Capítulo 31

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- Tengo que cogerlo amor – la miré con tristeza, me bajé de encima de ella y recibí su mirada de indignación.

(Hablan en árabe) – Madre -.

- ¿Cómo te has atrevido a subir fotos con esa puta? -.

- Respétala, es mi mujer y no te voy a permitir que hables así de ella. Te recuerdo que hace mucho que dejé de ser una niña y soy una mujer soltera y autosuficiente -.

- Eres un monstruo asqueroso, una aberración... es que ¿Por qué me tenía que tocar a mí? No sirvió de nada las palizas que te di, las duchas de agua helada, hacerte cargar lo más pesado de la compra... al final tu enfermedad salió a flote -.

Zulema me había dejado a punto de llegar, pero al ver como discutía en árabe supe que debía ser algo muy importante. Vi como una lágrima resbaló por el rostro de mi reina mora, por lo que me eché encima suya, le quité las lágrimas con las yemas de mis dedos mientras ella escuchaba lo que le decía el del otro lado de la línea – Mi amor ¿Qué pasa? – busqué su mirada y rocé mi nariz con la suya.

Al notar como mi rubia, aun sin saber de qué se trataba, me estaba apoyando le dije – No te preocupes mi vida – le di un besito tierno en los labios y contesté a mi madre – (en árabe) Yo no estoy enferma, quise hacer las cosas bien por ustedes, por su honor... pero te recuerdo que me casaste con un maltratador y un violador que mató a tu nieto -.

- Claro, porque tenía que corregirte, siempre con tu predisposición a ser diferente que hasta tuvo que buscarse dos esposas más, por que no le dabas lo que necesitaba -.

- ¿Para qué coño llamas madre? – dije ya un poco harta de escuchar siempre lo mismo de ella.

Entendí o creí entender que había dicho madre, así que empecé a besar su cuello despacio mientras le acariciaba la cadera y le susurré al oído – Eres lo más bonito de este mundo, te amo – a lo que me respondió con una tierna sonrisa.

- Primero, para decirte que tengas cuidado, sobre todo con la rubia esa con la que estás. Y, segundo, espero que no sea cierto que dejarás de mandarme mi mensualidad -.

- Lo de la rubia no te interesa, y lo segundo es cierto, no pienso mantener por más tiempo tu vida de rica. Si quieres llevar ese ritmo de vida trabaja como lo hago yo, estoy cansada de ti -.

- Te vas a arrepentir maldito engendro, y para tu información tu hermana se va a casar con Hanbal -.

- No vas a obligarla como hiciste conmigo y menos con ese hijo de puta 20 años mayor que ella -.

- ¿Y qué vas a hacer para impedirlo? ¿venir a Abu Dabi? Me encantaría ver como te detienen y te enseñan a ser una mujer de verdad -.

Ahora Zulema no paraba de llorar – Mi amor – le quité el teléfono – Mire señora, usted no me conoce ni yo a usted tampoco, que sepa que su hija es maravillosa, así que deje ya de atormentarla. Una mujer como usted no se merece tener una hija como ella -.

- Jajajaja que valiente Macarena Ferreiro, por menos de lo que has hecho ya hubiera mandado a que te mataran. No obstante, prefiero ver como destruyes a mi hija, ¿Le has contado ya que te acostabas con un señor mayor y que te ibas a casar con él por dinero? Muy buen amigo mío además, qué adorable puede llegar a ser el señor Grimaldi ¿verdad? -.

- Usted no sabe nada de eso, el caso aquí es su hija y yo no voy a permitir que la siga tratando mal. Váyase al infierno señora Zahir – colgué, puse el teléfono en la mesilla y besé los labios de mi pequeño escorpión. – Mi princesa no llores, no sé lo que te ha dicho pero te aseguro que no tiene ningún fundamento. Esa mujer no te merece – la acurruqué contra mí y la acaricié muy dulcemente durante lo que fue al menos como una hora.

Zurena - TóxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora