45. La puerta de Vegetta

1K 217 57
                                    

— Venga, ¿y ahora qué? —, inquiere Fargan con sus brazos estirados moviéndolos por sobre el césped, Auron le miró con confusión captando la atención de Fargan —. Estoy intentando captar la energía de la piedra.

— Si serás idiota —, habla Lolito apretándose el puente de la nariz.

— ¡Qué no ere un detector de metale, hostia! —, habla Mangel frustración cogiendo las manos de Fargan y bajándolas logrando que Fargan suspirara.

— ¿Y qué hacemos? —, inquiere Auron mirando a Luzu quien examinaba con la vista todo el lugar como si fuese a recibir una señal pero todo parecía sumamente tranquilo.

— Dios, ¿Qué se yo? Es mi primera vez buscando estas piedras de mierda —, resopla Luzu de mala gana, se pasó las manos por el cabello con desesperación, Auron le miró con el ceño fruncido —. Pensaba que recibiríamos una descarga de energía o algo así como mi padre me comentaba pero parece que solo hablaba por hablar.

— Eh, calma —, dice Auron apoyando su mano sobre su hombro, Luzu le apartó de golpe haciendo que Vegetta soltara una risa suave que hizo que Auron le mirara —. No es tu culpa, Luzu, ninguno sabe como funciona esto.

— Pero yo debería saberlo, mi padre trabajaba en esta mierda —, resopla de mala gana caminando por frente de la puerta de Vegetta con su vista fija en el suelo —. ¡Pero es que no hay nada!

— Yo opino que reventemos la puerta y ya está —, suelta Alexby logrando que Vegetta se volteara amenazante a verle.

— Venga, yo tengo explosivos —, dice Willy con una sonrisa.

— ¡Nadie explotara nada hasta que estemos seguros! —, habla Vegetta con determinación.

Los presentes guardaron silencio y se miraron entre ellos sin saber que procedía. Auron comprendía el sentimiento de Luzu, él también había escuchado a Jorge hablar acerca de aquél golpe de energía que recibía cada vez que estaba cerca de unas piedras, era cierto que él tenía maquinaria especializada para su trabajo pero siempre decía que no era necesaria y que se trataban de simples formalidades. Alzó la vista hacia el cielo como si esperara que Heberon le enviara una señal o algo pero ya sabía que los Dioses le ayudaban cuando les apetecía y no cuando realmente les necesitaba. Al fijarse mejor notó cerca del faro de Vegetta que generaba unos rayos de luz rojos una pequeña anormalidad, cada vez que la luz del faro apuntaba hacia el frente se podía ver como la luz no seguía propagándose a diferencia de como lo hacía en el resto de los lados. Bajó la vista y miró a Vegetta que miraba como Luzu caminaba de un lado a otro en busca de aquella energía que su padre había mencionado.

— ¿Vege? —, habla con cautela, Vegetta le miró con las cejas alzadas —. Tu hiciste toda tu mansión, ¿no?

— Claro —, asiente caminando hacia él, señaló la puerta frente a ellos —. Desde esa puerta hasta aquél faro, tarde un poco pero valió la pena.

— Por casualidad, ¿hay algo más frente al faro?

— ¿Frente al faro? —, inquiere con confusión, Auron asintió, los ojos púrpura de Vegetta subieron hasta ver su faro al borde de su isla flotante y sus ojos captaron lo mismo que Auron había visto minutos atrás, su boca se abrió en una exclamación y bajó la vista lentamente hasta volver a encontrarse con los ojos de Auron que le miraban expectante —. ¿Cómo cojones no vi eso ahí?

— ¿Qué encontraron? —, inquiere Rubius acercándose hacia ellos con la vista en alto intentando captar lo que habían visto los chicos antes, al notar la pequeña anomalía en el cielo abrió muchos los ojos —. ¡Hostia puta! ¡Luzu, que está aquí la piedra, la he encontrado!

— ¿Qué dices, cabezón? Si la ha encontrado Auron —, desmiente Vegetta con el ceño fruncido.

— Haber estudiado —, responde haciendo ceñas hacia el cielo para que el resto de los chicos vieran lo que había allí flotando. 

— Yo no veo nada —, habla Mangel mirando en dirección contraria, Alex lo sujetó de los hombros y lo volteó en dirección a la piedra —. ¡Pero si ahí está la piedra! 

— Bien, iré yo —, habla Fargan con la vista fija en la piedra.

Sin previo aviso, hizo un pequeña carrerilla  y separó sus brazos elevándose gracias al viento. Observaron la figura de Fargan alzandose tal y como haría un pájaro en dirección a la piedra, cuando parecía ya haber llegado, Fargan comenzó a volar en círculos al rededor de esta logrando una gran confusión en el resto de los chicos que se miraron desconcertados.

— ¿Por qué no la coje? —, inquiere Lolito llevándose una mano a la frente para cubrirse sus ojos del sol.

— No lo sé —, admite Luzu desconcertado.

Tras dar un par de vueltas más, Fargan descendió a una gran velocidad y aterrizó dando una voltereta en el suelo, se levantó con el ceño fruncido y se sacudió los pantalones rojos. Los demás chicos lo miraban en completo silencio sin comprender aún porque no había cogido la piedra, al alzar la vista, Fargan simplemente se encogió de hombros.

— Tiene pinta de que se confundieron porque allá arriba no hay nada.

— ¿Cómo que no hay nada? —, pregunta Auron con confusión volviendo a alzar la vista, claramente allí estaba la piedra, no podía ser otra cosa —. Pero si está allí.

— Que no, hombre —, niega Fargan repetidas veces —. La vi cuando me acercaba pero cuando estuve en esa posición desapareció.

— Puede ser un anzuelo —, menciona Vegetta con los ojos en la piedra —. Por eso yo no la vi al construir mi casa, es un holograma.

— Tiene sentido, dudo que una piedra tan poderosa como esa esté allí a simple vista —, concuerda Willy rascándose la barbilla —. Eso quiere decir que tendremos que explotar tu puerta para averiguarlo. 

— No, no —, se adelante a negar Luzu antes de que Vegetta sufriera un ataque de nervios —. Eso no es un holograma, esa sí es la piedra.

— ¿Qué no estás escuchando lo que estamos hablando? Que no está allí —, resopla Alexby logrando que el cristal de su máscara se empañara.

— Que no —, niega bruscamente Luzu —. Los hologramas no funcionan así, la luz del sol impide que se vean pero ese "holograma" recibe toda la luz del sol, es un truco muy común, las aldeanos lo usan mucho para ocultar sus aldeas, la aldea está allí pero aplican una fuerte protección para que no la veas cuando te acerques lo suficiente.

— ¿Y cómo se rompe esa protección? —, habla Auron con el ceño fruncido, los ojos de Luzu le miraron cautelosamente.

— No tengo ni puta idea. 

Cuando muera; Luzuplay [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora