Capítulo 65: Aroma

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~Inuyasha

Estúpido Rukawa. Estúpido Hakuryu.

Ese par me tiene de los nervios, el mayor descubre mis planes con solo mirarme a la cara y el menor sabe más de mí mismo que yo. Estoy harto.

Las palabras de mi reencarnación retumbaban una y otra vez en mi cabeza desde la última vez que hablamos. Su voz resuena con un eco que no se detiene, es como si viajara con el viento que pasa a través de las hojas de los árboles.

¿De verdad eres capaz de alejarte de Kagome?

¡Claro que puedo! ¡Seguro que sí!

Dejar de ver esa sonrisa que me encanta, su linda cara, dejar de sentirme en mi hogar y dejar que otro se quede con ella.

¡Soy completamente capaz!

Kagome: ¿Sucede algo?

Abajo del árbol estaba parada la mujer que gobierna mis pensamientos ¿Cómo puede causarme tanto terror estar ante su presencia? Recuerdo que con Kikyo no era así. También me ponía nervioso y cosas por el estilo, sin embargo, nunca había tenido una sensación tan molesta ni abrumadora. Estar con la guardiana de Shikon era natural, la calma nos envolvía cuando nos encontrábamos cerca. No le temía a sujetar su mano o abrazarla. En cambio, con Kagome cada movimiento o cercanía hace mis piernas temblar.

Inuyasha: na..nada —logro responderle.

Ni siquiera puedo hablar como persona normal.

Kagome: has estado muy pensativo durante todo el día ¿Estás bien?

Claro que no lo estaba, con solo mirar mis manos recordaba lo que hice a mi amigo y me quemaba por dentro. No he tenido ni un segundo de paz desde que desperté en casa de la anciana y llevé al del futuro por el pozo.

Solo cuando Kagome me abrazó me sentí un poco mejor.

Inuyasha: sí —mentí para no seguir dándole más vueltas al asunto.

Ya no quiero tocar más el tema.

Kagome: no me gusta que me mientas.

Me descubrió.

Inuyasha: solo déjame en paz —suelto sin pensar.

Kagome: vengo a ver cómo estás y me contestas así —exclama enojada— pierdo mi tiempo preocupándome por ti, la cena está lista, vamos.

Eso suena como algo que Hakuryu me dijo hace algún tiempo atrás.

La veo alejarse de vuelta a la choza quejándose en voz baja.

Demonios.

Salto de la rama al suelo y la sigo.

Inuyasha: espera.

Me ignora y sigue caminando. Una duda asalta en mi cabeza, tenía que preguntarle, necesitaba saber lo que ella pensaba. Acelero el paso y la tomo de la mano evitando que avance. La miko voltea frunciendo el ceño, puedo ver aquel collar que le regalé aún colgando de su cuello.

Realmente le gustó.

Kagome: ¿Qué quieres? —suelta malhumorada devolviéndome a la realidad.

Inuyasha: quédate —le pedí.

La bella mujer bufa y aparta su mirada de la mía.

Kagome: no te entiendo, me acabas de pedir que me fuera.

Inuyasha: no dije eso.

Solo no quería hablar de Haku, ni del incidente.

Nos quedamos un buen rato en silencio, ninguno sabía qué decir, mi mano no soltaba la suya. Necesitaba preguntarle, pero no encontraba el valor para hacerlo. Esos lindos ojos oscuros se apartan de los míos avergonzados.

InuYasha A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora