Kakashi Hatake

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Primer encuentro
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Era una tarde muy tranquila, la gente pasaba contenta.

Un peliblanco se encontraba recostado en el tronco de un árbol leyendo su típico libro Icha Icha.

Cayó la noche y Kakashi tuvo que retirarse de aquel lugar, pero mientras caminaba, escuchó un ruido de entre los arbustos, se escuchaba como alguien lloraba.

Kakashi se acercó lentamente y pudo ver entre los arbustos a una chica llorando desconsoladamente.

-Te encuentras bien?- Preguntó éste tranquilo pero a la vez preocupado por la joven.

La chica dió un pequeño brinco del susto.
-Lo siento, no quería asustarte.- Dijo Kakashi agachándose a la altura de la chica que se encontraba sentada abrazando sus rodillas.

La joven hundió su cabeza en sus rodillas intentando calmarse, pero no podía.

-¿Que sucede?- Preguntó Kakashi observándola.
-N-no es nada- Dijo abrazándose a ella misma con más fuerza.
-Vamos, puedes confíar en mí.- Insistió el peliplata tocando su hombro.

Ella suspiró y se limpió las lágrimas con las mangas de su sudadera. Se había calmado un poco.

-E-es que mi vida ha sido muy miserable.- Dijo con la mirada agachada.
-Mis padres me abandonaron cuando era apenas una niña, me molestaban horrible en mi niñez, me golpeaban y se burlaban de mí... La única persona a la que le importaba, murió a manos de un terrible hombre de mi aldea natal. Quise olvidar todo aquello y decidí venir a Konoha, pero todo sigue igual. Sigo sin poder dormir, sigo sufriendo por muchas cosas. Mi vida ya no tiene sentido. Ni siquiera sé porqué te estoy contando mi vida.- Comenzó a llorar de nuevo.

El peliplata la observaba sorprendido, pues no sé esperaba aquel sufrimiento de la chica.

-Sabes- Hablo Kakashi. -Yo también perdí a las personas que significaron algo para mí... Pero hay que cambiar de página, no podemos quedarnos en el pasado siempre. Si quieres que tu vida mejore, entonces conoce nuevas personas. Personas en las que puedas confíar. No es necesario que sean demasiados. Ya que los amigos se cuentan con los dedos.
En cuanto a tu vida, tu vida tiene un propósito, y vale muchísimo.-

-¿Por qué me ayudas?.- Preguntó sorprendida, pues nunca nadie le había dicho esas cosas.
-Porque algo me dijo que lo hiciera, además lo hice porque no quería verte de esa manera. Pero bueno, tu decides si lo que te dije te sirve.- Dijo rascando su nunca dándole la mano a __ para ayudarla a levantarse.

-M-muchas gracias joven...- Habló tomando la mano del peliplata esperando a que dijera su nombre.
-Soy Kakashi, tu eres?- Preguntó con una sonrisa cálida.
-M-mi n-nombre e-es __- Respondió tartamudeando, pues no estaba acostumbrada a hablar con gente, precisamente por la razón de que nunca tuvo amigos.
-Lindo nombre __- Dijo Kakashi mirando a la chica.

Ambos jóvenes seguían tomados de las manos, aún no se daban cuenta de aquello.
Los dos sentían una extraña confianza entre ellos. No sabían la razón.

Finalmente se dieron cuenta de que seguían tomados de la mano y se separaron con un leve sonrojo en sus mejillas.

Se despidieron y se dispusieron a caminar a sus respectivos hogares, pero algo los detuvo, pues no querían que fuera la última vez que se vieran, por lo que ambos volvieron a dónde se habían encontrado en busca del otro.

Cuando se dieron cuenta que los dos se buscaban se pusieron nerviosos y un tono rojo abarcaba todas sus mejillas. Las del peliplata no se notaban mucho, pues tenía la máscara.

-Hola de nuevo- Hablo Kakashi rascando su mejilla.
-Hola- Rió levemente la joven.
Kakashi miro como bobo a la chica, pues era la primera vez que la escuchaba reír aunque sea solo un poco y para él era música para sus oídos.

-Bueno, emm podemos volvernos a encontrar?- Preguntó el mayor desviando la mirada.
-Era lo mismo que venía a preguntarte- Sonrío la chica.
-Coincidencia, no lo creo- Bromeo el Hatake.

La joven volvió a reír y le dió unas cuantas palmadas en el hombro al Hatake.

-Nos vemos entonces Kakashi- Dijo la chica despidiéndose agitando su mano en forma de despedida.
-Esta bien, nos vemos __!- Se despidió el peliblanco.

La chica se iba caminando y el Hatake la miraba de lejos, cuando ya no la tenía a la vista, decidió irse a su casa, pues comenzaba a hacer frío.

Y así comenzaron a salir, se llevaban genial. Probablemente algún día se declararían aquellos sentimientos bonitos que iban naciendo.

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Espero que les haya gustado :3
Sin más que decir, me despido. ;3
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