Capítulo 6

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Han pasado diez días desde que me fui de la casa de Zulema, he arreglado las cosas con Fabio y no ha vuelto a tratarme mal, al contrario es muy cariñoso, me ayuda en la casa y ha dejado de beber. – Sé que me dijo dos semanas, pero ya no se me notan los golpes, así que hoy asistiré a mi puesto de trabajo -.

Me arreglé, cogí un bus anterior al de la primera vez y llegué a la oficina a las 8.30h, media hora antes de mi horario de entrada. Dejé el portátil en mi mesa, el primer día ni siquiera había visto la oficina por dentro, observé lo bien decorado que estaba todo y el desorden que tenían mis dos compañeros en sus respectivas mesas. Me dirigí al estudio con la idea de desayunar y dejar el almuerzo para después. Abrí la puerta y me quedé mirando como Zulema estaba sobre la mesa, dando los últimos retoques a algo, al tener los cascos ni siquiera se había dado cuenta de que estaba allí. Me quedé observándola y ahí se confirmaron mis sospechas – La echaba de menos – por eso la llamaba, incluso a veces para tonterías solo por escuchar su voz. Me acerqué a la mesa y le hice señas con mi mano, cuando se quitó los cascos le dije – Hola – y le sonreí inconscientemente.

Me quité los cascos - ¿Tú que haces aquí? ¿Te di dos semanas no? – no pude disimular la molestia que me causaba verla, estaba realmente dilatando el momento.

- Sí, pero ya estoy bien. Puedo trabajar perfectamente -.

- Ok... intenta no molestarme mucho hoy, es la campaña de lencería y tengo que entregar la propuesta al final del día -.

- No sentirás ni que estoy aquí. ¿Podrías explicármela cuando termines? – pregunté con emoción e ignorando lo seca que me estaba contestando.

- Ok, cuando la termine – volví a ponerme los cascos, tengo que terminar esto hoy como sea. Sin embargo, sé que la rubia aquí no me va a traer más que distracciones... Sí ya te distraes pensando en ella, imagínate teniéndola delante. Joder Zulema ponte a trabajar, pensaba mientras no había perdido detalle de como Macarena se había puesto en la mesa a desayunar tranquilamente.

Desayuné, me cambié detrás del biombo y me puse a terminar lo de los frascos de perfume. La mañana me fue muy productiva, acabé y se lo enseñaría a Zulema cuando ella estuviera libre y empecé con los diseños del nuevo trabajo que me había encomendado. Eran las 15.00h cuando decidí sentarme para almorzar, pero Zulema seguía dándole vueltas a algo que no le convencía, así que decidí llamar su atención – Zulema ¿No vas a comer? -.

- Tengo que terminar esto y no me da tiempo bajar a comer – respondí algo borde.

- Si te apetece podemos compartir, hay suficiente para las dos – le di una sonrisa, la verdad es que parecía agobiada y tenía ojeras.

- No hace falta rubia, cuando acabe bajo a comer –.

- Entonces no comeré hasta que comas tú – dije con altanería y consciente de que me acaba de decir rubia.

- Eres imposible... - se me escapó una sonrisa – vamos a comer para que dejes de fastidiarme -.

- Muy bien – dije satisfecha.

Comimos tranquilamente, me parecía super sexy Zulema comiendo de mi tupper ware y mirándome a cada tanto. Macarena... estás con Fabio, no puede gustarte esta mujer.

- Te veo distraída ¿Todo bien? -.

- Sí, solo pienso en la nueva campaña que me has encomendado. No sé cómo enfocarla -.

- Bueno, eso pasa a veces. Llevo ocho días a tope con lo de la lencería y no consigo que quede como tengo en mente y cumplir las exigencias de la marca -.

- ¿Me quieres contar? – le sonreí – puedo darte mi humilde opinión sí lo deseas – me sonrojé un poco.

- Mmm... vale... ven – fuimos hasta mi parte de la mesa – mira es una campaña de lencería en encaje para mujer y boxer para chico, la marca quiere realzar la sexualidad sin distinciones. Es decir, que si el anuncio lo va a encarnar una pareja, que no sea solo la anquilosada pareja hetero, quiere añadir parejas homosexuales, dos chicos y dos chicas. Entonces quedarían tres parejas, yo he diseñado las tres y más o menos tenemos a los modelos. El principal problema que me pone desde el principio es que me dice que los conjuntos son muy sexys, la pareja uno encima del otro y caricias también, pero que falta algo, que el anuncio de su ropa interior tiene que indicar esas ganas de sexo y no sé cómo hacerlo – me arrasqué la cabeza un poco desesperada.

- Madre mía... ojalá dibujara así... - toqué los trazos impresionada – que precisión. Joder es muy bueno, si me permites yo añadiría algún beso pasional – la miré a los ojos – de esos que te roban el aliento – en este momento estoy sintiendo unas ganas de besarla, vamos Maca joder...

La rubia me estaba mirando la boca y no sé cómo interpretar su mirada, pero si sigue así no voy a dudar en comerle la boca – Ehh... ósea los encuadres de la publicidad van a ser una cama para la pareja de lesbianas, un sofá para la pareja gay y he pensado en una encimera de cocina para la pareja hetero. Lo que tú me dices es que además de agarrarse y acariciarse, que se besen... pues oye no me parece mala idea -.

- No solo besos en la boca, puedes trabajar los besos en el cuello... eso siempre indica la intención de tener sexo – me mordí el labio inconscientemente.

- Tienes razón, joder rubia no volverás a quedarte en casa – le di un beso en la mejilla – gracias -.

Después de ese momento, las dos regresamos nuestra atención al trabajo y como en una hora Zulema había terminado la campaña.

- Listo, a ver qué te parece – dije orgullosa por el resultado del consejo de Macarena.

- Zulema... es increíble, no me imagino como va a quedar esto con el montaje y los modelos – dije ilusionada.

- Si te apetece venir cuando vayamos a rodar el anuncio, si la marca me acepta esta propuesta, será aproximadamente en dos semanas en el Algarve portugués. Aprovecharemos para rodar la campaña de bikinis de otra marca y pasaremos como una semana allí – la verdad es que me apetecía mucho que la rubia aceptara.

- No puedo, ya falté mucho al otro trabajo – además no podía permitirme un viaje de esas características.

- ¿Qué otro trabajo? – dije un poco reacia a la idea.

- Trabajo en un bar de copas por las noches, no me interfiere en nada con este y yo cumplo con todo... ¿Hay algún problema? -.

- ¿Es necesario tener otro trabajo? -.

- Son muchos gastos, alquiler, luz, agua, comida... -.

- ¿Y tu novio no trabaja? – me costó decir novio - ¿También lo mantienes? – se acabó el buen rollo cuando se me salió una risa irónica.

- Está buscando trabajo... es complicado -.

- Ya... complicado... entonces no te pago lo suficiente ¿no? Como para que te dediques al cien por cien a un trabajo para el que te has formado y que se ve que te encanta. Bueno, ¿Cuánto crees que deberías ganar? – le pregunté con superioridad.

- No es poco, es solo que... - me cortó.

- Dije que ¿cuánto crees que deberías ganar en el puesto que tienes? – no iba a ser capaz de contestarme a eso.

- 1500€ y no la mitad – dije harta de la superioridad de Zulema.

- Vaya rubita... bueno, pues, como no cumplimos tus expectativas estás despedida – no iba a despedirla, solo quería ver su reacción.

Iba a replicarle y veo que no merece la pena... quiere echarme desde el primer día, quizás se contuvo un poco por la situación tan desagradable en la que vivía y le di pena. Así que solo respondí – Está bien, recogeré mis cosas. Ha sido un placer trabajar para usted – acababa de matarme, aunque Fabio me trate bien no es lo que quiero, una vida de ama de casa y trabajar en el bar. Las lágrimas empezaron a descender por mis mejillas y empecé a recoger los bocetos para dejarlos en una carpeta.

Aquí les dejo otro capítulo! Me gustaría saber si realmente les está gustando esta historia, y si es así, ¿Qué esperan  de esta Zulema? ¿Les gusta la actitud de esta Macarena? 

Zurena - TóxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora