Capítulo 39

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La rubia se había quedado profundamente dormida, no quería moverme mucho para no despertarla, así que cogí mi móvil. Tenía varios mensajes de Saray:

- Reina mora -.

- Voy a salir con la morenita -.

- Con tu secretaria vaya -.

- Estoy nerviosa -.

- Tú que eres así tan cursi, dime algo bonito para decirle y algún consejo para la noche -.

- Contesta zorra que te estoy viendo en línea -.

- A ver Saray, me parece muy bien lo de mi secretaria – así no la tendría alrededor de Macarena. – Eso sí, no a veo una mujer como las que acostumbras ¿Cuál es tu plan? -.

- He reservado habitación en un hotel y ahí nos servirán la cena -.

- ERROR... nunca las lleves a un hotel si lo que quieres es más que sexo, gitana se va a ofender. Sinceramente, no veo a Estefanía de las que se van a la cama la primera noche -.

- ¿Entonces que hago? -.

- Llévala a cenar a un buen restaurante, después a tomar algo, consiéntela, dile cosas bonitas, no te propases y déjala en su casa. Ya darle el besito de buenas noches es cosa tuya, pero si te aconsejo que no intentes llevártela a la cama, si lo que quieres de verdad es algo serio -.

- Joder escorpión... no me extraña que tengas así a la rubia. A todo esto ¿Cómo os ha ido? -.

- ¿Así cómo? Bueno hemos discutido... mi pequeña tiene la regla y yo he intentado tener relaciones... además está muy insegura, piensa todo el tiempo que voy a irme con alguien más. Y que Tamara se me haya lanzado no ha ayudado -.

- Idiotizada hermana... la tienes a tus pies, y seguro se siente inferior porque eres un puto pivonazo Zulema, y todas se te van detrás. Si no estuvieras tan enchochada con la rubia, te recomendaría a Tamy, puro fuego mi escorpión -.

- Solo tengo ojos para mi rubia – le besé la frente con mucha suavidad y noté como se apretó un poco más contra mí.

- Lo sé reina mora. Bueno voy a seguir tu consejo, me voy a arreglar y ya te contaré como me ha ido. Descansa puta y cuida de esa princesa que tienes la suerte de tener -.

- Suerte gitana de mierda. La cuidaré -.

No sé si me he arreglado demasiado y no tenía que haberle hecho caso a Saray. Estaba bastante nerviosa cuando pegaron en la puerta de la casa, que compartía con mi madre y mis hermanas. Abrí y me encontré con ella – Hola -.

- Hola preciosa – le di un beso en la mejilla - ¿Lista? – le pregunté con una sonrisa.

- ¿Rizos vas a salir mi amor? – dijo mi madre aproximándose a la puerta y mirando a Saray de arriba abajo.

- Sí mamá, no te preocupes que no llegaré tarde. Ya están listos los tápers de todas para mañana, así que descansa y luego te veo -.

- ¿No me presentas a la señorita? -.

- Saray Vargas, para servirle – dije antes de que mi morenita contestara – es un verdadero honor conocerla -.

- Es placer es mío, cuide mucho a mi niña -.

- No lo dude señora -.

Nos despedimos de mi madre y salimos rumbo al Lamborghini amarillo de Saray – Como no... un coche llamativo -.

- Pues, como yo mi ricitos... llamativo -.

- De verdad que tú no tienes abuela ah... eres una creída – dije con algo de indignación.

- Aun así me quieres – le saqué la lengua y entramos en el coche.

Miré el reloj, eran casi las 9 de la noche y mi rubia seguía dormida. La verdad es que me estaba entrando hambre y quería hacer la cena. Me moví un poco intentando apartarla con cuidado.

- Noooo... jooo... - me apreté más a mi reina mora – No te vayas... -.

- Amor... no voy a ningún sitio, solo voy a preparar la cena – le di un beso en la frente y me miró directamente a los ojos.

- No... yo quiero que me abrashes y me des beshitos – dije con voz infantil, tumbándome plenamente sobre ella.

- Princesa yo te abrazo y te doy todos los besitos que tú quieras, pero tengo algo de hambre y seguro que tú también – le di un piquito muy suave en sus labios.

- Jump... pedimos algo, así no me dejas de abrazar – beso. – ¿Te gustan los noodles? -.

- ¿Qué es eso? – pregunté poniendo cara rara.

- jajajaja aiii bebé... fideos chinos con verdura y pollo o ternera o gambas o con los tres -.

- Nunca he comido eso – dije algo avergonzada.

- También hay arroz por si crees que no te va a gustar, pero desde ya te digo que es delicioso -.

- jajaja también puedo preparar algo -.

- No, porque me dejas de abrazar y dar mimitos, y los necesito bebé – le dije con cara de cachorrito y la besé dulcemente. - ¿Me perdonas lo de antes? – beso.

- Por supuesto que te perdono, eso sí amor, que te quede bien claro que solo tengo ojos para ti y que solo quiero estar contigo. No tienes por qué estar tan insegura, eres la única dueña de mi corazón – beso.

- Te amo – beso. – Pero... ¿pedimos noodles y así me das muchos mimitos? – beso.

- Vale... ¿Cómo decirte que no con esa carita tan preciosa? – beso. – Aunque yo mejor arroz con verdura, y pruebo la cosa esa del tuyo -.

- Mi amor parece que has estado en una burbujita, no sé cómo no habías probado la pizza y los noodles... supongo que ya de McDonald o Burguer King ni hablamos ¿no? -.

- Nunca había pedido comida a domicilio, y no me gusta la comida rápida... bueno, que no la había consumido antes. Además, Sole cocina muy rico y sano, por lo que veo tú si la consumías mucho -.

- Así tienes ese cuerpazo... pero yo soy débil y me encanta la comida basura, aunque si no quieres preparamos algo – dije algo avergonzada ante el hecho de que es cierto que casi todos los días comía comida rápida o precocinada.

- No amor, si te apetece lo pedimos y lo pruebo, eso sí a Sole ni una palabra -.

- Vale mi pequeño escorpión -. Cogí el teléfono – Unos noodles con pollo y un arroz con verduras... sí... muy bien... gracias -. – Que tarda 40 minutos, así que quiero mis besitos -.

- A sus órdenes – la miré a los ojos y empecé a besarla muy manera muy lenta y tierna, dejando pequeños piquitos en sus labios y en sus mejillas sin dejar de mirarla.

Aquí os dejo un nuevo capítulo! Espero que os guste! 

Zurena - TóxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora