Capítulo 13

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Recibí un mensaje de mi jefa: No te separes de la puerta en toda la noche, ella tiene instalado el botón de socorro en el móvil. Por favor, no quiero que le vaya a pasar nada. Gracias, Armando. Y respondí: como ordene señorita. Buenas noches. Si no recuerdo mal el piso es el segundo, por lo que si subo un poco la calle puedo ver la ventana. Cogí los prismáticos del coche y me dispuse a hacer lo que me había ordenado mi jefa.

Me sentí muy mal al hablarle así a Macarena, no sé qué me está pasando con ella que solo quiero tenerla a mi lado... quizás Sole tenga razón, no puedo hacerme ilusiones tan rápido.

Entré a casa y Fabio estaba en el salón – Hola – me esperaba los reclamos por ausentarme dos días, incluso venía preparada para algún golpe. Sin embargo, lo que pasó me sorprendió. Vino hacia a mí y me abrazó metiendo su cara en el hueco de mi cuello.

- Perdóname... yo... estaba drogado y borracho... yo no sé lo que hago. Pero yo te amo Macarena y me odio por cómo te he tratado estos meses. El viernes fui a pedir cita a alcohólicos anónimos y empiezo esta semana. También he llamado a mi antiguo jefe, asumiendo mi error y el lunes me reincorporo en periodo de prueba, te voy a demostrar que yo no soy así – puse las manos en su cadera y la besé suavemente entre lágrimas – Por favor... prométeme que no volverás a irte... si tú no estás yo me muero Maca... he estado a punto de hacer una tontería si no llegas a regresar – volví a besarla con ternura, notando como aceptaba mi beso.

No podía creer lo que estaba viendo – La maltrata y parece que simplemente ella lo perdona... ojalá, Zulemita no se haya enamorado de esta chica... No sé cómo puede besarse con él después del fin de semana que pasó con la señorita. Mejor me bajo de aquí, ya no hay nada que ver, me quedaré en la puerta porque son órdenes... esta chica no vale la pena -.

Rompí el beso – Fabio... - me cortó.

- Solo dame otra oportunidad, la última y te prometo que vamos a ser tan felices como antes. Yo te necesito mi amor – empecé a besarla con dulzura, demostrándole el inmenso amor que siento por ella.

No podía sacarme a Zulema de la mente mientras Fabio me besaba, sus caricias, sus mimos, su mirada, como me siento cuando me abraza. Me separé de Fabio – Necesito que me des tiempo, yo no estoy segura de lo que siento por ti. Vete, por favor. Recoge todas tus cosas y márchate -.

- Está bien – dije sin protestar, me lo merecía por como la había tratado - solo déjame reconquistarte ¿Sí? – no contesté y me besó de nuevo.

Nos separamos, recogió todas sus pertenencias, que la verdad que no eran muchas y una vez se fue, me preparé la ropa para el día siguiente. No tenía cabeza para hacerme el desayuno o la comida, así que pensé en pedir a la cafetería.

No pude pegar ojo en toda la noche, me levanté de un humor de perros y Sole me lo notó.

- Mi amor ¿no está Macarena contigo? – le pregunté extrañada.

- No, se fue ayer – contesté cortante.

- ¿Quieres hablarlo? – dije acariciándole la mejilla.

- No he podido dormir en toda la noche nana... -.

- Mi vida, yo te dije que con calma... te veo muy entregada y a ella simplemente la veo perdida, no digo que no le gustes es obvio... no sé cariño... - dije preocupada.

- Nana estoy hecha un lío, la traté muy mal ayer cuando en el fondo sé que llevaba razón al querer aclarar su situación con la piltrafa esa que tiene por novio -.

- Mi amor ella debe poner las cosas en claro si quiere tener algo contigo. Ahí si me parece bien su decisión -.

- ¿Y si se queda con él? -.

Zurena - TóxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora