Casual

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La sed se sangre, el instinto asesino no bajaba a pesar de ser aliados.

El entrenamiento Anbu era mas intenso, estricto y minucioso en esas madrugadas desde que ingresó formalmente en las filas, el sudor corría bajo su máscara nueva escuchando su respiración amortiguada por la porcelana.

No dudaba, era una kunoichi muy capaz y muchos la tratan todavía de minimizar o amedrentar.

"Novata" "perra" "oportunista" fueron varios de los insultos que volaron cuando los demás no escuchaban, Itachi, Kakashi o algunos conocidos que bien sintió no se involucraban...como si no se conocieran, como si no supiera quién era.

La amistad no era nada si tenias la máscara.

Ajenos, fríos y desconocidos.

Poco le importaba mirando con una sonrisa como la gente caía en su trampa de fuinjutsu, lo bueno comenzaba mostrando una sonrisa viciosa que sería fácilmente vista si fuera el caso.

Con un pensamiento insano de diversión que tuvo que desarrollar para proteger su propia cordura, la antes civil se abalanzó a una pelea de "entrenamiento" muy intensa... no era débil.

Ahora era Anbu.

XXXXXX

El alba comenzaba a brillar a través de la gran montaña que tanto conoce y que no parece ajena, saludando a unos pocos transeúntes que comenzaban a abrir sus locales, Anko fingía que nada dolía de su cuerpo joven.

Cada hueso, herida reciente o moretones se escondía bajo su traje oscuro típico de su nuevo nivel.

Un buen observador pudiera detectar las ojeras, el esfuerzo y dolor escondido.

-Buenos días Shi-kun-saludó a su viejo amigo que se acercaba a paso seguro entre los pasillos aún vacíos, su uniforme pulcro típico de la policía lo hacia ver mas imponente si no fuera por esas ligeras ojeras bajo sus ojos vivaces.

Anko no lo creía, pero no era nadie para señalarlo.

-Vaya, te ves mejor que cualquiera – el chico dijo descuidadamente al alcanzarla, no es que fuera imposible teniendo en cuenta que prácticamente arrastraba los pies –Buenos días Anko-chan – palmeo la cabeza con confianza.

Maldecía su estúpido crecimiento.

-Solo me quieres humillar – bufo molesta la joven palmeando la mano infractora –Tu y tu estúpido crecimiento –gruño.

-Vaya alguien está de mal humor – añadió casual el chico, ignorando la mirada de sus parientes y susurros de los pocos civiles.

-Tengo hambre...no pidas mas – suspiro la chica sin comprometerse.

-Te invito a desayunar...como celebración de tu nuevo puesto – si no fuera porque estaba mas enfocada en llegar a su casa, Anko notaría el sonrojo en el prodigio.

-Muy apenas llegare a mi hogar – se quejó abiertamente la joven en un puchero – Si quieres vamos a mi casa...tengo algo que entregarte – bostezo.

-¿Un regalo? –Shisui la miro con ligera sorpresa.

-Si... recuerda que gracias a ti pude hacer mi primera mision...despues de mi incidente –con desapego comentó la antes civil –Además es ahora o nunca – se ahorro el hecho que tal vez era cuestion de dias su muerte.

Ignoro la picazón en sus ojos por ese recuerdo.

-Yo no tengo nada para ti – el chico se escuchaba incómodo.

-Nah, no es como para recibir algo a cambio...te lo dije es por ayudarme – bostezo de nuevo la joven para seguir el camino –No es necesario que me des algo –dijo después de un rato conociendo el silencio del niño.

La Máscara de AnkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora