Capítulo 15

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 Noté como Zulema tiró de mí y me subí encima de ella sin reparo, me dejé besar con intensidad, sin embargo, cuando sentí sus manos apretar mi trasero, separé mis labios – No podemos... es muy pronto y está mi hermano -.

- Perdona... te he dicho que iríamos con calma y... lo siento, es que me pones mucho rubia -.

- Tú también me gustas mucho, ha sido cosa de las dos... mejor con calma ¿Sí? – la verdad es que me muero de ganas de estar con ella, pero tengo mucho miedo a hacerlo mal o a que no le guste y se aleje.

- Con calma – le di un piquito en los labios, se puso a mi lado abrazándome por la cadera y puso su cara en el hueco de mi cuello. Enrollé mis brazos en su cadera y le di un beso en la frente – Buenas noches pequeña -.

- Buenas noches preciosa – le di un besito en el cuello y me dejé envolver por la paz que ella me aportaba.

Nos quedamos dormidas poco después, me desperté y miré el reloj, 6.20h. Me separé un poco de la rubia y la miré dormir - Sin duda, es lo más bonito que he visto nunca -. Le di un beso muy suave en la frente, quité mis brazos de su cadera y salí de la cama sin despertarla. Avancé por el salón dónde me encontré con un Román profundamente dormido en el sofá y seguí hasta la cocina. – Bueno, a ver... - preparé la cafetera, menos mal que el café estaba al lado. Abrí el frigorífico – Mi rubia tiene que hacer la compra... - solo había algunos huevos, jamón york, queso y pan bimbo. Me puse a hacer un huevo a la plancha para cada uno, tosté el pan con el queso y el jamón y les puse el huevo encima. Serví tres tazas de café, salí de la cocina rumbo al salón y me encontré con Román ya despierto.

- ¿Nos has hecho el desayuno? – dije mirándola con ternura, siempre le había tenido un intenso cariño y más después de lo que tuvo que pasar.

Asentí con la cabeza, escuché el despertador de la rubia y dije – Será mejor que vaya a ayudar al despertador o llegaremos tarde a la oficina -.

- Os espero para desayunar – le dediqué una sonrisa sincera. Espero que mi hermana sepa valorar a esta mujer.

Entré al cuarto y me encontré a la rubia con cara de pocos amigos – Buenos días pequeña – me agaché para darle un beso en los labios.

- Creía que te habías ido – la abracé por la cadera y me pegué a ella.

- No, solo preparaba el desayuno. Vamos flojita o llegaremos tarde, tengo que ir a mi casa a cambiarme -.

Cogí a Zulema de la mano y fuimos hasta el salón – ¿Has hecho café y has montado este desayuno con lo que había? de verdad que eres increíble – le di un beso en la mejilla.

- Buenos días princesita, deberías ir pensando casarte con ella, no vas a encontrar a nadie igual. Cuñadita me tienes a tus pies -.

Me sonrojé un poco ante el comentario de Román, me senté junto a Macarena y desayunamos con tranquilidad.

- Hermanita me han aceptado la reserva para el viernes, llevaré a Lidia a París -.

- París... me muero... hermanito eres un romántico, me encanta. ¿Entonces cuando me dejas a los nenes? -.

- Yo los llevo al colegio el viernes ya que el vuelo es a las 12.00h y esta semana dejo dicho que se quedaran a comer ese día y toda la semana que viene. Volvemos el sábado siguiente sobre las 10.00h y los recogemos. En el fin de semana no sé qué les apetecerá hacer, a veces cogen cada uno un ordenador y no se les escucha en todo el finde. Pero... no sé... ¿Sabrás arreglártelas? -.

- Claro que sí hermanito, del comedor ¿A qué hora salen? -.

- A las 16.00h -.

- Yo trabajo hasta las 17.00h, ¿pueden hacer alguna actividad o algo mientras yo salgo? -.

Zurena - TóxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora