Capítulo 85: Naturaleza

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~Hakuryu

Ambos hombres que amaron a Kikyo se enfrentan en una pelea que tiene los celos, la venganza y el odio como origen. Una lucha que no se detendrá hasta la muerte misma. Las ramas crecían y atacaban a Inuyasha, Sango lo ayudaba con su Hiraikotsu y Kirara con sus garras, al igual que las flechas de la anciana Kaede. Mientras que Kagome y yo nos dedicábamos a mirar sintiéndonos inútiles.

Kagome: no puedo usar el arco por mi brazo.

Hakuryu: estamos iguales, necesito 3 días más de recuperación.

Kagome: ¿Cómo es que sabes eso?

Demonios.

Hakuryu: u..un doctor me lo dijo —mentí.

Bueno, técnicamente una doctora o sacerdotisa, mejor dicho.

No era capaz de revelarle ese encuentro con su hermana, guardaba el secreto como se lo prometí. Sentí la mirada sospechosa de la anciana sobre mí y por un instante creí que ella sabía lo que intentaba ocultar.

Sango: ¡Ahora, Inuyasha!

Inuyasha: ¡Viento Cortante!

El poder oculto de Tessaiga llega hasta el Onigumo destruyendo su cuerpo, incontables pedazos suyos cayeron al suelo, era imposible que volviera a regenerarse, pero así lo hizo, como una pesadilla su carne se agrupa volviendo a su anterior forma como si nada le hubiera pasado.

Inuyasha: maldición —masculló entre dientes.

Onigumo: ¿Sorprendido? Yo también lo estoy, este cuerpo es fantástico.

Inuyasha: ¡Cállate y pelea!

Una y otra vez se regeneraba, no importaba cuan destruido quedara su cuerpo siempre se volvía a rearmar. El Viento Cortante no era capaz de derrotarlo. Inuyasha estaba cansado, jadeaba y de su frente caían gotas de sudor, sacaba el poder de Colmillo sin obtener el resultado que deseaba. Aprovechando que el perro se debilitaba, el asqueroso le hacía daño con sus ramas.

La situación se estaba saliendo de control.

Sango: ¡Hiraikotsu!

El Boomerang protege al garras de un peligroso ataque cortando el brazo hecho de ramas, las avispas vuelan hacia aquel hombre transformándose en su nueva extremidad, colocando al perro otra vez en peligro. Pareciera que ese espantoso cuerpo no tiene límites. Nada lo dañaba.

Sango: Inuyasha no puede seguir así —dice bajando a tierra con su gata.

Kaede: a este ritmo Onigumo lo derrotará.

Kagome: Haku —me ruega— a ti es el único al que escucha.

Lo dudo un poco, mas siento la dura mirada de la miko y la exterminadora, no tengo opción más que obedecer a las mujeres.

Hakuryu: ¡Inuyasha! ¡No puedes seguir haciendo el Viento Cortante! ¡Estás exhausto!

Inuyasha: ¡Tengo que matarlo! —replica.

Hakuryu: ¡Pero es inútil!

Inuyasha: ¡No te metas! ¡Debo vengar a Kikyo!

Guardé silencio ante su declaración, no podía ir contra de su voluntad porque muy en lo profundo deseaba hacer lo mismo. Si pudiera usar el arco estaría peleando junto a él, lucharía con todas mis fuerzas con tal de borrar de la tierra a ese que es culpable de tantas desgracias, muertes y tragedias.

Si pudiera, en este mismo momento asesinaría a quien dejó nacer a Naraku.

Hakuryu: —a las mujeres— hay veces que ni a mí me escucha.

InuYasha A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora