Capítulo 11: Astucia

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Regresamos a la aldea en busca de lo necesario para el viaje, la sacerdotisa y yo nos armamos con arcos y flechas, nos despedimos de la anciana y salimos de la cabaña donde el de las orejas nos esperaba impaciente.

Inuyasha: ya era hora —molesto— ¿Sabes dónde se encuentran, enano?

Shippo: —asiente— yo los guiaré.

Saca una hoja de su ropa, se la pone en la frente y se transforma en una bola rosada gigante ¿Con antenas amarillas? Y voladora. No me esperaba algo como eso.

Hakuryu: increíble ¿Cómo haces eso?

Shippo: ¡Les dije que soy un demonio muy poderoso!

Nos mostraba su nueva forma por todos lados modelando y le aplaudíamos con la miko.

Inuyasha: ¡Ya déjense! —al niño— ¡Llévanos de una buena vez donde esos sujetos!

Que alguien le enseñe modales, por favor.

Kagome: Inuyasha no seas descortés.

Inuyasha: ¡Hay que ir cuanto antes tras ellos y ustedes siguen pegados hablando como tontos!

Kagome: abajo.

Y su cara se estrelló en el suelo otra vez ¿Alguna vez aprenderá a mantener su boca cerrada? Ese fuerte impacto siempre me llega hasta doler a mí.

Shippo: ¡Eso fue asombroso! ¿Cómo lo hiciste? —volando junto a nosotros.

Kagome: no eres el único poderoso por aquí, Shippo —se ríe— vamos donde los hermanos relámpago.

Así avanzamos dejando al orejas de perro en el suelo.

Inuyasha: ¡No me dejen aquí! —reclama.

Se levanta y se coloca a nuestro lado rápidamente. Pasados los minutos nos alejamos de la aldea, fuimos por un sendero que nunca antes había transitado. Yo andaba junto al kitsune al frente, detrás de nosotros estaban los otros integrantes del grupo. El silencio inundo el viaje por largos minutos. Me pregunto cómo serán los sujetos a los que nos enfrentaremos, deben ser muy fuertes. Observé a la bola rosa voladora temblando, seguro que moría de miedo. No lo culpo, esos malditos acabaron con la vida de su padre, son de temer.

Hakuryu: hey, Shippo —llamé a su nombre.

Shippo: ¿S..si? —hasta su voz se entrecortaba.

Hakuryu: ¿Tienes miedo?

Shippo: cla..claro que no, so..soy muy fuerte. Ellos no..no podrán conmigo.

Me encantaba como trataba de seguir fingiendo coraje aun en estas circunstancias. Otras personas no se atreverían a ir en contra de su seguridad, su valentía era de admirar.

Hakuryu: —reí un poco— tranquilo, nosotros te protegeremos. Sobre todo Inuyasha, él tiene una gran espada hecha para eso.

Shippo: ¿De verdad? —emocionado.

Inuyasha: ¡Ja! No me metas a mí en tus asuntos —lo sentí gritar a mis espaldas.

Kagome: si quieres usar a Colmillo de Acero tendrás que protegernos —su voz era como la de una madre regañando a su hijo.

El bufo enojado, el asunto con su espada sigue pendiente, ojalá entre en razón cuando nos enfrentemos en batalla contra aquellos sujetos. Sin su gran arma será más difícil la victoria.

Después de un largo rato de caminata llegamos a un lugar sin vegetación, oscuro, la niebla tapaba las rocas más lejanas, las espesas nubes no dejaban que el sol se asomara, incluso hacía frio, un sitio aterrador. La perfecta guarida de un villano de película. Una montaña a lo lejos era rodeada por una tormenta eléctrica.

InuYasha A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora