Capítulo 8

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Llegamos al restaurante en el que había reservado, intuyo que es de gustos caros, así que la llevé a uno que me encanta con dos estrellas michelín.

Cuando vi que me había llevado a uno de los restaurantes más caros de Madrid, quise decirle que me encontraba mal y que mejor regresaba a casa – Zulema ¿Es aquí? -.

- Sí, ¿Por qué? ¿No te gusta? – puse cara de cansancio, ósea no le gustaba el sitio.

- No, no es eso – me sonrojé – quiero decir no hacía falta venir a un sitio así – hace años que no piso un restaurante así, concretamente desde que mi padre me canceló todas las tarjetas.

Claro... el dinero – Macarena no seas tonta, te dije que te iba a invitar a cenar. Tu ayuda merece esto y mucho más, has desatascado la campaña de lencería – le di una sonrisa.

- Bueno... - le sonreí tímidamente.

Entramos al reservado, era una de las cosas que me gustaba de este restaurante, la privacidad. Nos sentamos y vino el camarero – Señorita Zahir, que gusto tenerla de nuevo con nosotros. ¿Y la señorita es? -.

- Macarena Ferreiro, la nueva diseñadora adjunta de dirección, pronto verás sus campañas, es muy buena. Hemos hecho un gran fichaje – la miré y pude observar cómo acababa de sonrojarse y me pareció una imagen adorable.

- Si tú dices que es muy buena, es porque debe ser una fuera de serie. Bueno ¿Qué vais a tomar? -.

- Ya sabes Tomás – le guiñé el ojo.

- El mejor vino de la casa y el menú premium degustación, ¿Quieres algún entrante? -.

- Trae un variado con los mejores, quiero que ella los pruebe -.

- Perfecto, disfruten de la velada -.

- Que idiota, no te he preguntado ¿Te gusta el vino? ¿o prefieres otra cosa? –.

- El vino está bien, gracias – le sonreí.

- Bueno, cuéntame de ti ¿Cómo es que no eres abogada como todos los Ferreiro? -.

- Siempre quise ser ingeniera de diseño, trabajar en el desarrollo de los productos y complementarlo con la publicidad. Es decir, siempre quise ser lo que soy ahora. No me arrepiento de estudiar lo que quería, pero me costó perder mi vida y a mi familia. Desde los 18 años he tenido que trabajar para pagarme los estudios, ya que mi padre me canceló todas las tarjetas y me retiró su apoyo. Él tenía la idea de que Román y yo lleváramos el despacho a medias cuando él se jubilara, al final entendió que estaba haciendo lo que quería y lo dejó estar. No obstante, como te digo todo lo que tengo lo he conseguido a base de esfuerzo. Aunque sé que estoy en tu empresa porque mi hermano debe haber sido muy insistente, y más con ese portafolio que hice en una noche porque el original sufrió un percance -.

- Entraste por la insistencia de tu hermano, no te lo voy a negar. Sin embargo, cuando te vi trabajar el primer día sabía que no me había equivocado con esos primeros trazos que se vislumbraban en el portafolio -.

- Mi padre ya me habla, pero no puedo ir a casa a visitarlos, no estoy invitada a fiestas, en fin no pertenezco a su vida -.

- ¿Y eso por qué? -.

- Por Fabio -.

- Yo lo habría matado directamente. No voy a comentar nada más porque no quiero discutir, pero hay cosas que deberías replantearte – solo pensar que un monstruo como ese duerme con alguien como ella cada noche, me quema la sangre.

- Él nunca ha sido así, lo despidieron hace tres meses y ahí empezaron nuestros problemas -.

- Lo defiendes y lo intentas justificar y lo que yo vi en tu cuerpo no tiene justificación. Además, por tu pesadilla tengo la certeza de que te ha forzado sexualmente más de una vez – dije bastante enfadada.

Zurena - TóxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora