es muy corto, si pasan más tiempo del debido comienzan a volverse locos, los zombies y esqueletos que andan por allá afuera son muertos invocados que perdieron la cordura, Lana puede resistir más tiempo aquí porque sólo estuvo unos minutos en la Tierra de los Muertos antes de que la trajera, la Tierra es lo único que conoce pero es cuestión de tiempo para que pierda la cordura también.
Intentó ponerse en la posición de Luzu pero no podía, él jamás había perdido a nadie, al menos no estaba consciente de ello, sus padres posiblemente estaban o muertos o muy lejos de él, en cualquier de los dos casos era inútil sufrir su ausencia cuando jamás les había visto, la única verdad perdida que sí había sufrido era la del padre de Luzu quien fue la persona que le acogió en su hogar cuando tan solo era un niño después de pasar sus primeros años junto a Merlon quien claramente era un pésimo padre sustituto. El padre de Luzu, Jorge, fue su mejor amigo, su consejero y su gran apoyo durante toda su vida, fue lo más cercano a un padre que tuvo a su lado y dejarlo fue lo más difícil que pudo hacer junto con abandonar a Luzu, sin ellos dos se sentía perdido y, luego de enterarse de la trágica muerte de Jorge no podía evitar sentir culpa, si él se hubiera quedado tal vez hubiera podido evitarlo pero se había marchado. Luzu, en cambio, había tenido que lidiar con aquello solo, su madre murió en el parte por lo que Jorge era lo único que tenía y lo había perdido, luego estaba Auron, su mejor amigo que se había marchado y, finalmente el amor de su vida que murió porque no pudo superar su traición, si lo pensaba todo el sufrimiento de Luzu era su culpa.
— Estás equivocado —, habla una voz a sus espaldas, se volteó con el ceño fruncido y se encontró con un hombre que le miraba con una media sonrisa —. No has hecho más que cuidar a mi pequeño Borja y por eso mismo siempre te estaré agradecido.
— ¿Jor...Jorge? —, susurra desconcertado al reconocer el rostro de aquel hombre, Luzu alzó la cabeza rápidamente sin poder creer que acababa de oír ese nombre que no se había atrevido a pronunciar desde el accidente en el lago —. ¿Qué haces aquí?
— Nunca me he ido de aquí —, explica acercándose a él, miró a Luzu por sobre su hombro que miraba a Auron con desconcierto —. Soy su ángel.
— ¿Su ángel? Fargan me explicó un poco de eso, sí —, asiente Auron mirando a Luzu.
—¿Qué cojones? ¿Con quién diablos hablas? —, inquiere Luzu con un tono que Auron reconoció de inmediato, Luzu estaba cabreado —. No se qué coño te pasa pero si piensas que esto es gracioso no lo es así que para ya.
— A desarrollado el temperamento de Lucy —, ríe Jorge con gracia pasándose la mano por su cabeza casi sin ningún cabello —. Como su ángel estoy enterado que este es su último año, no hay mucho que pueda hacer más que estar a su lado y protegerle en cuanto pueda, como me gustaría que tuviera más tiempo, un año no es nada.
— Usted tal vez no pueda hacer nada pero yo sí y lo haré —, habla Auron con determinación —. Le daré más tiempo, lo prometo.
— ¡Basta cojones! —, grita Luzu con desesperación —. ¡Deja de jugar a esta puta mierda de una vez!
— Calma —, le habla Auron pero Luzu estaba demasiado enfadado como para oírle, podía verlo en sus ojos.
— ¡¿Cómo quieres que me calme si ahora mismo estás tocándome los cojones?! ¡¿Te piensas que es gracioso que tras confesarte algo como lo de Lana te pongas a joder con mi padre muerto?! ¡Agradece que aún no te arranco la cabeza de una hostia! —, gruñe Luzu acercándose a él con los puños apretados a los costados de su cuerpo, Auron retrocedió y miró a su derecha buscando apoyo en Jorge que miraba la escena con los ojos muy abiertos.
— Luzu, escúchame, que tu padre está aquí, está a tu izquierda ahora.
Sin tragarse sus palabras, Luzu miró hacia donde indicaba Auron pero, evidentemente, no había nada allí, volvió la vista a Auron y sujetó su remera negra con fuerza levantándolo del suelo, pudo ver sus ojos brillantes por las lágrimas que intentaba retener, supuso que no le gustaba hablar de su padre. La mano libre de Luzu se levantó empuñada y estaba por golpearle cuando Auron estiró su brazo hacia Jorge quien le tendió la mano rápidamente con la mirada expectante sobre su hijo.
— Hola, Borja.
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Cuando muera; Luzuplay [En edición]
FanfictionLos 9 héroes de Karmaland habían tomado caminos distintos y tenían una fuerte rivalidad entre ellos la cual se ven obligada a superar cuando descubren la Profecía que acechaba al pueblo que los vio crecer y que dictaba el final de este. Auron se pro...