El sol se estaba poniendo cuando Nathan detenía su caballo en la entrada de su mansión. Con él iban Jon y algunos de sus mejores hombres. Él y todos estaban agotados de tanto cabalgar por la ciudad en busca de pistas sobre el paradero de Katherine sin éxito alguno.
En esos momentos llegaba el grupo del joven Jeremy también a caballo. Por su rostro, Nathan entendió que tampoco había tenido suerte, pero aún así le preguntó:
-¿Cómo os a ido?
-Hemos buscando por los puertos próximos a la ciudad. Ni rastro. Nada -respondió el joven con frustración-. No hay indicios de que hubieran pasado por allí.
-Por qué nunca fueron allí -dijo Nathan con convicción.
-¿Estáis convencido de que ella sigue aquí? ¿En la ciudad?
-Totalmente.
-Pero, cuando fuimos a la mansión de ese marqués...
-¡Ya lo sé! -exclamó Nathan con rabia-. Ya lo sé... -dijo esta vez más calmado- y me da rabia solo recordarlo.
-Aún me sorprende que ese desgraciado este libre con todo lo que hizo -dijo Jon a su lado, apretando los puños-. ¿Es que siempre se sale de rositas?
-Fue quien secuestro y violo a mi hermana anteriormente, ¿cierto?
Nathan y Jon asintieron. -Mi ex-prometida estuvo metida también por simples celos. -dijo Nathan mientras subían los escalones de la entrada-. Y ahora estoy seguro de que el marqués está metido.
-¿Por qué creéis eso?
Nathan no respondió a la pregunta, no fue capaz con la rabia que sentía dentro. Jon pudo ver su cara de rabia y odio. Lo conocía bien y estaba con el conde respecto a la implicación del marqués.
-La mirada que nos dio cuando no la encontramos en su mansión la otra noche lo dejo bien claro: él sabe dónde está ella y quién la tiene. Y puedo sentir que incluso la tuvo de nuevo en...
-La encontraremos -le aseguro Jon, posando una mano en su hombro-. Estoy seguro.
-¿Cómo está tan seguro? -preguntó Jeremy con desesperación-. ¡Hemos buscado por toda la ciudad y alrededores sin resultado!
-Un presentimiento -respondió el Conde sin detenerse-. Nunca me ha fallado.
Con eso Nathan entró en su despacho dejando a su capataz y a su futuro cuñado fuera. Necesitaba estar a solas para pensar con claridad. Y para calmarse. Tanto días sin saber dónde estaba Katherine le estaba carcomiendo por dentro, deseando ir a por el marqués y su esposa para hacerle hablar a golpes. Tenía el presentimiento de que incluso sin ex-prometida, Bárbara, también estaba metida por su absurda celosía hacia Katherine y por como la trato tras su primera desaparición.
También empezaba a tener una ligera sospecha de alguien más; su primo William. Tras su marcha no había vuelto a saber de él, pero aún recordaba las miradas que le daba a Katherine, y también recordaba el episodio que le contó Kath sobre que él los había espiado mientras lo hacían.
Como bien le dijo al joven Jeremy, sus presentimientos nunca fallaban. Y menos ahora.
Volviéndose abrió la puerta de su despacho de nuevo. Allí encontró a Jeremy de pie, desconcertado, solo. Jon no se encontraba allí.
-¿Dónde está Jon?
-Dijo algo de una corazonada -respondió el joven confundido.
Nathan sonrió divertido. Estaba claro que Jon seguía queriendo a Kath aunque se hubiera retirado del cortejo. Y algo le decía que ambos habían tenido la misma idea.
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La Perfecta Sirvienta (Perfectas I)
Historical FictionKatherine Jackson es una chica humilde que desea tener un trabajo digno de sirvienta, como tuvieron sus padres. Consigue cumplir su sueño cuando es contratada en la Mansión Sullivan, la casa del Conde más poderoso y respetado de la ciudad. El dueño...