Descanso

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Natsumi era una de las cuidadoras más antiguas del lugar... recordaba muy bien mucho de los lugares favoritos de los niños y los pequeños rostros que abandonaban el recinto para cumplir sus sueños.

Con sus rasgos fino y criada para ser la más dócil de las mujeres miraba con cierta molestia el ingreso de una kunoichi que ya era normal en su propia rutina, como los pequeños pasos infantiles corrían a su encuentro con diversos sonidos alegres dentro del orfanato.

El gran recibidor se llenaba de alegres caras entusiastas mientras la puerta era abierta por otra de las criadas que hábilmente se marchó dejando a cierta visita en la puerta, ella como la líder se colocó detrás del pasillo cruzando los brazos delante de ella con falsa elegancia.

Era una molestia como ingresaba y se atrevía a venir varios días a la semana desde el incidente a sus terrenos.

Pero no podia hacer nada al respecto, el Hokage lo permitió y ahora no estaban en los mejores términos si el cheque que le dan por ese monstruo estaba peligrando, lo necesitaban si querían mantener cierto estado de vida...además que estaban siendo regulados sus suministros.

El líder no estaba contento con ellos.

-Buenos Días Natsumi-san - era molesta la voz de la adolescente quien miraba con una alegría a la mayor, está solo bufó nada engañada por ese gesto inocente de alguien que es como esas mujeres que se dedican a fingir ser shinobis.

Sabía lo que hacían ...y estaba segura que aunque eran jóvenes tenían "ese tipo" de trabajos.

-Buenos Días Anko-san - con falsa modestia contestó el saludo no interesada en provocar más el odio de los shinobis a su recinto.

Suficiente tenía con la vigilancia constante por el ingreso del mocoso molesto.

-Hoy traje visitas...espero que no le moleste - la adolescente inquirió tensando a la mayor por su atrevimiento, ¿no sabia que tenia que hacer cierto procedimiento especial para permisos? fulminó con su rostro pero fue ignorado - Ita-kun, Shi-kun y Hana-chan con sus compañeros Ninken - como si fuera una orden tres mocosos más y sus perros ingresaron haciendo chillar a los infantes emocionados por las caras nuevas de su profesión adepta.

Más los mayores que pronto se graduarían y habían estado siendo asesorados por la peli morada en algunas cosas de shinobis que poco le interesaban.

-Buenas Tardes-dos de ellos saludaron con respeto, pero la mujer civil solo trago su propia bilis para estirar sus labios en un torcido gesto con una promesa de que esto lo sabría el Hokage.

-Hola mocosos - La única niña salto con entusiasmo para presentar a sus animales.

-No aceptamos mascotas -inquirió la adulta apretando sus puños en un intento de calmarse... todo sea por el cheque y que el Hokage no las reprenda de nuevo.

-No son mascotas -la niña con las marcas típicas Inuzuka cruzó los brazos en amenaza.

-Vamos Hana-chan no te molestes... -La peli morada palmeo la cabeza mientras el bullicio de los niños se asilenciaba con un puchero ante la idea de que los caninos fueran sacados -No se preocupe ya hable con Hokage-san para el permiso y todo lo demás ... -desecho con facilidad como si su palabra fuera el único que tenía peso -Los hermanos Haimaru son buenos perros y ágiles - inquirió con un brillo peligroso.

Por eso no le gustaba tratar con ninjas porque por lo regular pasaban por encima de lo correcto para un civil, tragando su regaño para sí misma.

-Solo les digo que si rompen o ensucian ustedes limpiarán -con una vuelta airada se dirigió a su oficina no dispuesta a ser parte de esta absurda treta... prefiriendo avisar al resto de las mujeres que se encargaban de cuidar a los mocosos de la visita no querida.

La Máscara de AnkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora