Capítulo 18: Realidad

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~Inuyasha

Corría por el bosque sin encontrar ninguna señal ni de las serpientes o el campo de fuerza. Con mi olfato sabía perfectamente donde se encontraban mis compañeros. Si alguno se encontraba en peligro me daría cuenta inmediatamente.

Me detuve en seco al sentir que el desagradable aroma de Kagome había desaparecido ¿A dónde habrá ido? Lo más rápido que pude fui siguiendo el rastro que dejó hasta que me encontré con el famoso campo. La azabache siempre se anda metiendo en problemas y yo tengo que salvarla. Desearía no preocuparme tanto por su bienestar, pero por más que me disguste la idea, había desarrollado cierto afecto hacia ella y ya no podía seguir negándolo.

Estiré la mano para tocar la energía, me sorprendí al notar que me dejaba entrar. Fue así que ingresé sin dudarlo, almas y serpientes flotaban por todo el lugar, en el centro un gran árbol. Frente al tronco había una mujer dándome las espaldas.

Era la persona que en un cuerpo de barro y hueso había revivido. Esa que desde el día anterior dejó mi ánimo por los suelos por su aparición y al mismo tiempo estremeció mi alma. El corazón saltaba con fuerza en mi pecho. Abrí los ojos estupefacto, no esperaba volver a encontrarme con ella tan pronto. No puedo ocultar lo feliz que era en su presencia.

Inuyasha: Kikyo, eres tú.

Ella se da vuelta hacia mí. Logro ver su hermoso rostro una vez más, esos ojos oscuros por los que caí rendido estaban posados sobre los míos. Por algunos segundos viaje al pasado donde nos habíamos jurado amor eterno, cuando todo estaba bien. No me di cuenta cuando me encontraba rodeándola con mis brazos. Su cuerpo era frío, sin vida pero eso no me importaba. La mujer que más amaba había regresado.

Kikyo: suéltame —forcejeaba— no quiero que me toques.

Por más que luchaba yo no la soltaba.

No quiero dejarte ir, mi querida Kikyo.

Inuyasha: te he extrañado tanto.

Kikyo: tú me mataste —trataba de alejarse pero era inútil.

Inuyasha: mentira, nunca hice tal cosa.

Dejó de luchar y siento como sus brazos pasan por mi espalda acercándome a ella, acaricio su cabello con suavidad. Susurra mi nombre. Cierro los ojos disfrutando el momento. No tiene ni idea de cuánto deseaba tenerla así. Quiero permanecer de este modo para siempre.

Solo ella y yo.

~Kagome

¿Por qué estoy aquí? Lloraba en silencio, no importaba cuantas veces llamara a su nombre, el mitad bestia no podía oírme, sería una pérdida de tiempo seguir intentándolo. No quiero verlos, renuncié a él hace tanto tiempo pero seguía doliendo como 50 años en el pasado. No entiendo por qué mi hermana me estaba haciendo esto ¿Por qué me paga con esta moneda?

Lo di todo por ti, Kikyo.

Inuyasha: no hay día en el que no piense en ti.

Kikyo: ¿Estás siendo sincero?

Inuyasha: por supuesto, no puedo mentirte.

Kikyo: ¿Sigues amándome?

Inuyasha: como el primer día.

Lo sabía, él nunca va a olvidar sus sentimientos por mi hermana. Cada vez que la nombraban volvía a poner la misma expresión que solo ella causaba. A nadie en el mundo miraba de esa manera.

Fue entonces cuando ella lo besó. Ambos se veían tan felices y eso rompió mi corazón. Diferente era verlo con mis propios ojos que solo imaginarlo o pensar en ello. No podía dejar de derramar lágrimas.

InuYasha A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora