Capítulo 99: Refugio

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Llegamos a la villa de la anciana Kaede avanzada la noche, ella despertó para recibirnos algo confundida, no pensó que volveríamos tan pronto. Al entrar Miroku, Sango, Kagome, Shippo y Kirara fueron a dormir, estaban cansados por la hora y el desgaste. Inuyasha y yo nos quedamos despiertos para contarle a la sacerdotisa lo que sucedió.

Kaede: es increíble que el malvado de Sesshomaru tenga un lado compasivo.

Inuyasha: yo no lo llamaría compasivo —se cruza de brazos— diría que solo “no es un enfermo” al permitir que esa niña viva.

Hakuryu: no solo la deja vivir, la protege, le brinda educación, cuidados y aguanta al desagradable de mi hermano para que le haga compañía y perdonó la vida de Kohaku. Creo que Rin realmente cambió algo en él.

Inuyasha: no digas tonterías, Sesshomaru es un despiadado sin alma.

Hakuryu: nos ha salvado en dos ocasiones.

Inuyasha: e intentado matar aún más veces.

Kaede: definitivamente es un ser extraño —pensativa— pero lo más importante ahora es Naraku y su paradero.

Hakuryu: estuvimos tan cerca de acabar con él —digo frustrado.

Inuyasha: la próxima vez no lo volveré a dejar ir —determinado.

Hakuryu: ¿Cuantas veces hemos dicho lo mismo? Ese asqueroso es una cucaracha que no muere.

Inuyasha: voy a asesinarlo.

Hakuryu: siempre encuentra la manera de huir.

Inuyasha: no seas terco, ya te dije que... —la miko lo hace callar.

Kaede: suficiente, no sirve de nada que discutan, mejor vayan a descansar, es tarde —la mujer se levanta y se recuesta junto a su hermana.

Doy un suspiro para relajarme, la miko tenía un buen punto, lo único que lograríamos sería despertar al resto. Era una discusión inútil.

Hakuryu: la anciana Kaede tiene razón, debemos dormir.

No me responde frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.

Hakuryu: no te enojes, no lo decía para ofenderte.

Inuyasha: dudas de mí, lo voy a matar, lo juro.

Hakuryu: lo sé, solo me frustra que pueda evadir la muerte tan fácil y tantas veces.

Inuyasha: es un asqueroso bicharraco.

Ambos estábamos enojados por no lograr nuestro cometido y saber que ese horrible ser seguía allá afuera con vida, planeando algo siniestro en algún lugar desconocido.

Hakuryu: vamos a matarlo juntos. Te lo prometo —traté de animarlo.

Una pequeña sonrisa se forma en su rostro al oírme decir eso.

Quería que supiera que contaba con mi apoyo, que sin importar el peligro pelearía a su lado.

Inuyasha: descansa.

Hakuryu: tú igual.

Se acomoda contra la pared de madera y cierra los ojos dejando atrás su molestia siendo reemplazada por un buen humor. Me apoyé junto a él y me quedé dormido sin siquiera darme cuenta de cuánto extrañaría ese breve momento con mi amigo.

Al otro día desperté temprano en la mañana, los primeros rayos del sol alumbraban la casa y mis ojos, todos dormían excepto una persona. La azabache se levanta, sale por la puerta en silencio y la sigo sin pensarlo.

Kagome: buenos días —saluda al notar mi presencia.

Hakuryu: —bostezo— ¿Qué haces?

Kagome: quería dar un paseo, necesito despejar mi mente ¿Vienes conmigo?

InuYasha A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora