La primera en acercarse a él fue la castaña, con su expresivo rostro mostraba cuánto dolor le causaba la partida de su querido amigo. Deseaba que se quedara.
Sango: prometiste que me ayudarías a recuperar a Kohaku —lucha para contenerse y no llorar— ¿Por qué ahora te vas?
Rukawa: bella Sango —la abraza— recuperarás a tu hermano con o sin mí, todo estará bien.
No aguanta mucho y comienza a derramar las gotas de su dolor sobre el pecho del elegante hombre, en tan poco tiempo se había vuelto una persona muy importante para ella. Estuvo ahí cuando más lo necesitó y con quien contaba para salvar a su hermano. De pronto, un pilar de su vida se alejaba de ella. No se dio cuenta en qué momento se había vuelto tan dependiente de un completo desconocido. Le quería de verdad, como él también a ella.
El heredero de la compañía se separa un poco de la mujer, con su pulgar le seca las lágrimas y acaricia su mejilla, como solía hacerlo.
Rukawa: no estoy rompiendo mi promesa.
Como siempre, sus palabras eran un enigma, tenían un significado mayor que la exterminadora nunca llegaba a comprender. Con el corazón roto se soltó de su agarre para dejar que se despidiera del resto.
A pesar de todo, confiaba en él. No sabía cómo, pero estaba segura que le cumpliría.
Shippo: ¡No te vayas! ¿Quién jugará conmigo? —llorando.
Rukawa: pequeño Shippo —lo toma en sus brazos— para eso están Kagome, Kirara y los chicos, no estás solo —le acaricia el cabello— recuerda molestar a Inuyasha como te enseñé.
Shippo: —asiente y se seca la cara con sus manitos— siempre a sus puntos débiles.
Inuyasha: ¡¿Qué rayos le enseñaste?!
Ambos ríen con maldad, el kitsune se encargaría de molestarlo en su ausencia.
Deja al niño en el suelo, la sacerdotisa va hacia él y sujeta sus manos con las suyas.
Kagome: vamos a extrañarte.
Rukawa: y yo a ustedes —le da un beso en sus dedos— eres la única capaz de controlar a Inuyasha, no se te olvide, suerte con eso —le guiña el ojo.
La azabache se sonroja un poco, él también se dio cuenta de sus sentimientos por el mitad bestia. Mejor dicho, todos lo hacen excepto el susodicho.
Le da un beso en la frente a la chica, se separan y la gatita salta a su cabeza, la toma dándole cariño.
Rukawa: voy a extrañarte tanto, Kirara, eres la mejor compañera —le rasca la pansa— cuídame mucho a Sango ¿Sí? Bueno, eso ya lo haces.
La felina maúlla con tristeza, le da una lamida en la mejilla y salta a los brazos de su deprimida dueña.
Se da vuelta y se dirige hacia los hombres. Todos estaban serios, su hermano permanecía callado mirando la escena, el hanyu lucía enfadado y el monje muy confundido. Al final decidió despedirse de este último.
Aquel pervertido con quien compartía su afición por las doncellas.
Rukawa: Miroku, no te sobrepases con las mujeres, a ellas no les gusta eso.
Miroku: mi mano está maldita —la mueve raro.
El resto de personas solo hacen sonidos de molestia.
Rukawa: —rueda los ojos— los consejos que te di de verdad funcionan, úsalos con... —con los ojos apunta a la exterminadora— te van a servir.
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InuYasha A Través Del Tiempo
Fanfiction¿Qué pasaría si Inuyasha fuera el que reencarna y no Kikyo? ¿Qué pasaría si cambiamos la historia de Inuyasha creando una realidad alterna? ¿Cómo afectaría esto en el transcurso de los hechos ocurridos en el manga/anime? Hakuryu Higurashi, es un ch...