— Tiene razón —, habla Fargan mirando a los chicos —. Anda un ratón por allí tocándonos los huevos y no me gusta para nada.
— No hay que separarnos —, habla, esta vez, Luzu —. Mientras estemos juntos no podrán inculparnos y así podremos ver los verdaderos ataques del gilipollas, es la única forma que tenemos de saber quién es.
— Gran charla, pero ahora necesito que Mangel venga y sane a Vegetta de una puta vez o tendremos que abrir un jodido comentario de mascotas joder —, interrumpe Auron mirando al lobo que se lamía las heridas que no paraban de sangrar.
Mangel se acercó a ellos y se arrodilló frente al lobo, deslizó sus manos por su pelaje haciendo que Vegetta se estremeciera por el dolor. Poco a poco vio como las heridas parecían cerrarse por cuenta propia a una lentitud impresionante, los ojos de Mangel estaban entornados con toda su atención puesta en el lobo, no era muy bueno con su poder, a diferencia de la mayoría de la gente, Mangel requería poner muchísimo esfuerzo para llevar a cabo su poder lo cual no era algo normal aunque los curadores solían necesitar una preparación que las demás personas no necesitaban, claramente él no recibió ningún curso o nada parecido, era el único curador de todo Karmaland por lo que no había forma de que pudiera recibir apoyo de alguien con experiencia que le guiara con su poder.
— ¡Se va a morir antes de que le cures! —, exclama Fargan inclinándose sobre los chicos para observar.
— ¡Callaos la boca que está haciendo lo que puede! —, ordena el pelirrojo empujando a Fargan.
Sin saber por qué, Auron decidió tomar las riendas del asunto, se quitó los guantes y posicionó las manos sobre Vegetta sin llegar a tocarle, se concentró en sus heridas y las imaginó curándose desde adentro hacia afuera sin dejar siquiera una cicatriz, cerró los ojos y movió las manos por sobre el cuerpo del lobo sintiendo como el color salía por sus dedos. Escuchó una exclamación de sorpresa y un par de palabrotas de los demás chicos a sus espaldas. Dejó de sentir aquel color en sus dedos y abrió los ojos, vio el cuerpo de Samuel completamente intacto, no tenía ninguna herida, ni siquiera una sola gota de sangre en su pelaje, rápidamente el lobo se levantó como si jamás hubiera estado herido, incluso la quemadura de su estómago había desaparecido por completo.
— Que ere mejoh que yo —, dice Mangel apenado —. Creo que vas a teneh que enseñarme, cabrón.
— Sólo tienes que visualizarlo —, explica mirando al lobo corriendo y dando brincos como si celebrara no tener ninguna herida —. Al menos eso me funciona a mi.
— Las clases para otro momento que ahora estamos intentando descubrir quién nos quiere separar —, le recuerde Lolito cruzándose de brazos —. Otro tema importante es la maldición de Auron, ahora que ya volvieron a comerse las pollas de nuevo podrías, al menos, devolver su aspecto actual.
— Sí —, concuerda Alexby mirando a Auron por sobre su hombro —. Que da hasta asco verlo así.
— Bien, lo haré, pero necesito tiempo para preparar la pócima para revertirlo.
— ¿No tienes una pócima? —, exclama Auron con sorpresa, Luzu niega con la cabeza.
— No, jamás me imaginé que en algún momento querría devolverte tu apariencia —, explica encogiéndose de hombros —. Pensaba dejarte así para el resto de tu vida, algo así como cinturón de castidad modernista.
— Posesivo —, tose Alexby falsamente sacándole una carcajada a Lolito.
Se escuchó una explosión en el medio del bosque haciendo que todos guardaran silencio, los pájaros salieron volando rápidamente de los follajes de los árboles que comenzaron a arder en llamas, antes de que pudiera si quiera mencionarlo, otra explosión se escuchó, esta vez un poco más cerca tirando varios árboles abajo. Se levantó rápidamente de su lugar y mantuvo su vista fija en el bosque, la siguiente explosión fue casi donde comenzaba el bosque frente a ellos, pudo ver una sombra entre los árboles a lo lejos, algo que le sorprendió ya que se encontraba a una gran distancia, supuso que también tenía buena visión al igual que Fargan.
— Hay algo en los árboles —, habló Auron sorprendiendo a Fargan.
— ¿También lo has visto? —. Asiente con la cabeza —. Vale, me quitaré el collar e iré volando hacia allí a ver qué pasa, vosotros estad atentos porque parece ser algo chungo.
— Bien, pero ten cuidado, Fargan —, menciona el chico del casco.
— ¿Cuidado de qué? ¿De morir? —, bromea con una sonrisa haciendo que Alexby riera con él.
Se quitó el collar y lo guardó en el bolsillo de sus pantalones rojos a cuadros negros, y, sin más, se dio impulso y separó sus brazos de su cuerpo haciendo que sus alas artificiales se abrieran permitiéndole elevarse gracias al viento. Sus ojos se mantuvieron fijos en la figura de Fargan que sobre volaba los aires observando algún indicio que indicara que ocurría en el bosque pero algo llamó su atención a lo lejos, vio la figura de la Ninfa del Bosque contemplando todo desde una casa con una aura blanca bordeando su silueta, al notar los ojos de Auron sobre ella alzó una mano y le llamó con un suave gesto.
— Ya vengo —, habla Auron sin esperar una respuesta.
Se apresuró a llegar donde la Ninfa con cuidado de esquivar el agujero donde Mordisquitos aún estaba dando golpes en todas direcciones intentando salir sin ningún resultado. Esquivó las grandes piedras que estaban en el suelo hasta que finalmente llegó frente a Frances que le contemplaba con sus ojos verdes muy abiertos como si hubiera algo que la estuviera preocupando y, claro, no era de sorprender después de ver todos aquellos sucesos que habían ocurrido en tan poco tiempo.
— ¿Qué ocurre? —, inquiere Auron mirándola con intriga, la Ninfa miró por sobre su hombro en dirección al resto de héroes que les miraban con atención.
— Los Dioses me han enviado a buscarte —, menciona apretando la mandíbula —. Se que te han contactado dos Dioses ya, están de tu lado, Auron.
— Lo he notado.
— Bien, pero no vengo a hablar de eso, ellos me han pedido que cuide de ti, te necesitan vivo para el día final —, prosigue —. Me... me han pedido que no te diga nada acerca de ese día, así que lamento tener que ser tan ambigua con todo esto, en serio me gustaría ayudarte pero los Dioses están sobre mi, espero lo comprendas.
— Lo hago —, asiente suavemente —. Ya estoy acostumbrando a tener muchas preguntas y pocas respuestas, pero al menos me alegra que estes de nuestro lado.
— Bien —, asiente sonriendo levemente —. El motivo por el que estoy aquí no es ese, en todo caso, mira, ahora mismo está desatándose algo sumamente poderoso en Karmaland, eso que veis en el bosque, no podréis derrotarlo, necesito que os escondáis, he visto este día mil veces y hay sólo dos opciones, o os escondéis y aumentáis la vida del pueblo de Karmaland, o luchais y acaban con miles de vidas inocentes.
— ¿Pero qué es eso?
— Lo sabrás más adelante —, menciona cada vez más alterada —. Ahora quiero que tomes a todos tus amigos y le ordenes a Fargan que os lleve s la guarida de la Hermandad, allí estarais a salvo, eso que está en el bosque te está buscando, no puedo dejar que te atrape, os daré la mayor cantidad de tiempo que pueda, ¿vale? Vosotros corred.
— Frances, no —, niega rápidamente, la expresión de la Ninfa cambió al oír su nombre de la boca de Auron —. No dejaré que te pongas en peligro por nosotros.
— No tienes más opción —, menciona luciendo sumida en una tristeza que jamás había visto en el rostro de nadie —. Ten.
Sacó de su bolsillo una pequeña perla de cristal del tamaño de una canica, la estiró en dirección a Auron quien la recibió dudoso. Se acercó la perla al rostro y pudo notar un pequeño animal que jamás había visto andando alrededor de la perla sin un rumbo fijo o propósito. Alzó la vista y vio que la Ninfa también miraba la perla con preocupación.
— Ese es uno de los nueve titanes de Karmaland, obedece a quien lo saque de su esfera pero solo funciona una vez así que úsalo con ingenio, solo debes arrojarlo al suelo y pisarlo, el te protegerá cuando llegue el momento —, dice señalando la esfera, Auron la guardó en su bolsillo —. Una última cosa, Auron, los Dioses te han dicho que no confíes en nadie, yo discierno de ellos, sigue a tu corazón, tu tienes todas las respuestas a las miles de preguntas que te acongojan.
— Gracias, Frances.
— Vive bien, Auron —, menciona alejándose de él con el aura cada vez más amplia de aquel color blanco y, por alguna razón, sintió que aquella sería la última vez que la vería.
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Cuando muera; Luzuplay [En edición]
FanfictionLos 9 héroes de Karmaland habían tomado caminos distintos y tenían una fuerte rivalidad entre ellos la cual se ven obligada a superar cuando descubren la Profecía que acechaba al pueblo que los vio crecer y que dictaba el final de este. Auron se pro...