La Máscara de Anko

Intriga

La intriga y el temor de una posible guerra albergaba los corazones de los aldeanos dentro de las paredes "seguras" de una aldea escondida, el respiro era pausado mientras los susurros se alzaban con una presión de viejas memorias no olvidadas.

Un recuerdo para los más viejos de la aldea como el día en que se declaró la tercera guerra ninja.

Los mercaderes miraban la torre principal con la esperanza que no fuera el caso, que la paz sería arreglada, pero con la manera en que entró el Raikage a través de las puertas no daba buena espina.

El líder extranjero como vendaval en verano pasó con fuerza e ira contenida con un séquito reducido hacia la torre del Hokage.

Minutos, luego horas, la gente se resignó a sólo seguir su rutina en un afán de aprovechar las pocas horas de paz.

Eran chismes lo que corría entre la gente donde una verdad a medias paseaba entre los aldeanos que apuntaban discretamente a un clan que no era confirmado por ninguno de los shinobis presentes.

Nadie decía nada.

Los Uchihas se miraban más exprimidos dispersando los cúmulos de gente que compartían teorías locas que desencadenaría la cuarta guerra...si había tensión, pero también resignación, después de todo era una aldea ninja en la que vivían.

La paz no era duradera, sólo frágil y engañosa... y todos lo sabían.

Una cruel realidad.

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La sala ahora vacía y oscura se sentía tan pesada conforme cada respiración fue dejando el recinto con un peso sobre sus hombros que se negaba a abandonarlo por completo, Shikaku sentía una creciente intriga sin dejar la presión de una reunión ya terminada dejara su cuerpo por completo.

No podía relajarse tan rápido, como capitán Jounin tenía muchas implicaciones que ordenar antes de regresar a su casa.

-¿Ella lo sabía no es así? - Comentó con dureza el Sandaime mirando su pipa con añoranza ahora recargada en la mesa de reuniones.... El Nara siempre pensó que en los últimos años después de su reingreso al sombrero pasaron una factura inconcebible.... Se veía tan viejo y cansado a veces.

-Puede que lo considerará - El capitán Jounin miró con una pereza fingida, porque ese filo aumentado por su cicatriz cruzó los ojos con su líder con una afirmación seca, siendo el quién la conocía mejor y leyó muy bien sus acciones demostrando una carta ganadora frente a ojos hostiles de extranjeros y aliados - Los Hyuga le deben una disculpa -se burló.

-No creo que sea así de fácil Shikaku - Hiruzen suspiró para recargarse en su silla mientras sus ojos vagaban en el techo atenuando un poco más sus arrugas, pero a pesar de lo frágil que se puede ver al ser un anciano eran engañoso si bien se pudo enfrentar al Raikage por voluntad propia...-Los Hyuga saben las implicaciones, pero no creo que den fácilmente algo que creen que no merece... para ellos es una niña impertinente que se atravesó al castigo que merecía...-

-Pero les salvó el pellejo - El capitán Jounin sonrió de medio lado para notar como el líder soltaba un suspiro -Sabes que estarían hasta la mierda si fuera el caso, con el único sobreviviente y líder de una misión hecha a las espaldas de su Raikage... teníamos la pieza faltante para dar un movimiento ganador -

-Entiendo que por ahora aseguramos la paz entre ambos... pero las hostilidades son las mismas, tanto los Hyuga como los de Kumo no olvidarán fácilmente este asunto- Sarutobi colocó sus manos sobre su regaño con un porte seguro y algo cansado -Aún si la pieza estuvo de nuestro lado...ambos no se fueron contentos con el desenlace -