Capítulo 10

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Llegué a las 7.10h a la casa de mi niña, se me había hecho un poco tarde y entré a toda prisa por el salón - ¿Qué es esto? – pude observar dos bolsos, dos móviles, la ropa de Zulemita y seguramente la de Macarena – Ay.... Mi niña... te dije con calma – a pesar de estar preocupada no pude evitar que una sonrisa se formara en mis labios. No iba a negar que me había gustado la dulzura de Macarena, pero me asustaba que solo viera a mi niña como su tabla de salvación. Recogí todo lo que había tirado, lo puse en el sofá y me llevé los dos móviles conmigo a la cocina. – Si está aquí el móvil de mi niña, seguro es que no van a ir a la oficina -. Llamé a Armando y le pregunté - ¿A qué hora llegaron las chicas? -.

- Las dejé en la entrada a las 5.10h de la mañana – me sonrojé un poco al recordar cómo se estaban besando.

- Armandito... ¿qué pasó? – le pregunté dulcemente, conociendo el inmenso cariño que le profesa a mi niña, es como una hermana pequeña para él.

- Creo que esta muchacha va a hacer muy feliz a la señorita Zahir, nunca la he visto mirar así a nadie – le sonreí – y anoche las dejé besándose. Me retiré a mi puesto en la entrada de la casa y dejé que Sole siguiera con sus quehaceres.

Eran las 12.00h y ninguna de las dos ha dado señales de vida. El teléfono de Macarena no paraba de vibrar y se podía ver en la pantalla: Fabio. – Seguro es el hijo de puta que la maltrata, espero que resuelva la situación y no desilusione a mi pequeña -. Empezó a sonar su móvil, lo cogí y ponía Estefanía secretaria – Uf... la odiosa esta – decidí cogerlo porque no dejaría de insistir.

- ¿Sí? -.

- Doctora Zahir llegaron los contratos nuevos y en recursos humanos esperan a que los baje firmados -.

- Soy Soledad, mi niña aún no se ha levantado, debe de estar indispuesta -.

- También debe firmar los nuevos acuerdos con diferentes marcas, búsquela para informarla, es importante -.

Como soy medio analfabeta no sé si lo que me está diciendo es verdad o es para hacerse la importante – Bueno voy a buscarla -.

Subí, abrí la puerta de la habitación muy despacio esperando que estuvieran dormidas y no interrumpir nada. Lo que vi me pareció una imagen hermosa, estaban las dos muy abrazaditas, Macarena tenía la cara en el cuello de mi niña que tenía una hermosa sonrisa mientras dormía. – Espérese, porque aún duerme. Ahora le digo que la llame – colgué el móvil y me propuse despertarla suave – Zulema cariño – la traqueé un poco, notando como se abrazó más a la rubita, la moví de nuevo y Macarena despegó su cara para mirarme y asimilar lo que estaba viendo, enseguida noté como se sonrojó y le dije – No pasa nada – y le toqué la mejilla con dulzura. – Ayúdame a despertar a esta marmotita – me asintió con la cabeza y volví a mover a Zulema – Cariño... -.

Acaricié la cadera de mi jefa con mucha dulzura, la llamé – Zulema – y me quedé mirándola mientras abría sus ojitos tras varios toquecitos más de Sole.

No recuerdo un despertar tan hermoso, abrir los ojos y encontrarme con la mirada inocente de Macarena fue mágico, aunque la noté sonrojarse y fui consciente de que Sole estaba a nuestro lado mirándonos. Le di un beso en la frente a Macarena para darle tranquilidad y me giré un poco sin dejar de abrazarla – Nana ¿Qué haces aquí? – dije con voz ronca.

- Tu secretaria llamó, me dijo no sé qué de unos contratos de recursos humanos y unos acuerdos de marcas que están a la espera de que los firmes, que era muy importante y me asusté -.

- A ver qué es eso tan importante – cogí el móvil de la mano de Sole y llamé – mientras con la otra mano dejaba tiernas caricias en la cadera de la rubia que seguía abrazada a mí – Estefanía ¿Qué es eso tan importante que tengo que firmar como para que me llames a mi móvil personal? -.

Zurena - TóxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora