(Hablan en árabe) – Bueno hija, ¿Tienes todo listo? -.
- Sí, madre. Solo falta que el chófer me lleve al aeropuerto -.
- Recuerda, juiciosa y nada de irte por ahí a horas intempestivas, Europa no tiene nada que ver con esto -.
- Sí, madre -.
- Estoy muy orgullosa de ti cariño. Ya sabes que cuando regreses tenemos una reunión pendiente con Hanbal, él esperará a que termines de estudiar y después se casarán -.
- Muy bien, madre – Tenía que encontrar la manera de obviar ese matrimonio.
Me desperté rodeando a Estefanía por la cintura, haciéndole la cucharita, se veía relajada e incluso me atrevería a aventurar que feliz. Empecé a darle besos en el cuello de forma suave y sentí como comenzaba a moverse. – Mmmm buenos días preciosa – dije dándole un besito en la mejilla.
- Mmmmm hola... - respondí desperezándome un poco.
- ¿Cómo estás preciosa? – me apreté un poco más contra ella, abrazando su cadera.
- Muy bien... demasiado bien -.
- Me alegro de que sea así y sé que lo de Macarena no se te va a pasar en dos días, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti -.
- Gracias... de verdad Saray gracias por tu paciencia... y por lo de anoche... fue maravilloso -.
- Eso quiere decir ¿Qué me darás la oportunidad? Podemos ir despacio o al ritmo que tú desees – noté como Estefanía se daba la vuelta entre mis brazos.
Me di la vuelta entre los brazos de Saray – Sí, te daré la oportunidad. Solo te voy a pedir que tengas paciencia. Me gustas mucho y me haces sentir especial – me aproximé hacia los labios de Saray y la besé con mucha pasión, buscando encenderla y repetir lo que habíamos hecho a lo largo de la noche.
Me desperté entre los brazos de Zulema, estaba rodeándola por la cadera con mi brazo mientras descansaba mi mano sobre su pecho, el cual, tenía agarrado con delicadeza. Mi cara descansaba en el hueco de su cuello y sus dos manos apretaban mi trasero, evitando que me separara de ella. Comencé a dejar pequeños besos en su cuello, ronzándolo con mi nariz y notando como se erizaba su piel.
Noté los besos de Macarena, ante lo que no pude evitar suspirar – Pequeña... - apreté más su trasero y la pegué a mí.
- Mi vida... - respondí a mi pequeño escorpión y empecé a succionar su cuello mientras apretaba su pecho, sintiendo como su pezón se endurecía contra la palma de mi mano. Lo que me provocó una sonrisa que rocé contra su cuello. La empujé un poco y me subí sobre ella a horcajadas, entrelazando nuestras piernas para provocar el roce de nuestras intimidades.
- Mmmm rubia... ¿No tuviste suficiente anoche? -.
- Mmmm no... ¿Algún problema? ¿Estás cansadita? – dije mirándola fijamente a los ojos.
Le dediqué una sonrisa torcida y le contesté – Ninguno pequeña... Ya sabes que soy de mínimo 4 o 5 al día -.
- ¿Ujum? – Empecé a rozarme más fuerte contra ella e intensifiqué mi movimiento de arriba abajo.
- Ajam... Ay rubia... si supieras como me tienes durante todo el día, no lo dudarías – estrellé mis labios contra los suyos de un momento a otro, agarrándola por la nunca para evitar que se separase un solo centímetro de mí.
Al notar la necesidad con la que Zulema me estaba besando, profundicé el beso entrando en una lucha de mi lengua con la suya por hacerse con el control del beso, me separé en pequeños piquitos y nos quedamos mirándonos a los ojos – Te quiero -.
- Y yo a ti mi vida, no sabes cuánto – puse mis manos en su cadera y la ayudé con el movimiento de arriba abajo.
- Mi amor... Quisiera que me permitieras algo – la besé despacio, rozando mi nariz con la suya y regalándole una sonrisa.
- Dime pequeña... - dije en medio de un suspiro.
- Me... - cogí un poco de aire – Me... eh... gu... gustaría hacerteelamorconelarnés – lo dije tan rápido que no sé ni siquiera si me entendió.
Tragué saliva - ¿Qué? – pregunté queriendo corroborar que había escuchado bien.
- Que me gustaría usar el arnés contigo, quiero cuidarte – la miré a los ojos intentando encontrar una señal de aprobación.
- Maca yo... no sé si esto... no quiero que aparezcan los malos recuerdos – le di un piquito muy suave y rocé mi nariz con la suya.
- Mi niña... no tengas miedo, yo voy a cuidar de ti e iremos despacito. No dejaré de mirarte a los ojos, te lo prometo – la besé muy despacio, intentando darle tranquilidad.
- Eh... está bien... ti... tienes toda mi confianza pequeña – rocé mi nariz con la suya y la abracé, metiendo mi cara en el hueco de su cuello e intentando tranquilizarme un poco.
Abordé al avión con un millón de cosas en la cabeza. La prueba, buscar la excelencia e intentar quedarme en Europa para poder contactar con Zulema. Porque hay algo que sí tengo claro y es que no me voy a casar con ese hijo de puta que destrozó a mi hermana.
Aquí os dejo un nuevo capítulo! Disculpad la tardanza, pero es que estoy bastante ocupada... Prometo sacar en estos días algo de tiempo y compensarl@s !
Gracias siempre por todo el apoyo, sus comentarios y sus mensajitos con tanto cariño :)
¿Qué esperan de Alicia?
¿Conseguirá Zulema entregarse por completo a Maca?
¿Y la relación Rizos-Saray? ¿Os gusta? ¿O prefieren a Saray con otra?
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Zurena - Tóxica
RomansaDos almas rotas unidas por el destino, una necesidad de sanar que lleva casi a la obsesión y una negativa a dejar lo acostumbrado atrás por miedo a una nueva desilusión, serán las claves de esta historia. Los personajes pertenecen a la serie de Fox...