Pedido por CamCam328
Aquí la segunda parte de Kiba uwu Espero que te guste :3
------------------Creciendo Juntos
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Caminaban alegremente mientras conversaban de cosas triviales, cierto castaño no paraba de observar a la chica.
- Eh? Sucede algo Kiba?- Preguntó __ al sentir la mirada del chico.
- Bueno...- Las mejillas del joven se enrojecieron y apartó la mirada. - Me gustas.- Susurró.
La joven se sonrojó levemente y se rascó su cabeza.
- Y-yo... No sé qué decir.- Dijo bajando su mirada.
- No necesitas decirme nada... Haré lo posible para volver a estar juntos.- Dijo mirando el cielo con determinación.
La chica sonrió con dulzura mirando al castaño, ciertamente había madurado.
- Bueno... Aquí es cuando nos despedimos, debo volver con Gaara.- Dijo soltando un suspiró.
- Antes de que te vayas.... Tienes algo con el Kazekage?- Preguntó mirando fijamente a la joven.
- Es mi mejor amigo... Lo considero como un hermano mayor.- Dijo asintiendo repetidas veces mientras sonreía.
- Ya veo... Entonces... Quieres salir mañana conmigo?- Preguntó desviando su mirada sonrojado.
La joven lo pensó unos segundos para después asentir.
- Claro.- Dijo mientras daba la vuelta para retirarse. - Nos vemos luego Kiba.- Dijo para después despedirse con la mano.
El castaño se quedó embobado observando la silueta de __ retirarse. Cuando ya la tenía lo suficientemente lejos suspiró y bajó su mirada.
- Volveré a ganar su corazón.- Dijo Kiba para después dar la vuelta y dirigirse a su casa.
Esa noche, una chica se puso a pensar en todo lo que había ocurrido ese día, no sé esperaba encontrarse con el castaño, ahora se veía más lindo y maduro, aunque ya no sentía nada por él... Más que simple amistad... Verdad?
Suspiró por milésima vez en la noche y se levantó de su cama para después salir a tomar algo de aire fresco.
Caminaba por las solitarias y apagadas calles de Konoha, miraba todo a su alrededor mientras sonreía con nostalgia al recordar sus tiempos de niñez... La imagen de ella declarándose al castaño se hizo presente... Y una presión en su pecho se reveló. No sabía el por qué de aquello, solo sabía que se sentía terriblemente mal.
Fue entonces que encontró a un rubio sentado en una banca del lugar.
Se sorprendió al verlo, pues hace tiempo no lo veía.
Se acercó a paso lento y se sentó a su lado, éste tenía los ojos cerrados por lo que no se percató de su presencia, hasta que ella habló.