Capítulo 38

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- Es que no me lo puedo creer Encarna, ¿Por qué nuestra hija no puede parar de darme disgustos? -.

- Ahora ¿Qué hizo la niña? – dije un poco cansada de la situación de mi marido con mi hija.

- ¡No estás viendo la revista! ¡Está con Zahir... con Zulema Zahir! -.

- ¿La amiga de Román? -.

- Sí, y una de las empresarias más importantes de España. Es que no aprendió con Grimaldi, siempre ha querido la vida fácil. ¿Sabes? Estaba dispuesto a perdonarla y a que regresara, ya que no está con el ladrón de Fabio Martínez -.

- Leopoldo a lo mejor la quiere de verdad -.

- ¿Ah sí? ¡¿Y se puede saber desde cuando tu hija es bollera?! Que no lo veo mal, ojo, pero me parece muy raro, jamás le vi interés en ninguna mujer, al contrario, trajo a muchos muchachos a casa durante la adolescencia -.

- Si me dejaras hablar con ella le preguntaría. Necesito a mi hija de vuelta – me emocioné un poco -.

- Y yo necesito que de verdad quiera a esa mujer, ha sufrido demasiado y no se merece que una persona como nuestra hija le haga daño -.

- ¿Puedes confiar por una vez en tu vida en Macarena? -.

- Ya he confiado muchas veces en ella y cada vez me ha fallado a peor. Sabes que iba a decirle que estudiara lo que quisiera cuando salió enrollada con Grimaldi... -.

- Lo sé amor, pero después de que eso pasó no hiciste nada por recuperarla y me prohibiste cualquier relación con ella. ¿Qué esperabas? La niña tuvo que buscarse la vida después de que le dimos la espalda -.

- Sí, pero sin engañar ni estafar a nadie – se me vino a la mente las invitaciones al aniversario del bufete. – Mierda, mierda, mierda... ¡joder! -.

- ¿Qué pasa ahora? – pregunté algo asustada.

- Que esta mañana se han enviado las invitaciones al aniversario del bufete y como desde hace 5 años, hemos invitado a Zulema -.

- ¿Y? – me alegré pensando que podría ser posible un encuentro con mi pequeña durante la fiesta.

- Que si la rechaza quedaremos fatal y si viene, no me cabe la menor duda que la traerá. Al parecer están comprometidas -.

- ¿En qué fecha decidiste que sería la fiesta? -.

- 10 de septiembre – me quedé blanco al mirar a mi esposa y supe inmediatamente por qué -.

- Dos días después es su cumpleaños Leopoldo... si viene prométeme que no le dirás nada y que me dejarás hablar con ella. Yo necesito a mi hija -.

- Mmm está bien... tampoco podemos llamar la atención de la prensa -.

Salimos del edificio – Armando llévanos al apartamento -.

- Muy bien señorita -.

Macarena iba muy callada, tal vez por la tensión y el nerviosismo de la sesión, aunque no iba a negar que me moría por llegar y meterme en la cama con ella. Ya veríamos si usábamos algo de lo adquirido, igualmente, me moría de ganas de hacerle el amor.

Iba dándole vueltas a todo, como lo que ha comprado ha dejado claro que es para usarlo ella conmigo... ¿Y yo? ¿Podría usarlo con ella?

- ¿Qué tanto piensas? Estás muy callada -.

- No, en nada importante. Solo le daba vueltas a como orientar la campaña de las tablas de surf – le dije con una pequeña sonrisa, la verdad es que solo me apetecía llegar y tumbarme. Mi periodo estaba haciendo de las suyas y ya empezaba mi dolor de cabeza.

No le he creído ni una palabra – Mmm está bien – le di un beso en la mejilla y la abracé contra mí.

Llegamos al apartamento, solté la bolsa en la mesa, abracé a mi rubia por detrás y empecé a besarle el cuello - ¿Terminamos lo de esta mañana y estrenamos algo? -.

Ya no le preocupa ni como estoy y ni se acuerda que le he dicho que estoy en mis días – Te dije esta mañana que me ha bajado la regla – dije un poco borde.

- Eso no es problema amor – metí mis manos dentro de su camisa y empecé a acariciarla.

- ¿Cómo que no es problema? ¿No ves que me encuentro mal? – me solté de su agarre y me fui a la habitación.

Fui detrás de ella – Mira, no sé qué coño te pasa. Me tratas bien y luego me tratas mal. Si te sientes mal me lo dices, ya te he dicho que nunca te voy a obligar a nada. Sí te digo, que no tengo la culpa de que te hayas enfadado porque Tamara me haya tirado la caña, yo no le he dado ni la hora, solo he sido amable. Ah, y que la que me ha calentado has sido tú -.

- ¿Ves? Es que no puedes ver más allá de ti misma. Te he besado porque te necesitaba, porque me da miedo pensar que te vayas con alguien que te haga en la cama lo que tú esperas. Y no es que no quiera estar contigo por estar con el periodo, que no quiero, sino porque me pongo muy mala, me duele el vientre y la cabeza y me pegaré tres o cuatro días que no seré persona -.

- ¿Y princesa? ¿Crees que yo sabía de eso? Si lo supiera ni lo habría intentado – dije algo triste.

- Lo siento... - me tumbé en la cama, me puse boca abajo y tenía muchas ganas de llorar. No sé por qué me angustio tanto al estar con ella, que no puedo disfrutar de tenerla a mi lado porque pienso que se va a ir con alguien más.

- Descansa – me acerqué a ella, aparté su pelo y dejé un suave beso en su nuca mientras le acariciaba con ternura su trasero. Me levanté, fui a la cocina a por un calmante y un vaso de agua y vine de vuelta – Toma pequeña, con esto te sentirás mejor -. Se dio la vuelta, cogió la pastilla y el agua y se la tomó. Le acaricié dulcemente la mejilla – Ya sé que te pones muy malita con la regla, de eso se trata, de que vayamos aprendiendo juntas la una de la otra. Pero no puedes ponerte así porque quisiera hacerte el amor... te prometo que no me acordaba de que estabas en tus días – le di un piquito suave. - ¿Quieres que me quede aquí contigo? ¿O prefieres que me vaya a mi casa? -.

- Quédate por favor – le dije mientras la tumbaba en la cama y me acomodaba en su pecho.

Empecé a acariciarle la cabeza y la cadera, mientras dejaba pequeños besos en su frente – Descansa mi pequeña -.

Aquí os dejo un nuevo capítulo! Espero que os guste! Gracias por sus comentarios y favs!

¿Cómo será el encuentro en el aniversario?

¿Aguantará Zulema la inmadurez y la actitud de Macarena? 

Zurena - TóxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora