Capítulo 49

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Aviso: +18 🔥🔥

Empezó la subasta, la rubia no me contestó y parecía no querer dirigirme la palabra. Tampoco podía insistirle, pues, todo el mundo nos miraría por estar hablando mientras se subastaban las piezas. Todos los años gastaba unos 50.000€, pero estar así con la rubia no me dejaba estar al pendiente.

Salió a subasta un anillo de diamantes y lo reconocí al vuelo – El anillo de mi abuela – dije dándome cuenta tarde de que lo había dicho en voz alta. Cuanto tenía en el banco... unos 3.000€... aun así pujaría... no entiendo como mi padre puede hacerme esto. Parecía que podíamos acercarnos y subasta el anillo de compromiso que mi abuela quería que llevara cuando me casara. No podía expresar con palabras lo mal que me sentía en ese momento.

Escuché a mi rubia y vi cómo se le cambiaba la cara - ¿Qué pasa amor? – le acaricié suave la mejilla y por fin me miró.

- Ese anillo es el que mi abuela quería que llevara el día que me casara, no entiendo a mi padre – dije decepcionada.

- Princesa, piensa... lo ha sacado a subasta porque sabe que estás aquí. Si no, lo podría haber sacado estos años atrás. Creo que me está lanzando una indirecta – la tranquilicé y la besé profundo, aprovechando que había bajado un poco la guardia.

- Este anillo es muy especial para mi familia, pertenecía a mi madre y es de un gran valor. Ha sido difícil el decidir subastarlo, pero tanto mi esposa como yo coincidimos en que la persona correcta sabrá pujar por él -. Miré a mi hija y a su novia y empecé la puja – Comenzamos por 5.000€ -.

No puedo ni empezar ni aspirar a él y jamás le pediría a Zulema que lo hiciera.

- ¡Aquí! – dijo la odiosa Helena Martín, al parecer ella había pillado de que iba la cosa.

- 6.000€ ¿Quién da más? -.

- Yo – Carlos Sandoval también pilló la indirecta.

- 7.000€ -. - muy bien señorita Martín -.

- 10.000€ - gritó Sandoval.

- 15.000€ - gritó Helena. Esta será mi última puja, seguro que no puede aspirar a tanto el calvo este.

- 20.000€ - dijo un señor que hasta ahora se había mantenido al margen.

Al menos todo ese dinero irá destinado a comedores sociales, aunque me duele en el alma no tener una de las pocas cosas que nos quedan de mi abuela. No tanto por su valor económico, sino por el sentimental.

- 20.000€ a la una, 20.000€ a las dos y... - iba a adjudicar la subasta cuando una oferta dejó mudo el recinto.

- 50.000€ - dije sonriendo con autosuficiencia y girando mi cara hacia la rubia, esta se estaba tapando la boca con una mano y me estaba mirando con los ojos inundados en lágrimas.

- ¿Alguien da más? – miré y el público seguía impactado, a mí mismo me costaba salir del asombro. No tenía dudas... pero esto solo corroboraba lo mucho que esa mujer ama a mi hija – Adjudicado a la señorita Zahir por 50.000€ -.

Le asentí a mi suegro con la cabeza, y de repente me giraron la cara – Estás loca – me dijo la rubia y empezó a comerme la boca despacio. Enseguida contesté al beso y la abracé contra mí - ¿Me perdonas? -.

- Es que joder... ¿Cómo no podría perdonarte? – nos dimos varios besos más y seguimos pendiente a la subasta.

La final había gastado unos 120.000€ entre el anillo, un Mini Cooper celeste, ya que me pareció ideal para Alicia y que mejor que ese dinero fuera a fines benéficos en lugar de a un concesionario. Y algunas joyas, entre las que se encontraba una gargantilla que quería regalarle a mi nana. Recogimos todo, nos despedimos de los padres de Macarena – Señor Ferreiro, no olvide lo que le dije – y nos dirigimos al Mini. – Armando, lleva el coche a la casa, nosotras nos iremos en el Bugatti. Sabes que no me gusta, pero tengo que llevarlo a estos eventos – dije con pesadez.

Zurena - TóxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora