Era la 13.00h de la tarde cuando sonó el timbre, abrí la puerta a mi hermano y a su mujer.
- ¡Hola! ¿Cómo lo habéis pasado? -.
- Muy bien, todo muy bonito y romántico – contestó Lidia un poco seca, la verdad es que nunca nos hemos caído bien.
- Sí, hermanita, deberías ir -.
- ¿Y los niños? -.
- Pasad, están en el salón jugando con Zulema -.
Entramos – Hola chicos – dijo mi hermano, pero los niños no hicieron mucha fiesta.
- ¿Ya nos tenemos que ir? – dijo Pedro con cara de cachorrito.
- Claro, tu tía ya ha hecho bastante quedándose con vosotros toda la semana -.
- No quiero irme jooo... tía Zulema en mi casa no cabe el castillo de princesas – dijo bastante triste.
- Ya sabes que puedes ir a mi casa cuando quieras, la tía Maca tiene las llaves. Tú también Pedro -.
- Te quiero mucho, tita Zulema, no por los juegos ni nada de eso... gracias por ser tan buena con nosotros y con la tía Maca -. – Yo también te quiero mucho, tita Zulema – los niños abrazaron a mi morena y yo no pude hacer más que derretirme.
Se separaron y vinieron hacia mí – te queremos tía Maca – el niño se acercó a mi oído y me dijo – Prométeme que nunca vas a pelear con Zulema – lo miré con ternura – Te lo prometo -.
Nos estábamos despidiendo cuando dijo mi hermano – Venid mañana a casa para el almuerzo, así nos ponemos al día de como estuvo el comportamiento de estos dos -.
- Por qué no vamos mejor a la casa de la tía Zulema, en nuestra casa no hay nada. Fliparías papá... ósea tiene piscina con castillo hinchable y tobogán, una sala de recreativos, un cine... -.
- A ver campeón, es una invitación no podemos ir a su casa. La invitamos nosotros ¿lo entiendes? -.
- La tía Zule dijo que podíamos ir siempre que quisiéramos – dijo algo enojado a lo que se unió la pequeña – Shi... y allí está el castillo de princesas -.
- No pasa nada Román, es cierto, estáis invitados en mi casa siempre que queráis. Si os apetece podemos hacer una barbacoa y pasamos el día en la piscina -.
- Está bien cuñada, pero nosotros compramos la carne y las bebidas -.
- Bueno... está bien. Pues, los esperamos mañana -.
Nos despedimos – Amor ¿por qué eres tan adorable? -.
- Eh... - dije algo sonrojada – yo... - la rubia me calló con un beso profundo, llevándome hasta el sofá y sentándose a horcajadas sobre mí.
- No vas a poder sacar a los niños de la casa -.
- Bueno, no me importa. Me gusta mucho estar con ellos y les he cogido mucho cariño en esta semana -.
- Lo sé – beso - ¿Qué te apetece hacer hoy? -.
- La verdad es que tengo que hablar con Saray, si todo va bien el jueves estaremos rumbo al Algarve portugués. Te iba a preguntar si querías compartir habitación o prefieres una para ti sola -.
- ¿Con quién la compartiría? – dije intentando quedarme con ella.
- Conmigo, obvio... ¿O es que la quieres compartir con otra persona? – mis celos volvían a salir a flote.
- Solo bromeaba, claro que quiero compartirla contigo -.
- Perfecto, entonces haré yo la reserva. No quiero que Estefanía informe a toda la empresa de las habitaciones que hemos cogido y tengamos cotilleos por las esquinas – por lo menos hasta que no la formalice, lo que pienso hacer en el viaje.
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Zurena - Tóxica
RomanceDos almas rotas unidas por el destino, una necesidad de sanar que lleva casi a la obsesión y una negativa a dejar lo acostumbrado atrás por miedo a una nueva desilusión, serán las claves de esta historia. Los personajes pertenecen a la serie de Fox...