Capítulo 12

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No podía creer lo que estaba viendo, tenía una sala de cine en su casa... sillones, un par de sofás, un carrito de palomitas y golosinas y justo en frente de la pantalla un sofá enorme – Esto es increíble – dije con la boca abierta.

- Jajaja no es para tanto – dije un tanto sonrojada – Nunca tengo tiempo de ir al cine o cuando puedo no está la película que quería ver, así que decidí tener el cine en casa y ver las películas cuando puedo -.

- Es una gran idea... - dije todavía anonadada

- ¿Quieres palomitas o golosinas? -.

- Hace años que no voy a un cine ni como palomitas... así que sí – dije como una niña pequeña.

Puse el carrito a funcionar, hice un bol grande de palomitas, cogí refrescos, varias golosinas y me encaminé al sofá. Realmente de lo grande que es parece una cama, ya que te puedes tumbar para ver la película. Puse todo en la mesita de delante, cogí el mando y le pregunté - ¿Qué película quieres ver? -.

- Eh... no sé... la que te apetezca... por favor que no sea de terror, lo paso muy mal -.

- Bueno entonces de miedo no, jajaja a mí me encantan... no sé, la nueva de JLo parece que puede estar bien -.

- Pues... esa – le di un besito en la mejilla – Gracias por este fin de semana -.

Le di un beso en la frente, la abracé por la cadera – Gracias a ti por querer pasarlo conmigo -. Puse la película y nos recostamos, quedando ella un poco sobre mi pecho abrazada a mi cintura y yo tenía acceso libre a su cadera. La película estaba bastante bien, pero acariciar a la rubia no tenía precio. Metí despacio mis manos debajo de la camiseta y la estuve acariciando muy suavemente durante toda la peli, dejando un beso en su frente a cada tanto. Podía notar su abrazo en mi cintura y como suspiraba a cada tanto contra mi pecho, esa sensación me dio miedo... además de gustarme empezaba a necesitar sentirla cerca y eso en la situación en la que nos encontramos no me gustaba.

Zulema me estaba acariciando de una forma tan suave, que me debatía en si yo también debía acariciarla... la verdad es que lo deseaba, más no me atrevía. La película estaba terminando cuando dejó un beso en mi frente y me apretaba un poco más contra ella, lo que aproveché para dejarle un beso en el cuello y acariciarlo con mi nariz.

Sentí como Macarena me besaba el cuello con dulzura y me lo acariciaba con su pequeña nariz, en ese momento ya no pude más y bajé mi boca al encuentro con sus labios. Empecé a besarla muy suave, poco a poco el beso se fue tornando más pasional y me fui echando sobre ella. Nuestras lenguas se descontrolaron al hacer contacto, ya estaba completamente encima de ella, le quité la camiseta como pude y comencé a besar su cuello muy despacio.

No pude evitar suspirar cuando sentí los labios de Zulema sobre la piel de mi cuello, quería controlar el miedo – No me va a hacer daño... no me va a hacer daño – me repetía en mi cabeza, sin embargo, sin poder evitarlo me tensé nuevamente al tenerla encima. También llevaba más de dos meses sin tener relaciones que no fueran forzadas, puede que eso sea lo que no me deja continuar.

La noté tensarse y empezar a temblar, por lo que fui besando su cuello más lentamente, me di la vuelta y la dejé sobre mí. Seguí besando su cuello, aunque ella parecía algo más relajada y me acariciaba la cadera. Llevé una de mis manos a su trasero, lo apreté dulcemente y la pegué aún más a mí, regresando con mi boca a sus labios. Entramos en un beso eterno cargado de pasión, dejé mi mano izquierda sobre su trasero y encaminé la derecha dentro de su pantalón, acariciando su intimidad por encima de la tela de sus braguitas, ante lo que soltó un suspiro sobre mis labios.

Estaba totalmente entregada a las caricias de Zulema, incluso creía poder dar el paso, pero las imágenes de como él me había tocado a la fuerza muchas veces inundaron mi mente y empecé a ponerme nerviosa ante su tacto.

Zurena - TóxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora